Un puerto para el gas, ¿hay crisis?

 

Cándido Quintana ©

 

 El GAS es el “quid de la cuestión”, ese gas que aún sin estar, ya les ha generado un lucrativo negocio a unos privilegiados que el gobierno eligió y que ahora, como no podía ser de otra manera, ha caído en manos de ENAGAS, tal vez para que las presiones sean aún mayores. Y ello, a pesar de cantidad de accidentes con muertes en el mundo o de tantas experiencias negativas que nos llegan de otros lugares, como El Ferrol, desde donde unos compañeros de una sociedad tan vilipendiada que han puesto, “a la fuerza”, en situación de muy peligrosos riesgos de por vida, no han parado de ponernos en guardia para que escapáramos de la quema a tiempo.

 

 Las estrategias de los políticos, maquiavélicas e inaceptables como siempre. Lanzar mensajes de ahorro en las facturas de electricidad para entusiasmar a la población, que no corresponden, o hablar de una energía más limpia y sobrada, aunque realmente también es finita, fósil y contaminante. Todo ello, además, adobado con el expreso y censurable abandono del crecimiento de las energías renovables, aún las fuentes sin igual que poseemos. Una similar actuación a la que han llevado a cabo, esgrimiendo mentiras de todo tipo, para desacreditar al Puerto de Santa Cruz y justificar así el de Granadilla, con las consecuencias tan graves de pérdidas de negocio y de empleos que ello nos ha ocasionado.

 

 Y es que, compañeros, no hemos sido lo contundente que deberíamos haber sido, en contra de la iniciativa de introducción del gas en Tenerife. Ni desde la sociedad, ni desde el anterior grupo de gobierno del Ayuntamiento de Granadilla, que si bien sacó adelante una iniciativa de oposición a la entrada del gas por su Municipio, no difundió -día a día- esa negativa institucional, como debería haber hecho y que hoy nos tendría bastante alejados de la situación actual, con ese, al parecer, inminente inicio de las obras del puerto de Granadilla, cuyo argumento principal es el gas. Todo lo contrario que ha hecho el Ayuntamiento de Agüimes, con su alcalde Antonio Morales a la cabeza, con negativas y artículos diarios.

 

 Y fíjense en los comentarios vertidos por algunos "impresentables" en la noticia que sale en La Opinión, que ven el gas como imprescindible y Granadilla como lugar idóneo para su introducción, para que Santa Cruz no asuma los graves y evidentes riesgos que ello conlleva. O sea, quitarse los peligros de encima y trasladárselos a los numerosos trabajadores del Polígono Industrial y a los núcleos poblacionales cercanos, como El Río, Tajao o El Médano, en una clara aplicación de la política "sálvese quien pueda". Y mucha gente, hasta incluso del lugar, seguramente inducidos por el poder "pueblerino" de su multi-imputado alcalde, callada o tragando, a pesar de que allí tampoco se cumplen las mínimas distancias recomendadas y/o exigibles. Sin duda, (buques gaseros+fuertes vientos=riesgos evidentes).y viento hay de sobra, ¿habrán gaseros?

 

 Y en relación con este mismo paquete, cosas como que, tras la numantina lucha en contra del -criminal- Catálogo de Especies, que desde La Oposición hizo la socialista Guacimara Medina, hoy nada menos que viceconsejera de Medio Ambiente, ahora circulan rumores de que le está dando largas a una entrevista solicitada por un Grupo Ecologista. O los silencios de Francisco Hernández Spínola, tras sus muy frecuentes intervenciones, también desde la oposición, anunciando públicamente que retirarían el catálogo si llegaban al poder, o las más recientes manifestaciones del secretario regional del PSC y actual vicepresidente del Gobierno de Canarias, el socialista José Miguel Pérez, en una de sus habituales incongruencias, hablando de reformas que piensan llevar a cabo en el Catálogo desde el propio gobierno, que imagínense ya como acabaría.

 

 Todo un cóctel envenenado para hacer realidad, ¡como sea!, una rechazada infraestructura portuaria, innecesaria a todas luces, que ni siquiera funcionaría de forma mínimamente adecuada y exigible[1], y que, por lo tanto, devastará de forma irreversible a cambio de nada que beneficie al Interés General, ya que no generaría economía productiva, ni crearía puestos de trabajo más allá de unos pocos y sólo durante su fase de construcción. Estos son los políticos que tenemos y que nos están llevando a la ruina, despilfarrando mucho dinero y desatendiendo necesidades vitales o no apostando por inversiones productivas y generadoras de empleos.

 

 Podrán empezar a construir el puerto y salvar los muebles de algunos, pues aunque todos sabemos que no hay dinero y padecemos sus consecuencias a muchos niveles, es cierto que existe un crédito, tipo "Club Deal" concedido por varias entidades financieras, con un límite de 120 millones de euros del que pueden disponer. Pero esto no da para mucho, si acaso para ocasionar el daño ecológico irreversible, después habrá que devolver esa importante cantidad y los rendimientos de un puerto ruinoso, como el de Granadilla, no la generaría, por lo que tendrán que hipotecar el desarrollo del resto de puertos de la Provincia para ello. Personalmente, y en el conocimiento de que en aquel momento presidía la Autoridad Portuaria el imputado Luís Suárez Trenor, yo hubiera puesto esta obra en CUARENTENA  por si acaso, por lo que pueda haber detrás y no lo digo sólo por lo de la Isla de Man, ¡al tiempo!

 

[1] nopuertogranadilla.com

 

 ©  Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz