Sentimientos de libertad

Semblanza de un isorano ilustre

 

Francisco R. González Alonso

En la última visita del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna Dr. Manuel Hernández González al Hogar Canario Venezolano, con motivo de dictar una conferencia sobre los "Canarios en la independencia de Venezuela", recibí un libro con especial dedicatoria que se refiere a la semblanza de un ilustre isorano de nombre Manuel Linares Delgado, pariente lejano por vía materna, que nació en Guía de Isora el 8 de julio de 1839, y que siendo un adolescente de 13 años se vio en la necesidad de emigrar a Venezuela, donde permaneció hasta los 17 años, para luego trasladarse a la isla caribeña de la Perla de las Antillas, Cuba, donde logra terminar sus estudios y se inicia como regidor del Ayuntamiento de Nueva Paz.

Estando en Venezuela, donde un gran número de isoranos habían emigrado, conoció y disfrutó de las actividades desarrolladas en una sociedad fundada por los isoranos en Caracas, a la que le dieron el nombre de Luz de Guía.

En Cuba, después de ejercer como regidor del Ayuntamiento de Nueva Paz, en 1865, se traslada a la capital, La Habana, como redactor de la Revista Económica, donde manifiesta sus grandes conocimientos sobre el acontecer histórico que vivían Cuba y el mundo en general.

Una tía abuela, Luisa Alonso Ferrer, que me enseñó las primeras letras del abecedario castellano y me contaba episodios de la historia universal, así como pasajes bíblicos y remembranzas de emigrantes isoranos que recuerdo con inmensa gratitud, también me hizo referencia de un pariente que había emigrado a Cuba y se había hecho famoso como articulista en los mejores diarios informativos de la isla antillana. Se refería a su pariente el ilustre isorano Manuel Linares Delgado. Ella se lamentaba de no volverlo a ver de regreso a su pueblo natal de Guía de Isora, como lo habían hecho muchísimos isoranos que hicieron fortuna.

Tres años antes de morir, regresa a Canarias, y tuvo al fin la dicha de verlo, saludarlo y admirar sus galanterías y conocimientos en su breve visita a Guía de Isora, pues lo más rancio de la sociedad canaria del momento lo invita a innumerables actos culturales dictando charlas, donde sentó cátedra de sus conocimientos sociales y políticos, por los que recibió elogios y críticas por sus avanzados conocimientos, en contraposición a una sociedad muy limitada e impedida para aceptar las ideas liberales que pregonaba en sus artículos y veladas. Sus múltiples invitaciones le impiden volver a visitar su pueblo natal, Guía de Isora, y su presencia en la Cuba convulsionada políticamente es solicitada urgentemente como articulista moderador en los diversos periódicos de la isla caribeña.

Son precisamente sus criterios sociopolíticos lo más notable que podemos destacar de su personalidad como escritor, pues, como isorano que soy, también me siento muy complacido en saber que sus ideales de libertad para Canarias fueron intensos brotes de ebullición y efervescencia que latieron en su corazón isorano y que, con gran jerarquía, supo modular con su acrisolada pluma; sentimientos de libertad para su adorada y querida Cuba.

Haré referencias a sus criterios de justicia en la defensa de los emigrantes canarios en la América colonizada, pero antes de expresar sus sentimientos de equidad social, que defendió toda su vida, en pro de nuestra defensa como pueblo sumido en la mayor degradación social y política, voy a referirme a lo manifestado el 25 de julio de 1890 estando en Canarias, en una velada en el Gabinete Literario, donde critica las enormes desigualdades existentes en la sociedad canaria, enquistada desde que fue colonizada, donde se ha enraizado una sociedad aristocráticamente embelesada, perversa y esclavista, que aún subsiste entre los falsos nacionalistas que nos gobiernan.

franciscoteide@cantv.net

 

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