BASTA DE ABUSOS, SAQUEOS, EXPLOTACIONES Y GUERRAS (I)

 

Andrés  García  Montes

 

¿Hasta cuándo la Humanidad se seguirá tragando las mentiras, calumnias, maniobras, engaños y cinismos que la bestia colonial sigue practicando para continuar robando y saqueando los recursos de los países más débiles, violando, desconociendo y pisoteando, todas las normas, leyes y acuerdos, impuestos por ellos mismos en la organizaciones nacionales e internacionales?

 

Con el propósito que el afable lector comprenda en toda su amplitud y profundidad el mensaje que quiero transmitir, relacionado con la salvaje y monstruosa intervención en Libia. Hagamos un poco de historia.

La expansión colonial europea se inicia en 1402, cuando Jean de Betancourt y Gadifer de La Salle, dos normandos a la orden del Rey de Francia, inician la conquista del Archipiélago Canario, poco después se acogen a la protección de la Corona de Castilla y desconocen la Corona de Francia. Tal como bien indica la Historia el propósito de estas conquistas era el robo de las riquezas y la explotación de los pueblos conquistados. Como es lógico, tales prácticas se desarrollaron adaptados al periodo histórico en que ocurrieron, así, 500 años atrás, los recursos mas apetecidos era el oro, la plata, las piedras preciosas, entre otros. Hacia allí orientó el coloniaje español su mayor interés. En cuanto a la explotación de la mano de obra nativa se orientaba en función de los intereses de los amos, así la autorizada voz del escritor Eduardo Galeano nos dice que fueron millones de indoamericanos los que subieron a las heladas cumbres del Cerro Rico del Potosí, la mina de plata más rica jamás descubierta; 2 millones no regresaron jamás, fueron tragados por las abiertas bocas de los socavones por donde salieron los miles de kilos de plata que viajaron a Europa. Según el nombrado autor, cuando Colón llegó a América este Continente tenía entre 70 y 90 millones de habitantes, 150 años después que terminó la conquista, sólo quedaban 4.5 millones de indoamericanos. Según algunas estimaciones el colonialismo español usurpó a sus colonias americanas unas 16 mil toneladas de plata y de 180 a 200 mil kilos de oro, amén de muchos kilos de piedras preciosas y otras riquezas, que luego al centralizarse en Inglaterra, Francia y Holanda, jugaron primordial papel en la llamada Revolución Industrial.

Como es bien conocido, si bien no son los únicos, 3 países se destacan en Europa como imperios coloniales: España, Francia e Inglaterra, quienes celebran durante siglos guerras intestinas para robarse entre ellos y mantener la hegemonía. Para el Siglo XIX, Francia e Inglaterra alcanzaban un desarrollo científico y técnico más avanzado que España, y ésta es desplazada de la pirámide hegemónica. Francia e Inglaterra han seguido hasta nuestros días, a los que se unió y ocupó el primer lugar, para finales de la primera mitad del Siglo XX, su alumno más destacado, los Estados Unidos de América.

Basta conocer un poco de Historia para saber que los imperios coloniales se han mantenido sobre la base de sembrar el miedo y el terror, para lo cual han venido desarrollando y perpetuando las sofisticadas y destructivas armas con las cuales amenazan, hacen la guerra y cometen toda clase de crímenes y monstruosidades que le permiten imponerse y efectuar el saqueo de los recursos de sus víctimas. Para mayor escarnio, siempre justifican sus atrocidades tras argumentos que buscan confundir y justificar sus abusos y atropellos. Los españoles se amparaban en que venían a enseñar la doctrina de Cristo y salvar las paganas almas de los infieles, más tarde ingleses y franceses alegaban que venían a traer la civilización y el progreso a los incultos y atrasados pueblos que invadían. Esto ha venido evolucionando hasta nuestros días que justifican sus intervenciones alegando que le traen a los pueblos invadidos o condicionados la democracia, la libertad y, por si fuese poco, el respeto a los derechos humanos. Parece que estos argumentos ya están gastados y han puesto en práctica otros pretextos que sigan justificando sus monstruosidades y sembrando la confusión y el engaño.

Respetable lector: ¿Qué otra lectura se puede hacer a la justificación del brutal bombardeo a Libia? Cuyo acto está encabezado y dirigido por los tres nombrados países continuadores del proceso colonial, acompañados por unos serviles lacayos, entre estos, los que siguen viviendo de recuerdos.

No es necesario ser una gran analista para darse cuenta que dentro de la profunda crisis que sufre el Sistema Social Capitalista, la perturbación y el despertar de ese amplio conjunto de pueblos, donde la cultura islámica tiene una determinante influencia, puede darse la formación de un frente en la región que guarda las más amplias reservas de petróleo en el mundo, y el coloniaje no sólo necesitan garantizarse el suministro de petróleo, necesitan con desesperación la mayor parte de esos miles de millones de dólares que produce su venta, para prolongar la vida del sistema social imperante.

No es por casualidad que hayan elegido a Libia, ello va dirigido a  controlar el peligro que representa, ya que es el ejemplo a seguir, pues es el país más avanzado de la zona, lo que le da una alta cuota de influencia, tiene las reservas de petróleo más amplias de África, tiene unas reservas monetarias que rondan los 200 mil millones de dólares depositados en bancos europeos y estadounidenses que estos ladrones necesitan desesperadamente para aliviar la crisis económico - financiera que padecen, también tiene una amplia zona costera que ofrece las mejores condiciones para ser atacada sin necesidad de bases terrestres, entre otros aspectos.

Es insólito, repugnante e indignante para todo ser pensante, la maniobra que urdió el colonialismo para justificar la atrocidad del ataque a un pueblo pequeño, pacífico e indefenso. Valiéndose de la formación de la sociedad de Libia, constituida por varias tribus, organizó a un grupo descontento al que le sumó un grupo de mercenarios y sicarios a sueldo, a quienes entrenaron y equiparon con armas de última generación con las que aterrorizan, reprimen y asesinan a los pacíficos ciudadanos. Cuando el gobierno quiso poner orden y los enfrentamientos originaron las primeras víctimas, el descomunal aparato publicitario del decadente sistema, junto al entusiasmo de la derecha mundial, desataron una campaña publicitaria descomunal, acusando al gobierno libio de dictador, criminal, asesino de su pueblo, violador de los derechos humanos entre otros. Con ello crearon la imagen de una guerra civil y fabricaron la figura del redentor que estaba obligado a correr a defender a las víctimas de un tirano que se hace acreedor a ser sometido y sacado del poder. Pero estos pulcros angelitos necesitaban legalizar su “humano” y sacrosanto acto, para ello acuden al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, quien, sin revisar y menos discutir los informes de los delegados especiales que las mismas Naciones Unidas enviaran a Libia para averiguar la verdad de los hechos, aprobó una resolución que autoriza el uso de la fuerza para intervenir en la crisis de Libia. Esta desfachatez me obliga a autoresponderme: ¿Y qué otro resultado se puede esperar del organismo más antidemocrático del mundo?  Pues los 5 miembros con derecho a veto (Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Rusia y China) tienen un poder de decisión superior a la Asamblea General de las Naciones Unidas, constituida por más de 190 países asociados.

Este aberrado hecho le permite alegar que no sólo están cumpliendo con el mandato del Consejo de Seguridad, vale decir de las Naciones Unidas, cuya acta constitutiva dice que es creada para luchar por la paz y la tranquilidad de la Humanidad, sino que el bombardeo que está destruyendo a toda la infraestructura Libia desde los puertos, la industria, hasta los hospitales, es para defender y salvarles la vida a la población civil Libia, pues su amplia sensibilidad humana, su amor a los pueblos, no le permiten contemplar el genocidio que el presidente libio está cometiendo, en forma pasiva e indiferente. Tanto descaro y cinismo reboza de indignación al más indiferente y no deja otra alternativa que preguntarse ¿A quién creen estas bestias que se están dirigiendo, a un mundo de ignorantes y tarados mentales que no tiene capacidad de pensar, razonar y tomar el fenómeno en cuestión y analizarle con sentido crítico, analítico y creativo, para arribar a conclusiones lógicas y razonables? Pues el más distraído, indiferente y desinteresado sabe que los que hoy muestran más interés por los 400 o 500 víctimas libias (doloroso por supuesto) o incluso aceptando su mentira que habla de 10 mil, son los mismos que alegando lo que a ellos le sobra “Armas de Destrucción Masiva” invadieron a Irak y después de reconocer su equivocación, -algo que conocían antes de la invasión- en vez de retirarse siguen ocupando y martirizando a ese sufrido pueblo. Las estimaciones de las víctimas fatales oscilan entre un millón y millón y medio, y para completar, al bombardear varias ciudades lo han hecho con bombas que, junto a los explosivos, le añaden uranio empobrecido, que ha originado una concentración de radioactividad en varias ciudades, tan alta que ya se están haciendo denuncias de nacimientos de criaturas deformadas. No conforme con éstas monstruosidades, han utilizado el mortífero fósforo blanco. Estos mismos angelitos invadieron a Afganistán, bajo el pretexto de que protegía al terrorista Bin Laden, aún lo están buscando. Y sobre las monstruosidades ya dichas en Irak, las víctimas mortales se estiman entre 600 a 700 mil. Si su amor a la Humanidad es tan grande, porque no han invadido a los sionistas israelíes, no sólo por el genocidio con decenas de miles de muertos en Palestina, Gaza, Líbano, sino que también han sido y siguen siendo sus aliados y protectores. Sólo es una muestra de la interminable lista de terrorismo y genocidios que el colonialismo ha realizado en su historia de horror. De allí que cuando veo, oigo o leo, las declaraciones de estos descarados o sus lacayos, me llene de indignación y me sienta ofendido, como seguramente se sienten millones de seres a nivel mundial al ser tratados por estos cínicos como unos estúpidos incapaces. No dejan otra opción que pedir respeto para los millones de oyentes que, aún coincidiendo con su ideología, son tratados de la indicada forma.

Cómo pretenden que el mundo les crea que le están salvando la vida a los civiles libios bombardeando y destruyendo la infraestructura de ese país, una de dos, o consideran que se están dirigiendo a mentecatos, idiotas, que carecen de la facultad de pensar y analizar, o la crisis que les castiga es tan fuerte y apremiante que enloquecidos se han quitado la careta que han venido utilizando a lo largo de más de 600 años para justificar sus atrocidades.

Una vez más se pone de manifiesto que el único remedio que conoce el Capitalismo para resolver sus cíclicas crisis de superproducción -esta vez ampliada por otras crisis- es la guerra. Concluimos estas apreciaciones preguntándonos con el insigne escritor Eduardo Galeano. (¿Hasta cuándo la paz del mundo estará en manos de los que hacen el negocio de la guerra?).

La parte II de estas consideraciones tratará la imperiosa necesidad que tiene la Revolución Bolivariana de mirarse en el espejo de Libia.

 

---» Continuará…