Repoblación forestal ya

 

Gumersindo Bienes Reyes

 

El ánimo se entristece al recordar las once hectáreas quemadas por los incendios en el mes de agosto pasado en La Palma, Tenerife y La Gomera. Y más entristece el poco caso que hacen en la prevención, extinción de incendios y repoblación forestal al que suscribe en los medios de comunicación, desde el año 1994, y al resto de los ciudadanos.

Agradecidos debemos estar de la Naturaleza que nos ha proporcionado un clima cuya benignidad no hemos valorado, facilitándonos una vida en que no nos atormentan ni las abrasadoras temperaturas del ecuador, ni nos mortifican los glaciares fríos de los polos, habitables para todos los hombres de distintos climas de la Tierra.

No se pagan con oro las condiciones climatológicas excelentes para las producciones vegetales como el nuestro. Así como los hombres de distintas zonas climáticas pueden vivir en las islas, también pueden reunirse en sus terrenos las especies vegetales de casi todas las regiones de la tierra: desde la palmera que vegeta bajo los ardores de la zona ecuatorial, hasta los musgos propios de la zona ártica.

La poca prevención, hará que al fin se agoten los vegetales; entonces las nubes huirán de nuestras montañas, habrá grandes sequías, como actualmente ya aparece empezar a nivel global y en nuestras islas. El aire que respiramos perderá parte de su pureza y las enfermedades serán por ende más frecuentes entre nosotros.

Después de estos incendios las aguas correrán sin dificultad por las montañas y llanuras pendientes, arrastrando la tierra al mar.

¿Qué hacer?, apresurarse a extinguir el fuego en sus inicios, con un plan preventivo consensuado con todas las instituciones implicadas, aprovechando las intrépidas ideas y servicios de los ciudadanos, y plantar sin tregua ni descanso aquellas especies vegetales de que tanto necesitamos.

Según los científicos, está demostrado que las masas de monte producen una radiación frigorífica que, enfriando la atmósfera superior, condensa el agua. Es indudable que las nubes pasarán el mayor número de veces sin resolverse en lluvia si el enfriamiento producido en la atmósfera por los bosques no lo condensara, es decir, si en vez de estar el suelo cubierto de vegetales fuera árido y seco la radiación del calor produciría corrientes ascensionales rápidas que impedirían que las nubes se aproximaran a la tierra.

Los montes hay que repoblarlos, no solamente como símbolo el día del árbol, sino como algo necesario e imperioso, ante la quema producida por los últimos incendios en las Islas y, ante la sequía imperante y el próximo agotamiento del agua en las reservas internas de la Tierra.