Apuntes sobre los
diversos conceptos de democracia: la democracia demo-elitista o neocorporatista y la democracia neorepublicana
Por: Teresa Da Cunha
Lopes y Susana Madrigal Guerrero
A) La Democracia
Demo-elitista
El principio democrático
para esta perspectiva demoelitista, es la eficacia,
entendida como el logro por parte de la acción de gobierno de los beneficios
sociales máximos con una visión demo-elitista de la ciudadanía pluralista. Es
decir, no homogeneizada en su vertiente de consumidores de servicios, puesto
que la cultura, el nivel de renta, el carácter e incluso, la educación y la
salud, forjan una sociedad plural compuesta por una amplia variedad de
preferencias en cuanto a estilos de vida y valores sociales.
El demoelitismo
otorga un papel central a los expertos en tanto actores que ayudan a armonizar
las demandas entre intereses en competición Las elites son claves en la
satisfacción de las necesidades colectivas en cuanto determinan el orden de
prioridad de la asignación. Una de las técnicas para lograr la armonización y
representación de los intereses, consiste en mecanismos de representación
corporativa, cuya institucionalización junto con los procesos y mecanismos de la
democracia representativa, son los pilares sobre los que se asienta la
gobernabilidad de las modernas democracias.
Por lo que las nuevas
tecnologías son un instrumento, pero corren el riesgo de ser utilizado y quedar
a merced de la elite o de los medios de comunicación masivos en detrimento de
la ciudadanía. Las tecnologías deben utilizarse para las medidas dirigidas a la
mejora de la calidad de la representación de los mecanismos electorales;
descentralización y deslocalización de los lugares de emisión del sufragio, uso
de Internet en las campañas electorales, conversaciones interactivas en línea
entre representantes y votantes, foros y debates electrónicos; para la creación
de redes ciudadanas que ayuden a crear el consenso necesario y la articulación
adecuada de los intereses ciudadanos; y, para dialogar y presionar a las
elites. Es por tanto, la creación de grupos de interés y de presión la
principal forma de participación política mediante negociaciones
institucionalizadas facilitadas en forma abiertas y flexibles por las elites a
entrar en contacto y a tener en cuenta dicha articulación de intereses.
Igualmente, es vital el intercambio de flujos horizontales de información entre
ciudadanos y organizaciones de ciudadanos (necesarios para generar consensos),
entre las elites del gobierno y la burocracia y entre las elites internas y
externas al país (para genera eficacia). Asimismo, el intercambio de
información también debe ser vertical, principalmente entre las elites y las
diferentes redes ciudadanas que se vayan formando (factor de legitimidad).
Este modelo está más a
favor de políticas que facilitan la asimilación de las nuevas tecnologías por
las organizaciones civiles y los propios ciudadanos. Considera el acceso
universal como una política clave en el desarrollo por encima incluso, del
desarrollo de tecnologías más avanzadas, ya que preferentemente se valorará un
acceso igual para todos los ciudadanos.
B) La Democracia Neorepublicana
De origen social-democrático y republicana, propugna
por el enriquecimiento y fortalecimiento de las asociaciones de la sociedad
civil, pero el acento se pone en la calidad de la participación y el
compromiso, especialmente en los niveles micropolíticos
y locales.
Su base está en una
concepción activa de la ciudadanía que tiene sus antecedentes en tres
tradiciones de la teoría política: 1) la corriente comunitaria, de la cual toma
la idea de que hay valores comunes y compartidos en la comunidad provinentes de
tradiciones compartidas con otros miembros de la sociedad civil; 2) del
pensamiento aristotélico, por la defensa de la vida activa y participativa de
los individuos en los asuntos de la polis; y, 3) el humanismo marxista y la
izquierda radical, para proponer el reestablecimiento de una sociedad civil
autónoma que se convierta en un elemento intensamente subversivo para el Estado
moderno, al desafiar su dominio de la política, la economía y la cultura.
A partir de su
conformación ecléctica, el neorrepublicanismo,
reconoce a la ciudadanía como un elemento vital para el funcionamiento
democrático, por su labor de control y sobretodo, por su participación en el
proceso político. Para los cual es necesario que, más allá de ciudadanos
comprometidos con la comunidad, se trate de ciudadanos que vivan bajo unas
condiciones básicas de igualdad. Asimismo, la construcción de la ciudadanía
activa, implica una fuerte participación e inclusión en la política. De tal
forma que concibe a la política como una actividad compartida que lleva a la
gente a superar el individualismo del mercado para lograr trabajar, a partir de
sus conflictos, a la búsqueda del bienestar social.
A diferencia del modelo
demo-elitista, el valor democrático fundamental es la deliberación, pues través
de esta el ciudadano ejerce toda su influencia en el funcionamiento de la
democracia, en consecuencia, lo realmente importante es el carácter de las
deliberaciones y el cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar a las mismas. Por
ello remarca la importancia de los medios de comunicación y de la esfera
pública; los primeros actuarán como freno a los excesos del poder; los
segundos, como foro cívico de donde surgen las ideas y los principios emanados
de la sociedad civil. Los medios también tienen la función de recoger estas
ideas y principios, comunicarlos al poder político, ejerciendo pues la función
de nexo entre sociedad y política. De este modo, las principales formas de
participación política es a través de asociaciones, foros y en general, todos
aquellos espacios que promuevan el debate público abierto y racional.
Los procedimientos de
estos propósitos deben guiarse por el desarrollo de identidades colectivas y un
sistema político capaz de adaptarse a las mismas y a los procesos
deliberativos. Dadas estas características, resultará central la actuación de
los medios de comunicación en la red, la diversidad de fuentes de información a
disposición de los
individuos y la capacidad de éstos para acceder en igualdad de condiciones a
las nuevas TIC.