Cambios en el Santuario de Nuestra Señora de Las Nieves
Por René Acosta *
El nuevo Rector
del Santuario, sacerdote Don Antonio Hernández Hernández, predicando con el
ejemplo
Con la llegada del sacerdote palmero, Don Antonio
Hernández Hernández (Fuencaliente,
año 1942), nombrado nuevo rector del Santuario de
Virgen de Las Nieves, tras 45 años de ejercicio pastoral del rector anterior,
Don Pedro Manuel Francisco de Las Casas, se están recuperando la casa
parroquial y sus aledaños, de manera progresiva y que salta a la vista.
Al mismo tiempo se está realizando una limpieza a
fondo, asimismo, después de años dejados de la mano de Dios, se están
recuperando y reciclando prácitamente todas sus dependencias: los escalones antiguos que estaban desperdigados por
aquellas huertas, con la ayuda de algunos voluntarios, los están aprovechando para
hacer un asiento para descanso y solas de los visitantes. Unas conejeras ya
derrumbadas por abandono, han sido trasformadas en una barbacoa. Las palmeras
están siendo podadas, las pequeñas huertas limpias de malezas, y se está
estudiando la arboleda, preferentemente autóctona, más adecuada para ese hermoso lugar.
Del gallinero se está
recuperando los ladrillos tan valiosos que tiene, así como la posibilidad
de dotarlo de gallinas de la tierra. El depósito del agua está siendo
restaurado y las piletas se dejarán tal como estaban; lo mismo que el depósito
del agua de la pileta para regar. Los baños de madera también serán
restaurados como los de antaño. Y, como es de rigor, la vivienda se está
habilitando para que se pueda vivir en ella como Dios manda. También se quitó
el tronco viejo y podrido que estaba delante de la entrada principal de la
vivienda.
El Santuario de Nuestra Señora de Las Nieves ha tenido suerte con la
llegada de Don Antonio, el cual está demostrando con sus acciones su amor a
nuestra arquitectura, a nuestras costumbres y, en definitiva, a nuestras señas
de identidad.
Otro tema es el monasterio o casa de peregrinos que
lleva muchos años cerrado, en el que el Cabildo realizó unas obras de desmonte
dejando un hoyo muy grande y peligroso que no se sabe para qué es. Una inversión
de dinero presuntamente innecesaria, y lo peor es que está financiada con
dinero público, por lo tanto se debería investigar las partidas económicas
que se destinaron a estas obras, que después de tanto tiempo están paradas,
las cuales, tal como están, constituyen un peligro muy grande, pero no se ve
que ningún partido político se interese por este despropósito. Va siendo
tiempo de preguntar dónde está tanto dinero invertido con tan pocos
resultados. El dinero es del pueblo y al pueblo hay que darle explicaciones.
*René
Acosta
Reportero del periódico digital El
Canario