¿Queda alguien dispuesto a rescatar a España?

 

[En Canarias, como colonia del reino español, la situación es más dramática si cabe, que cabe, pues el número de desempleados se aproxima al 35 por ciento, bastante más de un tercio de la población activa o en edad de trabajar, lo que contrasta poderosamente con el PIB de Canarias que desde el año 2009 no ha parado de aumentar, con la excepción de un leve descenso en el 2012, lo que viene a demostrar cuál es el interés de España por los canarios y canarias desde los inicios de la colonización hasta la actualidad: esterilización cultural, para garantizar nuestra sumisión y evitar la rebeldía, expoliación económica y sometimiento militar.]

 

Eurostat ha confirmado lo que venimos sosteniendo y es que el déficit presupuestario de España [1]está por encima del 10 %, exactamente 10.6 %,  referido al año 2012, o sea, la nada desdeñable cifra de 111.339 millones de euros, aunque el gobierno metropolitano se apresuró a decir que si no fuera por la mal denominada ayuda bancaria el déficit sería del 7 por ciento. Y tiene razón ¡de no ser además por ese 7 por ciento de déficit no habría déficit alguno!

 

Mientras la deuda pública se eleva al 84.2 % del producto interior bruto (PIB), lo que supone 884.416 millones de euros. A esto hay que añadir la deuda privada, que podemos desglosar en deuda de las familias, deuda de las empresas no financieras y deuda de las empresas financieras (bancos y cajas de ahorro principalmente). La deuda familiar ascendía a 823.494 millones de euros en febrero de 2013, muy próxima a la deuda pública. La deuda de las empresas no financieras era de 1.120.891 millones de euros en julio de 2012, o sea, más de un billón (con b de burro) de euros.

 

Además hay que tener en cuenta la deuda de las entidades bancarias españolas, que considerando solamente los préstamos contraídos con el banco central europeo (BCE) suponía en marzo de este año 259.998 millones de euros, a lo que hay que añadir otro cuarto de billón (otra vez con b de burro) de ayudas procedente del erario público, y la exposición de los bancos del Reino Unido, Alemania, Francia y Suiza a la banca española cifrada en más de medio billón de euros adicionales.

 

En total, teniendo en cuenta el endeudamiento público y privado, estamos hablando aproximadamente de la vertiginosa cifra de cuatro billones de euros en números redondos. Ese y no otro es el motivo por el que se ha dejado de hablar del posible rescate a España, al no haber quien le ponga el cascabel al gato, a no ser que haga falta volver a sacar el temita para meterle miedo al personal en el cuerpo y justificar lo injustificable en lo que a recortes en prestaciones sociales se refiere: sanidad, educación y servicios sociales. También las pensiones, que de seguir por este camino dará lugar a que los trabajadores que se jubilen a partir de la próxima década terminarán yendo al puesto de trabajo con el “taca, taca”, si se nos permite el exabrupto.

 

La encuesta de población activa (EPA), correspondiente al primer trimestre de 2013, ha venido a demostrar que el número de parados en España ha sobrepasado con creces la cifra de seis millones, casi seis millones y cuarto, lo que supone el 27,2 por ciento de la población activa. Para que nos hagamos una idea del dramatismo que esas frías cifras suponen hemos de tener en cuenta que la EPA, a pesar de ser más fiable que el número de desempleados inscritos en las oficinas del instituto nacional de empleo, es un decir (INEM), sólo reflejan las personas que aún tienen la esperanza de emplearse[2].

 

En Canarias, como colonia del reino español, la situación es más dramática si cabe, que cabe, pues el número de desempleados se aproxima al 35 por ciento, bastante más de un tercio de la población activa o en edad de trabajar, lo que contrasta poderosamente con el PIB de Canarias que desde el año 2009 no ha parado de aumentar, con la excepción de un leve descenso en el 2012, lo que viene a demostrar cuál es el interés de España por los canarios y canarias desde los inicios de la colonización hasta la actualidad: esterilización cultural, para garantizar nuestra sumisión y evitar la rebeldía, expoliación económica y sometimiento militar.

 

Desde la invasión de nuestra tierra hemos estado sometidos a modelos económicos impuestos y con el centro de decisiones ajeno a nosotros. Esto ha generado ciclos agudos de la crisis crónica que padecemos desde la colonización española, ante la fragilidad del sistema económico especulativo impuesto que ha buscado siempre la generación rápida de riqueza con la intención de que esta salga al exterior de forma inmediata. Hay que dotar al Archipiélago Canario de un tejido productivo que nos permita generar riqueza a medio y a largo plazo y que esta luego pueda mantenerse en el tiempo. Este tejido productivo debe sostenerse sobre varios pilares de producción y generar un proceso encadenado que lleve a nuestro país al desarrollo y bienestar sin hipotecar para ello nuestra naturaleza sino, al contrario, usando este para la generación de riqueza energética y ecológica.

 

En este nuevo modelo económico deben fortalecerse los sectores productivos primarios y secundarios, para alcanzar la soberanía alimentaria, acorde con las recomendaciones de la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), evitando que, como ocurre ahora, sea un único sector, el turismo, nuestro motor económico y social, con lo que esa dependencia exclusiva supone de inestabilidad ante fenómenos externos a nosotros.

 

Los canarios seguimos sufriendo como la riqueza que se genera en nuestra tierra se sigue saqueando por las grandes empresas fuereñas y la Hacienda estatal española que se queda en sus arcas con el IRPF, la seguridad social y los impuestos a las empresas que obtienen beneficios en nuestro territorio. Cadenas hoteleras, bancos, agencias de seguros, tourperadores, grandes superficies..., siguen teniendo domiciliados sus tributos a la Hacienda española en Madrid, de forma que la supuesta Consejería de Hacienda canaria sólo se queda con algunas migajas. Si los independentistas canarios queremos ofrecer soluciones a los problemas que hoy amenazan a nuestro futuro tenemos que dotarnos de los recursos económicos necesarios para poder emprender políticas sanitarias, educativas, de investigación, empleo, cuidado a la naturaleza, ayuda a los colectivos más desfavorecidos, etc. La única forma para que las riquezas que se generan en nuestras islas tributen en nuestra tierra es dotarnos de una Hacienda propia e independiente, que controle los más de cuarenta y tres mil millones de euros que generó el PIB de Canarias según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), elaborados por España y correspondientes al año 2008. De eso viviremos desde luego todos mucho mejor que ahora, incluyendo a la pequeña y mediana empresa.

 

Nuestra nación genera una gran riqueza económica año tras año (41.500 millones de € en el año 2012, en plena agudización de la crisis crónica etc.). Esa riqueza en su inmensa mayoría contribuye al estado de bienestar en otros lugares del mundo, especialmente en España, mientras que en nuestras islas sólo queda una pequeña parte de la riqueza generada, en manos de un grupo reducido de canarios o foráneos, entre ellos los españoles, residentes o no. Eso hace necesario que la riqueza que generamos sea redistribuida entre todos los canarios y sobre todo entre las clases más desfavorecidas como nuestros mayores y los que viven bajo el umbral de la pobreza. Generamos recursos suficientes para dotarnos de una red sanitaria pública, infraestructuras, centros docentes, centros de investigación, residencias para la gente veterana o para personas con problemas psíquicos o físicos. Es necesario por tanto redistribuir entre la colectividad los conocimientos y patrimonio cultural y buena parte de los beneficios económicos que se producen en nuestras islas, como símbolo de la solidaridad social que perseguimos.

[1] Déficit de España en 2014

[2] España bate del récord de desempleo

 

Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario

Movimiento UPC