Jorge
Ancor Dorta *
En
las próximas elecciones del 20-N está todo el pescado vendido. Seguiremos
siendo una colonia en el corto plazo, gobierne el PSOE o el PP. La única
incógnita por desvelar es el tamaño de la mayoría absoluta del PP y del
descalabro del PSOE. Quien se juega su supervivencia -y
va a perder la partida- es CC.
Los nacionalinsularistas han jugado a medianeros de la finca durante décadas. No han buscando construir una nación sino la "gestión del independentismo" a cambio de prebendas, es decir, un nacionalismo presupuestario que contenga al independentismo y que ha bloqueado la evolución de la conciencia nacional y las dinámicas que permiten la construcción de un proyecto país.
Hagamos
lo que hagamos no vamos a poder cambiar la amplísima mayoría absoluta del PP
en Madrid. Tampoco se va a sacar grupo parlamentario propio con los 1-2
diputados que le dan a CC las encuestas. Ya no hay "voto útil"
porque no ganamos nada apoyándolos.
Solo
podemos rentabilizar estas elecciones dando un severo voto de castigo a CC-NC y
despejando el camino para una necesaria refundación soberanista. Piénsalo. No
tenemos nada que perder.
Ya no nos fiamos de ellos porque se lo han ganado a pulso. Porque nos han dado
todas y cada una de las razones para no hacerlo. Los independentistas hemos
servido para hacerles el trabajo sucio y pegarles los carteles en muchas
ocasiones. Hemos recibido como pago únicamente la traición sistemática. Ahora
tenemos la oportunidad histórica de "devolverles el favor" y propiciar
de esta forma un cambio real en Canarias.
Dentro de CC hay dos facciones enfrentadas fagocitándose
mutuamente, los paulinistas por un lado y los nacionalinsularistas por otro. No
nos compliquemos. En realidad no merece la pena apoyar a ninguno de los dos.
Dejemos que se hundan.
Votarlos
en Tenerife es apoyar a los españolistas de recio abolengo, con Ana Oramas,
Ricardo Melchior y Antonio Castro Cordobéz a la cabeza. Votarlos en Las Palmas
es darle un balón de oxigeno a Román y sus compinches pseudoecologistas del
ladrillo y la corrupción que han urbanizado la Vega de Telde y han querido
urbanizar la Vega de Galdar.
Así
que mejor que votarlos, los botamos a la
basura, ¿Qué les parece?
La abstención es, esta vez, la mejor opción. No se trata de intentar rentabilizarla sino de deslegitimizar el resultado de las urnas -sea cual sea- y deslegitimizar un sistema en donde no nos sentimos representados. No ir a votar para que se den cuenta de que no estamos de acuerdo con ellos y que no nos representan. Es tan fácil como quedarte en casa.
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