Rajoy, la ONU y Gibraltar

 

 

Ramón Moreno Castilla

 

[La pregunta es obvia: si Gibraltar es una colonia, que lo es, ¿qué es Canarias? No creo que en los anales de la historia ni en el funcionamiento de la ONU se haya visto tanto cinismo y tan poca vergüenza en el discurso de un mandatario como la puesta en escena la semana pasada del señor Rajoy… ¡¡Canarias sí es un insostenible anacronismo!! ¿Cómo se puede seguir ocultando al mundo entero que un Archipiélago costero africano pertenezca, por "derechos de conquista", a una potencia europea, y que este sea considerado una RUP europea?]

Estos españoles no tienen remedio. A la impuesta cohesión territorial, por la fuerza de las armas, de la llamada nación española (de ahí que a España le esté pasando lo que ya le pasó en su día a la antigua URSS y a la ex-Yugoslavia); a la firma del Pacto de Calatayud de 30 de mayo de 1481 con el que se "españolizaba" Canarias; al Tratado de Utrecht de 13 de julio de 1713, mediante el cual se cedía la soberanía de Gibraltar a Gran Bretaña; a la venta ignominiosa de sus colonias a los Estados Unidos por 20 millones de dólares de la época (Tratado de París de 10 de diciembre de 1898); entre otros innumerables despropósitos que han condicionado la política exterior española, ahora nos hemos encontrado con la intervención del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy ante el plenario de la Asamblea General de las Naciones Unidas, reclamando el Peñón.

Y la pregunta es obvia: si Gibraltar es una colonia, que lo es, ¿qué es Canarias? No creo que en los anales de la historia ni en el funcionamiento de la ONU se haya visto tanto cinismo y tan poca vergüenza en el discurso de un mandatario como la puesta en escena la semana pasada del señor Rajoy. Pero la pena de todo esto es que en Canarias no exista un verdadero y auténtico nacionalismo, fuertemente implantado en la sociedad, cuyos dirigentes se presentaran en Nueva York ante la ONU y le recordaran a este organismo que Canarias fue incorporada a la Corona de Castilla mediante una cruenta conquista y evangelización que duró casi un siglo; mientras que Gibraltar fue cedido a Inglaterra en virtud de un tratado suscrito por las Coronas española y británica.

Porque el problema no es que España, actuando como un verdadero Estado forajido, al margen de la ley, repito una vez más, tenga vilmente engañada a la comunidad internacional. La cuestión estriba en que los delegados de países, hoy en día Estados soberanos, pero que antes fueron colonias españolas, hayan permanecido mudos ante la Asamblea General de las Naciones cuando estaban oyendo el discurso del presidente del fundamentalista Gobierno de España, que sigue ignorando descaradamente la condición colonial de Canarias: un "territorio nacional español" en otro continente que, reitero, la legalidad internacional ya no contempla ni ampara en pleno siglo XXI. ¡¡Canarias sí es un insostenible anacronismo!! ¿Cómo se puede seguir ocultando al mundo entero que un Archipiélago costero africano pertenezca, por "derechos de conquista", a una potencia europea, y que este sea considerado una RUP europea?

Habría que recordarle a la Asamblea General de las Naciones Unidas y, sobre todo, a su Comité de Descolonización que España incumple sistemáticamente con respecto a Canarias la misma Resolución 1514 (XV), que pretende le sea aplicada a Gibraltar. ¡¡Qué monumental incongruencia!! Además, ¿no fue la ONU la que, en el proceso de descolonización de los pueblos, puesto de manifiesto al finalizar la Segunda Guerra Mundial, ratificó la abolición del decimonónico criterio de "soberanía política", subterfugio legal utilizado por las potencias europeas para dar validez a la apropiación de territorios por la fuerza de las armas, como fue el caso flagrante de Canarias; sustituyendo esa aberración jurídica por el principio emergente de "localización geográfica", en el cual el binomio población-territorio forma parte intrínseca del nuevo concepto de independencia política, consagrado en el Derecho Internacional contemporáneo?

En su huida hacia adelante, España se ha unido a Argentina (enzarzadas hace poco por la nacionalización de YPF) para unir esfuerzos y presionar al Reino Unido sobre Gibraltar. En este sentido, los ministros de Asuntos Exteriores de España, García Margallo, y Argentina, Héctor Timerman, acordaron el pasado miércoles en Nueva York, y en el marco de la ONU, unir esfuerzos para presionar por "los dos contenciosos territoriales" que ambos países mantienen con Gran Bretaña por Gibraltar y las Malvinas. ¡¡Hasta esos inconcebibles apaños llegan los llamados "intereses de Estado"!! Ahora bien, España debería repasar atentamente el discurso ante las Naciones Unidas que en su día pronunció el ministro español de AA.EE del Gobierno de UCD Pérez Llorca a propósito de la guerra de las Malvinas, cuando dijo: "Las Malvinas no pertenecen a Inglaterra sino a Argentina, porque están en su plataforma continental".

 

rmorenocastilla@hotmail.com

 

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