PURO GOFIO PARA EL TRABAJO

Pedro González Cánovas

    La crítica al sindicalismo del siglo XXI está más que fundamentada y claramente motivada por la actitud de las más representativas de las organizaciones obreras y los intereses del sistema. La actual legislación española ha conseguido asimilar a CCOO y UGT hasta el punto de secuestrar la representatividad que nos hace falta a los trabajadores, para manejar a su antojo “la firma sindical”. Como si el gobierno de turno tuviera en su gaveta el sello de “la representación de los trabajadores”, para cuando se cierren tratos con la patronal o se quiera anunciar un nuevo “pacto social”.

    Pero lejos de quedarnos huérfanos, los trabajadores y trabajadoras del archipiélago vemos en el día a día que contamos con un nuevo sindicalismo canario, que parece resurgir de las cenizas del más digno que tuvimos antaño, pero con más fuerza e integridad que nunca. Con el olor diferenciador de los molinos de gofio y el dulce tono que no necesita traducción en esta tierra. Vemos como se suman, sin complejos, ciudadanos que nacieron fuera y que asumen como propio aquel exotismo del que les cuentan en su tierra natal y que ya son capaces de sentir como propio: porque la Canarias del futuro la construimos hoy entre todas las personas que nos dejamos llevar por la ola del progreso hacia la igualdad, que se fundamenta como base de justicia social.

    Es innegable la fuerza y el enraizamiento social que tiene en Canarias este nuevo sindicalismo. Sólo nos queda escoger si asistimos al cambio como meros testigos, o si somos capaces de asumir el protagonismo de nuestra propia historia. Si estamos verdaderamente preparados, o aún tenemos que aprender de palos y desengaños, para asistir y existir en la sociedad canaria de mañana, con la propiedad de quién participa hoy en la forja de esa nueva identidad, que abre el camino hacia la nación de la soberanía popular canaria.

    Miremos hacia el futuro, ignorando a esa España vestida con su disfraz del rojo sindicalismo comunista de antaño: Sindicalismo que se muestra como propiedad estatal, como otro bien del capitalismo, como sucursales o embajadas de la metrópoli. Miremos hacia delante sintiendo que somos responsables de la construcción del mañana. Se huele un invierno caliente: tiempos de compromiso distinto al virtual que ofrece el sindicalismo de Madrid. Hoy, más que nunca, hay que estar ahí, dando fe de nuestra presencia social y nuestra consciencia obrera, de nuestra diferenciada identidad y de una integridad que nunca pierde batallas, fundamentada en la justicia social que ve por encima de la justicia legal y se fortalece en cada lucha con la dignidad de quién ejerce, continuamente, con descarada honradez.

    Y de eso nos vamos a seguir alimentando. De un discurso coherente, serio, con fuerte carga ideológica, de la entereza que nos permite llevar la verdad en la boca y el pecho lleno de dignidad. Es el proceso imparable de crecimiento de un sindicalismo diferenciado, cada vez más fuerte, que nadie dudaría en seguir alimentando de puro gofio.

 

* Miembro del Secretariado Federal de Transportes de Tenerife de Intersindical Canaria