Jorge
Dorta *
[Toda
la historia parecería ridícula e incomprensible si no fuera porque nosotros si
que conocemos a Soria y su panda. Sabemos cómo piensa y no en vano lo hemos
sufrido en el gobierno de Canarias durante los 16 años que el PP gobernó con
Coalición Canaria, sus socios en el gobierno de pies negros.]
Sin ideas y endeudados, España busca ponerle un impuesto
al sol. Ese es el titular del artículo
[1] aparecido en la influyente revista americana Forbes. Desde luego la
gestión del ministro de turismo energía e industria lo está cubriendo de
gloria incluso allende las fronteras españolas.
La
ocurrencia de ponerle un impuesto al sol le ha ganado al ministro Soria fama
internacional. Según la revista americana “Parece que los miembros del
Gobierno se quedaron sin ideas, miraron al cielo un día y pensaron “¡Ya lo
tengo! ¡Pongamos un
impuesto al sol!””.
La
forma de “solucionar” los problemas en España parece no ser ponerle freno
al saqueo de las arcas públicas y al despilfarro, sino que, según la revista
americana, la vía elegida por España es imponer “impuestos y multas increíblemente
onerosos”, y los impone precisamente sobre el comportamiento que ha estado
incentivando y subvencionando durante más de una década: el uso de paneles
solares. Elemental querido Watson.
Forbes
también critica las medidas contra el autoconsumo como la “prohibición” de
vender la energía sobrante a las eléctricas y, sobre todo, la obligación de
conectar todos los paneles solares a la red con amenaza de multas de hasta 30
millones. ¿De dónde sacaron esa cifra?
Aquí
de nuevo se mofa del ministro de Industria, José
Manuel Soria: “Esta clase de cifra es tan inabarcable para una persona
media que es casi como si se la hubieran
sacado de la manga en una conversación como ésta: “Ponemos 10 euros?”
“Qué va, eso es muy poco.” “¿Qué tal 100 millones de euros?” “No,
no, eso es muchísimo.” “¿30 millones de euros? “Sí, eso suena bien”.
Independientemente
de cómo se hayan sacado de la manga la cifra de 30 millones de multa, la
intención es claramente asustar a los contribuyentes coaccionándolos para que
se conecten a la red y de esta forma poder cobrarle impuestos. El impuesto hace
económicamente inviable el producir electricidad propia, siendo mucho más
barato el comprarle la energía de las eléctricas. Ese es exactamente el fondo
de la cuestión.
En
el mismo tono irónico prosigue el articulo “Pero espere, porque la cosa se
pone peor. El uso de paneles solares no solo ha hecho posible que mucha gente
produzca su propia energía por menos de lo que tendría que pagar a las eléctricas,
sino que muchos residentes en España generan suficiente electricidad solar como
para vender el excedente a la red. Esto, parece ser, es un problema. El gobierno
esta parando eso también, como parte de los esfuerzos de reforma (léase:
medidas desesperadas) habrá una prohibición a la venta de la energía
extra".
Toda
la historia parecería ridícula e incomprensible si no fuera porque nosotros si
que conocemos a Soria y su panda. Sabemos cómo piensa y no en vano lo hemos
sufrido en el gobierno de Canarias durante los 16 años que el PP gobernó con
Coalición Canaria, sus socios en el gobierno de pies negros.
Antiguamente
los reyes daban tierras a los caballeros que le servían bien en la guerra.
Junto con las tierras se le daba permiso para construir un molino y al mismo
tiempo una ley obligaba a los deudos del nuevo señor a moler su trigo en el
susodicho molino a cambio de una parte de la harina.
Por
supuesto los deudos no se podían ir a moler
el grano a otra parte ni nadie podía poner un molino para hacerle competencia
al señor feudal sin permiso del monarca. Como era ley, el incumplirla llevaba
penas que podían ser de cárcel, pérdida de hacienda o en casos extremos de
necesidad aleccionadora de la horca. Como verán el negocio era perfecto.
Y
ustedes dirán... pues menos mal que esos tiempos acabaron y ya las cosas no son
así... pues vayan y cuéntenselo a Soria. La creación de molinos - mercados
cautivos - a través del intervencionismo gubernamental es la base de todo
fascismo y del colonialismo, y de eso en Canarias sabemos un montón.
El
chiste y la burla de la que hace gala la publicación de Forbes se torna en
farsa y tragicomedia cuando entendemos que la tragedia social de Canarias -de
emigración, paro, pobreza y desastre ecológico- es el resultado de esa forma
de pensar que podemos denominar “economía
fascista del molino [2]”.
Un modelo económico que han implementado durante décadas en Canarias, tanto
Soria y su panda del PP como Coalición Canaria y el PSOE. Mandando a Soria a
España no solo nos lo hemos quitado de encima sino que, además, le hemos dado
a probar a los españoles un poco de su propia medicina.
Fuente:
menceymacro.blogspot.com