Ramón Moreno Castilla
Antes que nada, quiero decir que me ratifico en todos los extremos de mi artículo del pasado domingo, "Petróleo por independencia", cuyo contenido considero absolutamente riguroso y esclarecedor, pese a las demás opiniones de muy diversa índole que se están vertiendo sobre este controvertido asunto. Y ahora voy con la autorización de las prospecciones petrolíferas y el bochornoso espectáculo de esos políticos ineptos y manipuladores que estamos padeciendo.
Dice el iletrado demagogo ese de Paulino Rivero, el nefasto presidente del llamado Gobierno de Canarias, a propósito de esa autorización del Gobierno español a las prospecciones petrolíferas de Repsol, que "el Gobierno del Partido Popular trata a Canarias como si fuera una colonia". ¡¡Cínico!!
¿Ahora se entera este colaboracionista, godo consorte, traidor a Canarias y falso nacionalista, de que somos una descarada colonia española en África? ¿Qué es lo que ha cambiado para que antes fuéramos una "comunidad autónoma española" y, así de pronto, seamos una colonia? ¿No han sido Coalición Canaria, y antes las AIC y las FRAIC, colaboradores necesarios del abyecto y depredador colonialismo español pactando, indistintamente, con los sucesivos Gobiernos españoles de la UCD, PSOE y PP? ¡¡Señor Rivero: como patriota canario le ruego encarecidamente que no siga atentando contra mi inteligencia contándome más milongas!!
Toda la comunidad internacional sabe perfectamente que Canarias es una "posesión española de ultramar"; y hasta la propia Unión Europea nos considera una RUP, que es un encubridor eufemismo de colonia, encuadrándonos de forma artificial junto a los Territorios DUM franceses (Martinica, Guayana Francesa, Guadalupe y Reunión) y con Azores y Madeira en el Título VII Disposiciones Comunes, Artículo III-424 de esa Constitución europea que para nada nos concierne. Y si los países serios que también fueron dominados por una metrópoli no se pronuncian sobre la situación colonial de Canarias es porque, a la vista de que aquí no sucede nada, optan por la prudencia y prefieren escudarse en esa máxima diplomática de la "no injerencia en los asuntos internos de un Estado". ¡¡Y así le va a este pueblo, sumiso y dependiente!!
Ahora bien, las reacciones que se están produciendo ahora no obedecen a reivindicaciones soberanistas ni cosa que se parezca. Están organizadas y manipuladas por los ecologistas esos de distintos tonos de verde, por el espectro de esa izquierda esquizofrénica, decimonónica, demagoga e intolerante que se aprovecha de la buena voluntad y el supino desconocimiento sobre estos temas de los canarios en general, despistados y que no saben discernir lo que más les conviene y, por tanto, susceptibles de ser manipulados, como así está sucediendo, lamentablemente. Todo en la puesta en escena de esa ópera bufa, de la que son el desafinado coro, que están protagonizando los "tres tenores": Paulino Rivero, Pedro Sanginés y Mario Cabrera, presidentes del Gobierno canario y de los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, respectivamente, que están manipulando de forma canallesca al pueblo canario en general y a los conejeros y majoreros en particular, pervirtiendo el debate de las prospecciones y llevándolo por los derroteros que les interesa.
Vamos a ver, iluminados: ¿qué es lo que se está dilucidando aquí realmente, que se explore a ver si en realidad hay petróleo, o si esos yacimientos pertenecen a Canarias? Porque, en pura lógica, oponerse a las prospecciones es dar por sentado que los supuestos yacimientos pertenecen a España, lo que es rigurosamente falso. Máxime teniendo en cuenta la distancia desde la que se pretende perforar, que, reitero por enésima vez, son espacios marítimos que pertenecen a la Zona Económica Exclusiva de Marruecos, mientras no se constituya el futuro Estado Archipelágico Canario, libre y soberano, en cuyo caso sería propiedad compartida canario-marroquí.
Ya es hora de que le quede claro a todo el pueblo canario que España no tiene jurisdicción alguna más allá de las doce millas de mar territorial alrededor de cada isla; y una incursión más allá de ese límite exterior se estaría produciendo en lo que sería de ZEE marroquí y en su plataforma continental correspondiente. Y repito, el hecho de que Marruecos no se haya pronunciado todavía no cabe interpretarlo, por aquello de que el que calla otorga, como un consentimiento tácito a las prospecciones en sus aguas. ¡¡Nada más lejos de la realidad!!
Por otra parte, el permiso ese que ha dado el Gobierno español no solo no se sostiene legalmente, sino que es nulo de pleno derecho. Estamos, jurídicamente hablando, ante una disposición de Derecho interno español que trata de oponerse y tener primacía sobre la doctrina y los preceptos del Derecho Marítimo Internacional, que ampara a Marruecos como Estado ribereño con soberanía sobre los espacios marítimos sobre los que se va a actuar. Recuérdese que, por otra parte, se trata de la convalidación de un real decreto del Gobierno de Aznar, el 1462/2001, que, en virtud de un subterfugio legal, como fue la entrada en vigor en el año 2000 del Reglamento Comunitario para la puesta en práctica del sistema para la localización de buques pesqueros vía satélite, España, que siempre actúa como un verdadero Estado forajido, repito una vez más, aprovechó la ocasión para, de forma, unilateral, establecer una supuesta mediana desde nuestro Archipiélago con Marruecos (¡que este país rechazó de plano!) y cuyas virtuales coordenadas geográficas figuran detalladas en una carta que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de entonces, Arias Cañete -que también forma parte ahora del Ejecutivo de Rajoy-, envió al "lobby" armador español. ¿Ha variado en algo la situación para que Marruecos no se siga oponiendo a la execrable política española de hechos consumados?