La evolución económica reciente, así
como la registrada específicamente en el subsector exportador agrario, se ha traducido
en una creciente importancia relativa de aquellas actividades agrarias que con
menos intensidad se han visto arrastradas por la inercia asociada a la recesión
económica general en Europa, España y Canarias. Y en este sentido la producción
platanera ha mostrado mayor capacidad de adaptación que otros cultivos a este
entorno poco favorable.
En los últimos años, la superficie se ha estabilizado en torno a
A modo de aproximación preliminar, y de acuerdo con los
resultados del proyecto de investigación PI2008/126 Análisis de costes, precios
y competitividad en la agricultura canaria de exportación, financiado por la Agencia
Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información, el promedio
anual de empleos equivalentes a tiempo completo en cultivo y empaquetado de
plátanos durante los últimos cuatro años se aproxima a los 7.500, que
representan alrededor del 1% del total de empleo registrado en Canarias.
Ahora bien, si se tiene en cuenta que esta estimación está
construida a partir del registro de las horas de actividad empleadas y se
consideran las rigideces en la contratación y en la organización del trabajo,
resulta evidente que las necesidades de contratación para garantizar que las
tareas se lleven a cabo son en realidad muy superiores.
De cualquier modo, un diagnóstico más profundo del impacto de la
actividad platanera en la economía canaria exige conocer tanto los componentes
del coste de producción y comercialización como las cotizaciones del plátano
canario en el mercado de destino. Teniendo en cuenta que, de acuerdo con el
trabajo antes citado, el coste de la mano de obra por ha en cultivo y empaquetado
puede situarse en torno a 16.500 euros/ha, la masa salarial generada por el
cultivo de plátano superaría los 150 millones de euros anuales, asumiendo que
se remuneran tanto las horas de trabajo asalariado como las de trabajo propio.
Además de estos impactos directos en empleo y renta, esta
actividad agrícola genera también considerables efectos de arrastre en toda la
economía regional. De una parte, la exportación agraria representa un potente
cliente para la industria del cartón y las fábricas de paletas (pallets), debido a la necesidad de empaquetar y paletizar
la producción. Y también constituye un mercado importante para los importadores
de maquinaria, abonos, plaguicidas, plásticos y combustibles.
A partir de la estructura de costes de la producción de plátanos
y los niveles de producción y exportación, estos efectos de arrastre pueden
cuantificarse en cerca de 130 millones de euros anuales.
Asimismo deben considerarse los puestos de trabajo que, de no existir la
producción platanera, probablemente desaparecerían con ella. Asumiendo que toda
la actividad indirecta generada es valor añadido bruto en la rama de actividad
en cuestión y que este valor añadido contribuye al empleo en la misma
proporción que en el conjunto de la economía canaria, cabe concluir que la
actividad platanera en los niveles actuales podría llegar a generar hasta 5.000
empleos indirectos anuales a tiempo completo.
Por otro lado, el flete marítimo contratado por la exportación
agraria es utilizado también para importar otros bienes. Teniendo en cuenta el
coste de remitir un contenedor refrigerado desde Canarias, las exportaciones de
plátano habrían abonado en el cuatrienio 2009-2012 un promedio anual superior a
los 33 millones de euros por este concepto, que en el caso de la desaparición
de este cultivo, deberían abonar las mercancías importadas en las Islas, pues
esos contenedores estarían retornando vacíos a la Península. Si se tiene en
cuenta el valor de las mercancías importadas incluidas en los capítulos
arancelarios
* DOCTORES EN ECONOMÍA Y PROFESORES DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES DE LA ULL
Fuente: Publicado en
el Diario de Avisos, 21-07-2013