Los
Reyes Magos se pierden en el camino
María
Hernández
Feliz
día de los Reyes Magos a todos, sobre todo a los niños, a esa inocencia, que
con su ilusión nos devuelven a nosotros las ilusiones que hemos perdido por el
camino. Feliz día si han sido buenos, seguro que sí, que todos han sido
muy buenos este año pasado.
Lo
mejor de este día, la mirada, mitad sorpresa, mitad incertidumbre, que ponen
los niños cuando descubren que los Reyes se han acordado de ellos, es una
mezcla entre ¿es verdad o estoy soñando? Esa ilusión, esa alegría que
desbordan de sus poros, ese no saber qué decir, no saber qué hacer o que
coger, las miradas furtivas a papá y a mamá, las risas, los gritos, algún que
otro llanto…, todo eso, es lo único que realmente importa este día.
Pero
yo no puedo apartar de mi mente a esos otros niños que este año no tendrán su
Rey Mago, porque quizás la economía no ha ayudado, porque quizás no hay nada
que poder envolver en un papel de regalo. Esos otros niños que verán los
regalos de los demás y ellos se preguntarán si han sido tan malos este año, o
los que ya son algo más mayorcitos y saben perfectamente que la causa es que
papá o mamá no tienen trabajo.
No
puedo ni quiero olvidar, porque si lo hiciera dejaría de ser humana, dejaría
de ser como soy, y no quiero, porque existe esa otra parte de la Navidad que
probablemente no veamos o no lleguemos a conocer, ¿Cuántas familias este año
se han quedado sin trabajo, sin casa y lo están pasando francamente mal, ojala
los asuntos sociales hayan podido brindar a esos pequeños una sonrisa este día,
a todos, que ninguno se quede hoy sin su Rey, porque no son los niños los
que deben de pagar, con su ilusión, el mal que los adultos estamos provocando.
Pero
hablo de niños occidentales, el primer mundo, pero ¿qué hay de esos otros niños?
Esos que, realmente no vemos, o no queremos ver.
Los
niños olvidados, los que especialmente en un día como hoy no queremos
recordar, porque no queremos que este bello día se nos estropee.
Esos
otros niños no van a tener regalo, eso es seguro, pero lo triste es que no van
a tener ni agua, ni ropa, ni alimentos, ni sanidad. Nuestros niños, tengan o no
tengan regalo este día, son reyes al lado de esta otra infancia a la cual no le
permitimos entrar en nuestra mente, en nuestros pensamientos para que no nos
amarguen las fiestas.
Y
no, no quiero ser yo quien amargue ninguna fiesta, porque decir la verdad o
conocer realmente nuestra realidad no es amargar a nadie, si alguien se
amarga con esto es porque lo ignora, cosa que dudo mucho, y si con este escrito
esa persona ha permitido dejar a su mente volar y ver lo que nos ocultan, lo que
casi no sale en la tele, bienvenido sea esta forma de estropear un día como
hoy, el cual sinceramente no es mi intención, pero necesito decirlo, está en
mi mente y está en mí y yo creo que debo de compartirlo, callarnos las cosas,
las verdades, no es bueno, ni hace bien a nadie. A nosotros, porque nos tiene en
la oscuridad, a los otros, porque son los grandes olvidados.
No
intento juzgar a nadie en particular, pero si culpo a nuestra sociedad en
general, a toda la sociedad, a los que lo provocan, a los que lo permiten y a
los que no hacemos nada para impedirlo, porque éste es un mundo injusto, donde
existe suficiente riqueza para compartir entre todos y que sólo unos cuantos,
poseen más de la mitad de estos recursos existentes en nuestro mundo, con los
cuales se podría erradicar de la Tierra tanta hambre, tanta pobreza,
tantas muertes injustas, tanta falta de sanidad y tanta miseria.
Según
las últimas estadísticas, 3,500 millones de personas mueren al año por beber
agua contaminada, 24.000 niños menores de 5 años mueren “cada día”
por esta causa. Es decir hoy morirán unos 24.000 niños por no tener acceso a
agua potable. Su mejor Rey podría ser el tener acceso a ese lujo, que para
nosotros, día a día, es normal.
El
20 de julio de este año la ONU declaró la primera hambruna del siglo XXI en
dos regiones de Somalia. Después fueron publicados otros datos sobre la
necesidad de ayuda urgente para que millones de africanos no murieran de hambre.
La lista de países se iba ampliando: además de Somalia, preocupaba también la
situación de Kenia, Etiopía y Djibuti. Las condiciones higiénicas en las que
viven, más, la carencia de agua potable, agrava la situación de desnutrición,
enfermedades, etc. Es decir, lo que conocemos como el Cuerno de África.
Aquí no han llegado, ni llegarán en mucho tiempo, los Reyes Magos.
Nuestro
mundo está repleto de conflictos, guerras, desastres naturales y los provocados
por la actuación del hombre, falta de derechos humanos, abusos, infancia
desprotegida, comercio injusto, etc. etc.
Es
necesario que levantemos la mirada y descubramos lo que realmente es nuestro
mundo.
A
nosotros nos brindan las bellas calles muy iluminadas, tanto, que ya no vemos
las estrellas en las grandes ciudades, han desaparecido, las ha absorbido
nuestra contaminación lumínica, las compras, porque hay que comprar, quién
puede claro, las comilonas, porque hay que estar con los amigos, familiares,
esos que durante todo el año, quizás, ni nos hemos preocupado por ellos. Ahora
todo lo solucionaremos con un bonito regalo, pero ha de ser comprado, no puede
ser un regalo hecho con tus manos, en donde seguramente habrás dejado todo tu
corazón, eso no tiene valor, los regalos que por lo visto tienen valor, son los
que cuestan dinero, y mucho dinero.
Y
como seguramente, no es este el día en que deba de expresar todas estas cosas,
aunque a lo mejor sí, quién sabe, a lo mejor es el día perfecto para ello,
porque hay caminos olvidados por los Reyes.
Sólo
quiero decir que podemos volver a cerrar los ojos y los oídos, o realmente
plantearnos vivir de otra forma y hacer algo más por los demás, quizás por tu
vecino, quizás por tu antiguo compañero de trabajo, quizás…por esos
olvidados que parece, que al estar tan lejos, no nos pueden afectar con su
sufrimiento, pero recuerda, que tú, yo, o nuestros hijos, podrían haber tenido
la misma suerte que ellos y haber nacido allí, en vez de aquí. Plantéatelo de
esta forma, entonces, quizás, puedas verlo y sentirlo de forma diferente.
Y
recuerda que hoy nuestros niños disfrutan de sus regalos mientras que miles de
ellos morirán de hambre, también hoy, en silencio, olvidados. Que nuestros
hijos disfruten hoy, pero vamos a recordarles también, que otros miles de niños
no tienen la misma suerte.
Y
no continuemos haciendo la misma pregunta de: ¿Por qué Dios permite que tantos
niños mueren de hambre? Si Dios existe, no lo mezclemos en esto, que aquí los
únicos culpables somos los seres humanos. No podemos seguir toda la vida, echándole
la culpa de lo que ocurre a otros, incluido Dios.
¡Feliz
día de los Reyes Magos!
María
Hernández
La
Palma
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El pueblo no renuncia nunca a sus libertades, sino bajo el engaño de
una ilusión.