Recordando a Abraham
Lincoln
Francisco R. González
Alonso
El temor está incrustado en la mente del canario
humilde, que nada puede hacer por iniciativa propia para sacudirse el polvo de
su postración social. Su statu quo es obedecer siempre ciegamente los
dictámenes establecidos por más de cinco siglos, bajo el sistema colonial
disfrazado que nos explota y deprime con su discriminación.
Nuestra
gente sencilla y humilde no puede reaccionar por sí misma, y nuestros líderes
políticos nacionalistas tienen como prioridad despertar el ego dormido y
manipulado por el poder colonial establecido por tanto tiempo. Es necesario
emprender cuánto antes una cruzada cívica nacionalista de boca en boca, que
despierte al pueblo canario de su modorra y conformismo político para que le
hagan ver con luz meridiana que podemos vivir mejor al ser independientes y
disponer de todos nuestros recursos que la metrópolis hispánica se lleva.
De
nada le sirve a nuestra gente humilde permanecer en un sustrato político como
el que sufre, catequizados por los falsos nacionalistas que nos han gobernado
confabulados bien con el Partido Socialista Obrero Español, que ha desvirtuado
el concepto esencial de lo que significa ser socialista. Han resultado ser
"no socialistas" sino "socios listos", no por ser
inteligentes sino por el egoísmo personal en detrimento del bienestar del
pueblo. Lo mismo podemos decir del Partido Popular, que además es defensor
incondicional de la élite financiera que ha pauperizado brutalmente la economía
nacional. Ambas organizaciones políticas, PSOE y PP, se acusan mutuamente de irregularidades
cometidas en sus turnos de poder político, pero lamentablemente dichas demandas
no trascienden, se quedan entre bastidores políticos de sus comandos burlándose
de un pueblo noble que los ha elegido. ¿Hasta cuándo van a seguir con dicha farsa
política? ¡Canarios!, con todo el sentimiento que me
deprime al ver que mi pueblo no reacciona como debería para defender su propia
existencia, les manifiesto: ni el PSOE ni el PP luchan por el bienestar de
Canarias sino por defender los intereses del poder central español. No nos
dejemos manipular por su falso socialismo democrático, sacudámonos el polvo
putrefacto político que representan. Sigamos el ejemplo de nuestros hermanos
latinoamericanos que fueron conquistados años después de nuestras Islas Canarias
y son libres y soberanos hace siglos. ¿Hasta cuándo vamos a permanecer
indolentes sin el pundonor necesario para exigir nuestra libertad e
independencia?
Nuestros
líderes nacionalistas defensores de la emancipación o independencia de Canarias
saben muy bien que nuestro pueblo, por su analfabetismo, no lee. Por lo tanto,
el mensaje nacionalista en pro de nuestra liberación
tiene que realizarse personalmente como ya les he dicho, para que llegue al
corazón del canario, que late sin cesar al ritmo de un compás marchito de
ilusiones y bajo un estado cataléptico de indiferencia política.
El
analfabetismo sustentado y cultivado hasta la saciedad por el poder colonizador
es el mayor obstáculo para nuestra liberación como pueblo soberano. Nuestros
falsos nacionalistas han flameado la bandera del oscurantismo político,
impuesto por el poder central español como oposición sistemática para impedir
que veamos con luz meridiana, nuestros ideales y anhelos de libertad.
Dicha
estrategia colonialista persiste hasta el día de hoy muy bien disfrazada, y si
bien los centros de enseñanza han proliferado en nuestras islas, un gran
porcentaje de educandos abandona las aulas antes de terminar su educación
primaria. El que logra seguir sus estudios y graduarse en la universidad
permanece tristemente recostado al hogar de sus progenitores sin la posibilidad
de ejercer su profesión por no haber plazas de trabajo, ya que están y serán
siempre ocupadas por advenedizos del poder central español, recomendadas al
Gobierno autónomo como vigilantes del fiel cumplimiento colonizador, que
nuestros falsos políticos nacionalistas comparten cínicamente. La única
recomendación que nuestro nefasto presidente ofrece a nuestros jóvenes
profesionales es la de emigrar. El que ha debido emigrar hace tiempo es él,
para que sepa lo que significa dicho sacrificio, y en segundo término, para que
no siga el descalabro político que él y sus acólitos han realizado en
detrimento de nuestra canariedad.
Tal
conducta del poder central español obedece a los intereses coloniales que
siempre ha defendido con la anuencia de nuestras autoridades representativas,
que a todo le dicen ¡amén! Por consiguiente, nuestros jóvenes obreros, técnicos
y profesionales no tienen el cupo laboral que debería existir con carácter preferente,
por temor a que puedan manifestar su sentir canario en pro
de nuestra independencia. Sentimiento nacionalista que yace en lo más recóndito
de su ser, y más temprano que tarde despertará para defender nuestra identidad
por encima del poder que nos explota.
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