Desembarco
de "las ruedas de repuesto" del bipartidismo español
Pedro
González Cánovas
El
sistema electoral español favorece un espectro político, por algunos llamado
bipartidismo, que va un poco más allá. La realidad es que se hacen espacios
para el grupo de gobierno, el grupo de la Oposición y un tercer grupo llamado
grupo Mixto.
Hasta
ahora hemos sufrido la alternancia de la derecha, representada por AP o PP, la
pseudo-izquierda de los socialdemócratas del PSOE, ante la atenta mirada y el
circunstancial colaboracionismo de una izquierda proveniente de restos del PCE
que opera bajo la denominación de Izquierda Unida (IU).
Ante
un desencanto generalizado con el gobierno y la oposición, poco a poco,
desembarcan nuevas opciones políticas, pero ahora sin clara definición ideológica:
los disidentes del PSOE, llamados UPyD y los ibero hippies de Podemos, que se
definen como una organización asamblearia y ciudadana, con un programa más
lleno de vacíos que de contenidos que les puedan identificar ideológicamente,
que se han alimentado, evidentemente, de antiguos votantes del PSOE y más; así
como esa nueva IU que tendrá que debatir mucho sobre si acercar su postura a
los socialdemócratas, para mantener el nivel o arraigarse en el discurso
psuedo-marxista clásico y jugársela.
Para
los que nos sentimos en Canarias, que ellos sienten "tan lejos", el
panorama no cambia mucho. Sólo que los herederos directos de la época del
antiguo régimen franquista parecen empezar a ser desplazados por otras
opciones, repartiéndose el voto de forma que la aparente madurez política
parece dirigirse hacia el pluripartidismo, rechazando la fórmula promulgada por
la España de la transición, sólo que convirtiendo en el más fuerte al
antiguo grupo mixto.
Los
resultados de estas elecciones europeas no nos resultan fiables y, es más,
podemos calificarlos de poco significativos. Con una ínfima representación del
votante independentista que, aunque parece adquirir mayoría de edad en cada
votación "Local", el Parlamento transcontinental le resulta algo
repelente y tiene lógica.
Sin
embargo, las amenazas de UPyD y Podemos a hacer política en Canarias sí que
tienen que ser un revulsivo para los independentistas. Ya que por estos lares más
exaltaciones españolistas sobran. Además, los que "venían de la
izquierda" y ahora se denominan UPyD se han autodescalificado con sus
representantes en el archipiélago. Igual que los que han apoyado a Podemos, de
mano del círculo de amigos de esa jueza "progre" que sentencia a las
cinco sindicalistas por manifestarse pacíficamente en la cede pública de la
Confederación Canaria de Empresarios: la tal Meri Pita y su coleguita la jueza
Victoria Rosell. Esa es la gente que apoyaba una candidatura donde el primer
Canario aparecía en el número 41 de la lista. Y hablamos de un asesor
financiero de banca, que en la entrevista que le hace el Diario de Avisos, al
preguntarle sobre la ideología que tiene su partido responde "lo
importante ahora no es eso, sino el eje vertical, los de arriba y los de abajo,
y, de hecho, a nuestros círculos va también gente que votó al PP, y muchos
desencantados del PSOE o de IU".
Pues
con esa solidez amenazan con presentarse a las locales de mano de IU. Y yo ahora
tiemblo, por los militantes comunistas españoles y por el desencanto que pueda
causar el nuevo invento y de que llegue a las locales, para acabar por
convertirse en la rueda de repuesto del mismo sistema que ahora tenemos. Todo
augura que así podría ser..., o puede ser, o puedes..., que yo no voy a entrar
en eso.