SÍ REZANDO Y CON EL MAZO DANDO" (I)

 

 

Por Paco Díaz  

 

                                            SIENTO EL REZO

 

                                El art. X y XI de la Declaración 1789

 

                                bien dice....

 

                                que son distintos los caminos al mismo fin!!!

 

                                Ya hace cinco años que cada día, varias veces,

 

                                siento el rezo,

 

                                a babor, estribor, proa o popa,

 

                                y eso me hace sentirme bien.

 

                                Tengo a los míos que me dan la paz en el alma.

  

Luis

   

Estimado amigo:

 

Parece que te veo muy concentrado e interesado solo en la parte espiritual y sagrada y, aunque lo dudes, acabo de leerme las dieciocho partes de los rezos que me enviaste, aunque eran del Islam y en francés, sus concentraciones y posturas para orar y diversas abluciones. Aunque para ser sincero, prefiero hacer éstas desnudo y bajo una cascada o un lugar paradisíaco, como en las aguas de tu precioso Banco del Arguín, en Mauritania mientras me siento rodeado de cardumen de peces y bandadas de aves migratorias. Tal y como me indicas y te creo, parece que tus rezos te sirven de relax y equilibrio mental y físico.

 

 

MONASTERIO TIBETANO DE PANILLO

 

   De verdad que la concentración y meditación, en cualquier lugar es apropiado, incluido en medio de una multitud, como fuente inagotable de energía vital, aunque mucho mayor y relajante fue mi experiencia, hace ya unos años y después de un agotador trabajo, cuando en medio del mundanal ruido recibí la proverbial llamada del anciano-joven, Sr. Abrahán Cárdenes, para que descansara y me relajara en su nuevo "hogar", en el inolvidable y muy alegre monasterio tibetano de Panillo (Huesca). Éste amigo que fue propietario del kiosko y pizería del teatro Pérez Galdós, quien al  vender todos sus negocios buscando la paz, se fue a vivir a este mágico lugar, en el que su vida y su salud dieron un vuelco radical. Ahora es allí es su mejor relaciones públicas de la alegría y la salud. Ya había conocido la suntuosidad, lujo y también prepotencia del centro espiritual de Balbastro, con la sede del Opus Dei que creara su fundador José María Escribá de Balaguer, en su suntuoso e impresionante santuario de Torreciudad. Luego de visitar el bello y típico cercano, Graus, también en Huesca, famoso por ser capital de la región de La Ribagorza, por su tipismo, cultura y turismo de montaña, además centro espiritual -le quedó la huella del famoso predicador San Vicentre Ferrer-, porque se respira la influencia de los dos importantes centros espirituales cercanos. Para llegar a Panillo, hice un alto en el muy cercano, pasando por el tristemente célebre camping de  Biescas, dos días después de la riada, se comienza a subir la colina donde se enclava el alegre monasterio tibetano de Panillo. Al informarme con sus vecinos de su opinión sobre los dos centros, me descartaron el primero por la prepotencia del lugar y, sin embargo multiplicaron los elogios hacia los humildes y alegres monjes de Panillo, a los que consideran como de la familia. Por ello supe que el lugar que me recomendó el amigo era un lugar confortable y seguro. Mucho más cuando me tropecé en lo alto de la cima con su bello edificio tibetano, todo lleno de enormes banderolas ondeando al viento, como dándome la bienvenida.

 

   La experiencia del recibimiento fue tan alegre como me esperaba. Allí empezó mi primer gran contacto con meditación profunda e intenté concentrarme al máximo par dejar atrás el fuerte estrés que me llevaba desde Canarias. Después del magnífico recibimiento, con el gran y sincero abrazo que me dio el amigo Abrahán, más las francas palabras y amplias sonrisas de los monjes de mayor categoría. O al menos lo que me pareció ya que entre ellos es tal la familiaridad que no se distingue a los líderes, solo durante las muy formales celebraciones. Mentalmente ya venía dispuesto a aprovechar al máximo tan importante decisión. Por ello desde el primer encuentro en el gran salón dorado, antes de comenzarla ceremonia  me senté, como todos, excepto los principales oficiantes, en la postura de loto (padmasana) con todos los monjes, en un acogedor salón lleno de imágenes de Buda, columnas, olor a incienso y perfumes sagrados, esperando a que comenzara la ceremonia tibetana. Sus graves tonos músicales, con diversos instrumentos de aire o percusión, lo que aún hacía más mágico el lugar y mayor mi concentración al sentir, más que escuchar, las diversas notas de sus instrumentos musicales, trompetas mogolas o caracolas blancas, Dung Kar, además de sentir en todos mis sentidos y todas las puertas de mi espíritu abiertos, sus notas músicales tan sutiles  y tan complejas, con sonidos de insólita riqueza y profundidad. Aún más impresionaba el sonar del gong, tibetano o mongol, con sus diversos matices, desde el pianíssimo a un fortíssimo, con su retumbar me pareció que se me abrían las puertas del cielo.

 

   De verdad, tan solo al primer impacto de la música solo sentía mi carne de gallina. Aún mucho impactó a mis sentidos cuando comencé a escuchar y sentir sus mantras, o "palabras de poder". Unas palabras cortas o seguidas en grupo, para ayudar elevar el espíritu, hasta la relajación total, o meditación plena. Al principio escuchaba los tan  típicos y monótonos sonidos guturales tibetanos, que parecen salir de ultratumba. Luego de una pausa, más fuertes y rápidos. Para después de breves pausas creadas preparar el espíritu de los presentes para las nuevas etapas, o niveles a experimentar. Con esta práctica se consigue dejar atrás uno tras uno los tres niveles que poseemos, el físico, nuestro mundo material, necesidades y miserias; Para continuar con el verbal (voz, mantras-palabras, música y sonidos), hasta que al final, después de gran concentración y ayudados por tanta intensidad de su grave música y celestial, llegar al último nivel, el mental. Pero el verdadero éxtasis en meditación plena no lo conseguí hasta el tercer día en que sentía como mi cuerpo de alzaba de mi postura y me veía flotando en medio de una calle donde, solo sentía mas que veía, pasar figuras sin rostros definidos en sentido contrario a la dirección en que yo flotaba , mientras mi espíritu seguía su vuelo, a aproximadamente poco más de un metro del suelo. Seguro que lo que sentí con tan plena meditación, ni de lejos se asemeja a la que solamente muchos yogui logran conseguir y que llaman Samadhi, el éxtasís de plena liberación de todo: ni poseen tacto, ni huelen, ni sienten necesidades de ninguna clase, parecen muertos sus sentidos, pero con su espíritu totalmente en alerta.

 

 YOGA CON EL "PADRE BÁEZ

 

De izquierda a derecha: Paco Díaz, el padre Báez y Antonio Cubillo

 

¡Qué pena que yo no continuara como hace una decena de años con las relajantes y curativas sesiones de yoga con el Padre Báez. Ya que un amigo que súbitamente se quedó "desalado" cuando le realizaron un chequeo y comprobaron que padecía la peligrosa azúcar. Según él "no le encontraron sangre alguna". Tan asustado quedó que al recomendarle recuperarse con el yoga que practicaba este cura, e incisivo periodista, defensor a ultranza del los pastores y de la gente del mundo rural.  Mi amigo comenzó las clases en una montaña cercana a San Andrés, en el norte de la isla Tamarant. Durante media docena de meses todos los sábados acudía a su cita con el yoga acompañado con su familia numerosa. A los dos meses ya se había recuperado y de esta milagrosa cura con el yoga, ya hace ya diez años. Mas ahora, aunque no puede practicarlo en grupo, sí en su descanso del trabajo continúa con éste individualmente con sus lecciones aprendidas, sobre todo los de prana (respiraciones vitales) en sus paseos en la cercana playa de Las Canteras. Siempre está alegre, dicharachero y muy positivo, a pesar de sus problemas con un negocio que posee. Conozco otra señora de Moya, la cual acudió al cura, casi pidiéndole la Extremaunción, porque le diagnosticaron un cáncer terminal, de apenas dos meses de vida. El cura sin pensárselo un instante le dijo que la curaba, si venía  a sus clases de yoga todos los sábados. Cuando éste la vio llegar a su misa el siguiente sábado, no se lo creía, para después ella acompañarle, con sus discípulos y resto del grupo, por un tortuoso camino, de dura subida hasta la montaña. Tardó casi una hora en subir, cuando Báez ya hacía un descanso. Pero las siguientes citas no desfalleció y continuó con voluntad de hierro acudiendo todos los sábados. Actualmente, quince años después y con casi ochenta años está curada, y es la mujer más alegre, voluntariosa para ayudar y repartir alegría a su alrededor. Conozco otros casos de graves enfermedades, como el de un guineano, quien sufrió un grave infarto y practicando yoga con Báez se recuperó de tal forma, que hoy día es monitor de un colegio religioso y a este lugar acuden varias veces por semana muchos vecinos. También conozco a nefrólogos que han retado a pacientes graves, "que si acuden semanalmente a secciones de yoga les eliminaba todas sus medicinas" ¿Tal vez retándoles a realizar ejercicios, que al fin es la mejor medicina?

 

RESPETO POR LAS TRADICIONES, EMPEZANDO POR LAS NUESTRAS

 

Palacio Real del Emperador, Bangkok.

 

En esta gran vorágine moderna en la que nos vemos envueltos y llenos de ignorancia sobre el poder del espíritu, que aunque de que había conocido, como turista y siempre con mucho respeto, algunos de los más famosos templos japoneses, Filipinos y asiáticos y sobre todo impresionado por el respeto con que acuden a ellos sus muy sensibles devotos, ¡Hasta cuando las damas tailandesas se postran a los pies del famoso Monumento al Pene, para rogar humildemente por la fecundidad de su pareja. Este monumento está situado en los jardines del más importante conjunto arquitectónico de Tailandia, el Palacio Real del Emperador, Bangkok. Mientras alrededor de las las señoras postradas les rodeaban cientos de túnicas color azafrán de jovensísimos monjes con sus cabezas rapadas. También sentía mucho respeto por sus creencias del Islam en las mezquitas de Omar en Jerusalén, o de "La Roca", donde creen que Mahoma voló al cielo con su caballo; al igual que en su vecino, El Cairo (cuna de nuestra cultura maga, según los prestigiosos paleontólogos Arnaiz y Alonso), con su Mezquita de Alabastro, al igual que la más impresionante Mezquita del orbe, la  del Sultan Ahmed, o Mezquita Azul, de Estambul.  Esta capital entre Europa y Asia es un gran centro mundial de culturas con mucha historia e identidad, ya que fue capital de los imperios romano, bizantino y otomano. Al igual que el Parlamento griego de Atenas, que fue cuna y ejemplo de las leyes y democracia que gozamos todos, excepto. ¡Quien lo iba a pensar, ellos los mismos griegos, ya que actualmente los crueles y anti demócratas tecnócratas de la U.E. les están chupando hasta el hígado.

 

Si me he extendido en estas experiencias, no es porque intente demostrarte que he viajado mucho, solo la razón es explicarte lo siguiente: el respeto que siento por las diversas culturas del mundo, con las que me he enriquecido, como ciudadano del mundo. ¡Que no partidario de la "alianza de civilizaciones"!, para evitar la marabunta y recarga de frágiles territorios, como este archipiélago canario, que es mejor:  "cada polluello con su mochuelo". Por ello al mismo tiempo que soy  comprensivo con los otros, también cada vez soy más exigente y radical, en que los canarios debemos reafirmarnos en exigir el máximo respeto por nuestra rica y milenaria cultura guanche, al igual que nuestro valioso patrimonio cultural y valores espirituales y sociales, para que nos valoremos y respetemos mucho más, al igual que exigirlo a los 12 millones de turistas que nos visitan así como su realce en los diversos medios internacionales, para que todo el mundo sepa valorarnos en su justa medida, nuestros milenarios "usos y costumbres", patrimonio cultural y propia Identidad guanche. ¡Por supuesto, nada que envidiar a la Egiptología, ya que inclusive la cultura guanche fue muy superior en practicar trepanaciones y también en el embalsamado de nuestras momias!, tal y como se ha demostrado que no necesitaban para ello vaciar las vísceras, sino con una delicada preparación de pieles zurcidas en forma de sudario y totalmente pegado al cuerpo del difunto y luego tratadas con bálsamos y ungüentos especiales.  

 

Fin de la Parte I 

 

Moraleja: "SÍ REZANDO Y CON EL MAZO DANDO"

 

Especial para un amigo mauritano

 

Tu amigo, Paco Díaz

 

En Guiniwada, 8 Diciembre 2012

 

----» Continuará