Recordando a Los Sabandeños

 

Francisco R. González  Alonso

Recordando el pasado histórico vivido en el Hogar Canario Venezolano de Caracas, debo referirme, en primer término, a un coterráneo de las Islas Canarias de la Villa de Arafo, con la sonrisa siempre en su rostro. Su nombre: Antonio Hernández. Un canario solidario de las relaciones canario-venezolanas, quien fuera uno de los promotores que hizo posible la visita del extraordinario conjunto Los Sabandeños a nuestra sede social caraqueña.

En dicha visita, a sugerencia del paisano y amigo Antonio Hernández, hice uso de la palabra con motivo de la presencia de nuestros hermanos allende el océano Atlántico de nuestras Islas Canarias. Me atreví a tomar la palabra por interpretar que estábamos en un acto fraternal canario-venezolano, organizado por amigos y simpatizantes de nuestro folclore y por el calor humano que sentíamos emocionados por la grata presencia de grandes intérpretes del sentir folclórico canario.

Todo lo expuesto en aquel momento surgió de lo más recóndito de mi ser, de sentimientos que anidaban en mi corazón canario a pesar de los años vividos en Venezuela. La mayoría de los presentes éramos emigrantes de nuestro terruño isleño que nos vio nacer. Unos, movidos por la búsqueda de un mejor porvenir; otros, obligados por su paupérrima vida, y otros, por qué no decirlo, lo hicieron por amor.

A pesar de habernos reunido en un abrazo fraternal, no todos sentíamos lo mismo ni teníamos una misma visión de las cosas nuestras; me refiero a lo canario. Cada uno de nosotros miramos lo nuestro a través de cristales de los más diversos colores, y por eso quizás no vislumbramos las huellas del camino de nuestro pasado histórico que nos conduzcan a una liberación plena y a un mayor entendimiento social y espiritual.

Solo la música ha sido capaz de unirnos espiritualmente en una justa dimensión de nuestra existencia, expresando nuestro sentir canario como glosa de añoranzas inconclusas, que Los Sabandeños nos hacen sentir emocionadamente al vibrar en sus voces sentimientos de identidad. Todo esto los hace acreedores de ser los ruiseñores del folclore canario, al que le han dado una dimensión musical que ha traspasado radialmente el horizonte que circunda nuestras queridas Islas Canarias. Han sabido introducir nuevos matices musicales al sentir popular canario con maravillosos efectos que hacen palpitar nuestros corazones pletóricos de añoranzas, de recuerdos imborrables y de grandes sentimientos.

Musicalmente hablando, en sus voces escuchamos el vaivén de las olas que bañan nuestras Islas Canarias, deliciosos murmullos en sus delicadas voces, y para quienes interpretamos la música en función de imágenes, Los Sabandeños nos hacen ver infinitas imágenes que nos conmueven al hacernos pensar que estamos transitando el sendero hacia nuestra identidad como pueblo.

El lamento acompasado que se siente en sus canciones nos hace oír sonidos, voces, lamentos desde los profundos barrancos, que el eco repite y repite como testimonio de un pueblo que históricamente se ha querido ignorar.

Sus coplas hacen referencia a lo picaresco, jocoso y alegre de nuestros pueblos insulares. Escuchando sus canciones nos sentimos mentalmente trillando en la era; pisando las uvas en el lagar; a la sombra de una higuera escuchando el trinar de los pájaros canoros, mientras saboreamos un higo fresco maduro. Sentimos el silbar del viento bajo el frondoso pinar; el aroma de las flores; los cencerros de las cabras; el pastor que silba; el perro que ladra, el gallo que canta al romper el alba; el labrador tras el arado; el pescador que se acerca a la orilla remando lentamente, o que vamos alegremente en romería. Todas estas imágenes, y muchas más que no sé expresar con palabras, las veo musicalmente cuando escucho a Los Sabandeños. Yo me atrevo a decir que todos los que hemos emigrado de nuestras queridas Islas Canarias sentimos lo mismo.

Antes de terminar quiero pronunciar el nombre de un ilustre y apreciado paisano que un buen día me saludó públicamente en un acto político proselitista, de una organización política que prometía muchas esperanzas que no han sido cumplidas y que hoy lamentablemente ha defraudado a todos los canarios. No quiero mentarla en este momento, para no empañar mi humilde expresión de admiración, al que considero y aprecio en sumo grado, porque sé cuánto ha tenido que luchar en todos los aspectos para mantener en continua evolución artística a Los Sabandeños. Su nombre: Elfidio Alonso.

El acto político al que hago referencia se efectuó en el Puerto de la Cruz, donde nos diste la bienvenida en compañía de unos amigos. Hoy quiero corresponder con un fuerte abrazo de hermano, extensivo a todos tus compañeros, que en el mundo musical son alma, vida y corazón del pueblo canario, para que sigan sensibilizando nuestros anhelos de libertad.

franciscoteide@cantv.net

Otros artículos de Francisco R. González Alonso publicados en El Canario