De
la seba al pueblo canario
Marisa Álvarez
Hola, soy la humilde seba, también tengo otro nombre que me dejaron mis
queridos científicos, cymodosea nodosa. En mi final, quiero mandar un mensaje a
todos los que han luchado por mi existencia, a los que me han prestado su tiempo
pegando carteles, reuniéndose, pintando, a
los que me han dado sus manos para sujetar las pancartas pidiendo por mi vida, a
los que me dejaron sus pies pisando el duro asfalto en múltiples recorridos de
auxilio, a los que gastaron sus gargantas gritando mi nombre, a los que
cubrieron sus cuerpos con disfraces alegóricos a mi situación, a los que han
hecho tanto en silencio, a todos, lo primero, gracias por esos maravillosos préstamos.
Yo
solo soy una seba que doy graciablemente a los hombres lo que
Carezco
de vistosos colores, de estupenda estampa, como otros que viven en este medio, pero
entre mis tallos se desarrolla un perfecto trabajo que ayuda a purificar el
agua, a fijar la arena de vuestras playas, a servir de nido para los peces que
os alimentan.
A
pesar de lo triste de mi situación, he sido muy feliz, con derroches de
clorofila (lo que ustedes llaman Amor) sintiéndome protegida por tanta gente de
este maravilloso pueblo Mis primas
de otras islas están enfermas, desgraciadamente, pero yo he sido muy afortunada
de crecer aquí, en Tenerife, hasta
este momento.
A
pesar de mi difícil supervivencia, las aguas están turbias y me manchan, cada
día dejo de ver un trozo de mi barrio, se que pasaré a la historia quizás
como uno de los habitantes marinos mas conocidos popularmente, y eso, me llena
de orgullo y me ayuda, porque no
existe en el mundo una planta tan humilde y tan defendida como yo.
Quizás
no esté el día 12 de noviembre para que me llegue vuestras voces de lucha,
pero si llego, me daría fuerzas
para seguir resistiendo, la esperanza me mantendrá o le pasaré el testigo a mi
familiar mas lejano, al que le pueda
quedar mas tiempo, Adiós queridos amigos, luchad por mi o por mi familia si ya
no estoy, y si no, luchad por vuestra propia dignidad, allí donde vaya pensaré
que existen humanos buenos. Gracias
de nuevo por estos once años que me habéis regalado
LA
SEBA