SALPICÓN
DE HUMO
Paco
Déniz
Con sus camisetas del Che planchaditas, sus banderines
republicanos, su martillo y su hoz roma, IU ha puesto la nota exótica en el
acto de exaltación del tránsfuga profesional Corrales. Este prototipo de
residente en Canarias, que en el pasado los traicionara, con mucha prisa por no
volver a trabajar y por lograr un acta de concejal en Santa Cruz, ha logrado
meter en el corral a un elenco variopinto de pegacarteles
para la próxima contienda electoral. Los ha acorralado en un acto, también de
exaltación al líder máximo, el recién nombrado héroe de la penúltima guerra
civil del PSOE Santiago Pérez, que recogió aplausos y el clamor del respetable
salpicón. Se vendió humo y se ofreció trabajo al residente corrales y a otro
que tiene pinta de residente: Viciana. Hasta ahí todo
normal. Lo extraño fue lo presto que anduvieron el
propietario de la franquicia verde y Ramón Trujillo para meterse en el corral.
Este último dejó a su partidito en el taxi y subió al escenario a firmar
formalmente su acta de defunción, pues lo próximo será la entrada en el PSOE
dentro de algún tiempo. No será el primero... ni el último. No olvidemos que IU
es un curso puente para entrar en el PSOE con algunas asignaturas convalidadas.
Y así, sobre la base del cálculo electoral, la ausencia de proyecto político, y
la justificación de lo injustificable, refundaron este salpicón de humo que
caduca la noche electoral. Tanto entusiasmo les ha entrado por el salpicón, que
se olvidaron en el taxi al radio predicador de San Borondón
y a sus feligreses de somos dos. A pesar de todo había hueco en el taxi.
El curso puente IU consiste
en exigir fidelidad a los principios del purismo revolucionario a todos los
demás para, luego, opositar a políticos responsables. Es de manual. El acto de
exaltación del otro día es el primer examen, quedan dos más: el de la catarsis
y el de la reunificación del PSOE. Está escrito. Luego, alguno se llevará una
carterita de cultura, fiestas o medio ambiente. Échenle un vistazo a las
instituciones actuales para que vean. Y a mí me parece muy bien, pero para
llegar ahí no tenemos que aguantar tanta parafernalia infantorevolucionaria.
A Trujillo ya lo ha aplaudido el PSOE escindido, ahora le toca lavar los
pecadillos de juventud. Poquitos en su caso. No sabía lo difícil de mantener la
calma cuando llegan las elecciones; la prensa se mueve, el pensamiento se
nubla, en fin, lo normal. Pero quien se apura nunca le sale la cuenta, hay
inversiones a fondo perdido, y entonces el corral se convierte en una nasa. Y
en la nasa mueren inútilmente muchos pececillos incinerados (pejines quemados).