Recovas municipales

Chorizos palmeros, sobrasadas españolas e intermediarios

 

René Acosta *

 

  Dando una vuelta por las recovas o plazas de mercado, empezamos por la de s/c de la Palma

 

En el recorrido a sus diferentes puestos, me detuve en una charcutería en la que despacha un señor mayor. Sorprendentemente me encuentro con que a los chorizos palmeros los etiquetan con el nombre de sobreasada. Le pregunté el porqué de este nombre, cuando de siempre se le denomina chorizo palmero, a lo que contestó que es el nombre que le da y exige Sanidad.

 

Por lo que se ve, nos quieren quitar hasta el nombre de nuestros chorizos palmeros, que tienen gran demanda en todas nuestras islas, sustituyéndolo por la denominación española de sobreasada que poco tiene que ver con nuestros chorizos, tanto en su elaboración como en su presentación, ya que la sobreasada utiliza tripas más gruesas sin formar ristras y lleva otra elaboración muy diferente a la de nuestros chorizos palmeros. En esto Sanidad se equivoca o lo hace adrede para confundirlos y desnaturalizarlos.

 

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Por otra parte, le pregunté a algunos comerciantes de la recova municipal de S/C de La Palma ¿cómo se suministraban, si le compraban al productor o al intermediario?, siendo su respuesta la siguiente: que si los productores están en regla, sí les compran directamente, por que si no tendrían problemas con Sanidad, y si no están en regla le compran al intermediario. Mi pregunta es ¿si el productor no está en regla y el intermediario le compra, no es el mismo delito? Lo que no se entiende es, por ejemplo, como en las huertas de Garafía los agricultores siembran sus papas, las cuidan y atienden con todos sus gastos, y cuando las cavan las llevan al intermediario. En ocasiones algunos intermediarios les comentan, déjalas a ver a como te las puedo defender, y cuando el productor vuelve al depósito del intermediario igual se las paga a 15 céntimos, como ya en ocasiones ha ocurrido, pero el intermediario igual las vendió a 60 o 70 céntimos al comerciante, y el comerciante al consumidor por lo menos a un euro, para poder ganar algo y cubrir sus gastos. Pero el productor, que es el que corre con todos los riegos, es el menos que gana, y con otros productos pasa igual. En realidad el consumidor es quien paga todo. La solución a la intermediación podría estar en que los propios agritultores-productores se agruparan e hicieran ellos mismos la función de los intermediarios, legalizándose a tal efecto. De ese modo defenderían ellos mismos sus productos y participarían equitativamente de los beneficios.

 

Pero los productos que de fuera vienen con sus subvenciones, al consumidor poco o nada le llega. La prueba está en que tenemos la cesta de la compra más cara que en España, y en las islas menores o periféricas más caras todavía.

 

Cabe preguntarse ¿Para qué Europa gasta el dinero en subvenciones si el consumidor no disfruta de ellas en la compra? ¿Por qué no hay un seguimiento como dios manda con estas subvenciones y se aseguran que lleguen en el precio de la compra al consumidor? ¿Y no sería mejor que Europa cancele estas subvenciones, ya que el consumidor no las disfruta, y que Europa exija que en el campo canario se produzca lo máximo y se traiga de fuera lo mínimo? A ver si así levantamos cabeza, porque de las subvenciones, en todo caso, se benefician los cuatro mismos discretos de siempre. Para eso no vale la pena que Europa brinde subvenciones. A no ser que de lo que se trata precisamente es de que la producción propia no le haga la competencia a la procedente de España y de toda Europa. Porque ese es en realidad el resultado. Canarias con la producción propia ahogada es un mercado cautivo del exterior. Porque, esa es otra, los productos que consumimos en Canarias nos llegan de los lugares más remotos e insospechados, la mayor parte de ellos sin las garantías fitosanitarias no sólo las que se les exige a los productores canarios, sino las mínimas para el consumo humano. Nos tratan como si fuéramos una colonia, dicen algunos; pues es cuestión de reflexionar y sacar conclusiones.

 

* Reportero del periódico digital El Canario

 

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