El rictus iracundo de Paulino Rivero

 

Cuis-Canarias

 

Cuando Paulino Rivero levanta el dedo índice de la mano derecha, cual revólver “Colt”, tuerce la mitad derecha del rostro hacia arriba (la parte izquierda permanece paralizada, lo que se evidencia sobre todo en la boca, que parece esbozar un característico “rictus” de iracundia) y achica aún más sus ojillos ratoneros, dirigiéndolos con al menos aparente intención aviesa y fulminatoria sobre el o la desgraciada destinataria de tamaño despliegue de gestos posturales, es que la cosa “se va poniendo chunga y/o peluda”, normalmente porque el susodicho “Gran Grumete” se siente contrariado en su inmenso ego o soberbia por algún “desplante” de que se ha sentido objeto (sea real o producto de su imaginación)...

 

El caso es que a nuestro protagonista de la foto se le ocurrió ir de "Turismo electoral" a La Palma, tal como sagazmente coligió el STEC-IC de la Isla. No era para menos, por cuanto tal como expresó la organización sindical de la izquierda soberanista, “…la educación pública se hunde en La Palma", existiendo más de una quincena de centros educativos que reclaman profesores sustitutos desde hace meses, "mientras en los centros concertados privados nada falta". Además achacan a Educación la apertura de expedientes disciplinarios a maestros por apoyar a los padres.


En un contexto así, al “Candidato” (o a sus Asesores) no se le ocurrió mejor idea que ir a la Isla Bonita a “inaugurar cosas”, incluidas algunas infraestructuras educativas que llevaban siendo utilizadas normalmente desde hacía tiempo (o “anormalmente” usadas, dada la pertinaz y creciente falta de recursos materiales y humanos a que se ve sometida la educación pública en Canarias). ¿Qué esperaba Vd., Sr. Rivero, un recibimiento apoteósico, las masas populares palmeras rindiéndole pública pleitesía…?. Pues fue que no... Bastante poco le pasó, al fin y al cabo: un grupo de madres y alumnos tratando de trasladarle sus peticiones, y una Señora del grupo que, a la vista de su actitud semi-autista, decidió asomarse a la ventanilla de su coche oficial (uno de ellos...), a tratar de contarle “las verdades del barquero” de viva voz. No sabía aquella madre reivindicativa que con su actitud temeraria se estaba arriesgando a recibir algún que otro cogotazo de su fiel guanchancha o guardia pretoriana "de andar por casa". Afortunadamente allí se encontraba un dirigente del STEC (al que se ve de refilón en la foto, con evidente aspecto de no permitirse caer en actitudes crispadas –dando de paso un valioso ejemplo a “nuestro” Presidente -es decir, una especie de bofetada sin mano-) y dispuesto a evitar que llegara la sangre al Barranco de las Angustias; cosa que, afortunadamente, no ocurrió. De tal manera que el “mandamás” más prestigioso e inteligente del mundo mundial y parte de extranjería se mandó a mudar de La Palma en su CHAFO (“Canary Helicopter Air Fórceps One”), sin más incidencia que un cierto resquemor interno, frente al que yo, de ser el destinatario del mismo, mantendría ciertas reservas, porque es bien sabido que el Señor Rivero, como todo buen autócrata mediocrón, no suele olvidar un agravio nunca (sea real o supuesto).