Reflexiones libertarias acerca de la bandera de las 7 estrellas y la independencia de Canarias

 

Seben Rodríguez

 

Una bandera social, reivindicativa, de lucha, y arraigada especialmente en las gente y barrios...

 

[...Canarias sufre una colonización política, económica, cultural e incluso religiosa. Esto es una realidad innegable. La lucha contra esta colonización es tarea de todxs lxs activistas de esta tierra y de más allá...]

No soy demasiado amigo de banderas. De ninguna. Pero la bandera de las 7 estrellas, la de Canarias, históricamente tiene un arraigo por encima de todo social, especialmente en barrios y demás zonas en donde he nacido, me he criado, y he crecido, así como suele ser un símbolo de lucha social aquí. Por lo tanto, no la interpreto tanto como una bandera “nacional” o “patriótica” ni nada por el estilo. Tampoco defiende en exclusiva la idea de la creación de un nuevo Estado (no confundir Independencia, autogestión, o derecho a decidir, con patriotismos, reivindicaciones estatistas…, porque no siempre tienen porque ir de la mano), sino como una bandera social, reivindicativa, de lucha, y arraigada especialmente en las gente y barrios, de los cuales formo parte, con los que me siento identificado, más allá de instituciones y los intentos de manipulación de políticos oportunistas. Es la bandera que he visto en mi casa, en casa de mis vecinxs, en mi barrio, en lxs amigxs de mi padre… Es la bandera, el símbolo, junto a otros, que veo en cada manifestación, en cada reivindicación, en cada lucha, en cada centro social, incluso en algunos conciertos. Esto no tiene porque ser suficiente razón para hacerla tuya, pero sí para apoyar la idea que defiendo de que es un símbolo social, de barrio y de lucha, por encima de todo. Y que la gente la ha hecho suya, de manera paralela y ajena a los mandatos de gobiernos, instituciones, medios de comunicación,…y por supuesto, Estado. Es lo que hace que  le tenga simpatía e identificación con la misma.

Por último sobre la bandera, lo que me hace sentirla aún más cercana, es el odio y rechazo que sufre desde las posiciones más ultra españolistas  y fachas, llegándola a considerar “bandera manchada de sangre”. Lo más curioso de esto, es que quienes tienen estas posiciones son los mismos que defienden la “rojigualda”. ¿Es que acaso no conoces la historia del Estado español como para llamar a otras banderas “manchadas de sangre”?

Igual que entiendo, me solidarizo y hago mías las reivindicaciones del pueblo saharauí, palestino, o mapuche, por poner solo algunos ejemplos, sería un poco incoherente que no hiciera lo mismo con la de lxs canarixs.

Canarias sufre una colonización política, económica, cultural e incluso religiosa. Esto es una realidad innegable. La lucha contra esta colonización es tarea de todxs lxs activistas de esta tierra y de más allá. Nadie puede mantenerse ajena a esta lucha y mucho menos lxs compañerxs que se dicen libertarixs. Hay que salir del “búnker” de las maneras de entender una realidad a la que parecen no poder o no querer adaptarse algunxs y empezar a ser realistas, solidarixs, y aplicar eso del apoyo mutuo. La independencia, la autogestión, el derecho a decidir, la solidaridad, la lucha contra el colonialismo, la libre federación con quien nosotrxs queramos y con quien no no, sin mandatos desde miles de km,…son consigas de muchas personas e ideologías, pero también del movimiento libertario de hoy en día, que sabe leer y entender los tiempos que corren, y que se siente más cómodo entre compañerxs de diversidad ideológica, capaz de construir juntxs  un proyecto de futuro con todo lo que tenemos en común, que me atrevo a decir que es mayoría, más que formulas ancladas en el pasado, que acaban estando ya no solo alejadas del activismo que se mueve en las Islas, sino de la propia sociedad en sí. ¿Qué es el movimiento libertario si no esto?

Dicho esto, creo que estamos en un momento histórico, donde el activismo tiene que estar más unido y fuerte que nunca, dejarnos de orgullos y sectarismos ideológicos, que lo único que hace es perjudicar las luchas, y sumar más que dividirnos, por lo que no tengo mayor problema en participar en unas reivindicaciones que considero justas, y sobre todo, legitimas, para crecer juntxs contra el enemigo común.

En resumen y desde el máximo respeto a todas las posiciones, pero también haciendo uso de mi derecho a expresar mi postura, estoy convencido que la bandera de las 7 estrellas y las reivindicaciones del amplio y diverso movimiento independentista de Canarias es perfectamente asumibles desde las posiciones actuales libertarias. Sin lugar a dudas. Es decir, dejando atrás el lastre de sectarismos ideológicos nostálgicos y casposos, que en nada benefician al avance hacia nuestros objetivos.

 

¡INDEPENDENCIA Y AUTOGESTIÓN!

¡ADELANTE!