Franz
Fanon y el proceso de liberación de los pueblos
La
resistencia continua ante el empuje del neocolonialismo. Cincuenta años después
de su muerte, la obra de Frantz Fanon sigue siendo vigente y exhorta a no
abandonar la lucha. Por ello es pertinente la lectura de este texto de Mireille
Fanon-Mendès, hija de Fanon y presidenta de la fundación que lleva su nombre.
por Mireille Fanon-Mendès
Fanon,
se trate de la locura, del racismo o del “universalismo” confiscado por los
poderosos, no cesa, en el fondo de probar la posibilidad de “un vivir
juntos”, a la manera de una transformación en actos de situaciones donde
dominados y dominantes tienen todo a perder en la continuidad de ordenes y
desordenes existentes.
Fanon,
ese insurrecto, ese rebelde que lucha tenazmente y sin fallar contra la dominación
ejercida de los poderosos sobre los débiles, nos aclara hoy a propósito de la
articulación fundamental entre el derecho a la rebelión frente un
sistema social, político y económico que hunde el mundo dentro del desorden y
una colonización de un nuevo tipo. De esta manera a la
violencia colonial la sucedió una violencia indirecta, hoy el orden
colonial contaminó el territorio de los colonizadores.
Por
una paradoja donde la historia tiene el secreto, el “indígena” esta
omnipresente no solamente en su lugar de origen pero igualmente en eso que Fanon
llamaba las “ciudades prohibidas”, donde se ejercen las formas renovadas de
discriminación, el remarca en Los Condenados de la tierra en
donde el mundo colonizado es un mundo dividido en dos: (…) La zona habitada
por los colonizados no es complementaria a la zona habitada por los colonos.
Esas dos zonas se oponen pero no al servicio de una unidad superior (…) Ese
mundo fraccionado en dos esta habitado por especies diferentes. La originalidad
del contexto colonial es que las realidades económicas, las desigualdades, la
enorme diferencia de los modos de vida, no volverán jamás a ocultar las
realidades humanas.
Frantz
Fanon murió el 6 de diciembre de
Pero
en realidad ¿el despojo, la alienación y la injusticia se han alejado de este
mundo? En este punto de vista, un observador imparcial podría decir, a la luz
sangrienta de guerras imperiales en Irak, Afganistán y en Libia… pero también
colonial en Palestina, que la política de los fusiles sobre la que se
fundaron los imperios coloniales se volvió activa.
La
acción de la obra de Fanon se sitúa dentro del contexto después de la guerra,
marcado por la lucha ideológica entre el bloque occidental y el bloque
socialista, pero la división es clara. Un tercer mundo surge entre los
años 1950-1960 que reivindica su lugar dentro de las relaciones internacionales
y su parte en la distribución de las riquezas del planeta. Afirma por
primera vez su existencia política en 1955 en la Conferencia de Bandung,
proclamando su rechazo a la bipolarización del mundo. Muchos líderes del
tercer mundo aparecen al mismo tiempo que los movimientos de liberación
nacional y llevan una lucha cada vez más radical en África, Asia y América
Latina. Los años sesenta fueron marcados por las represiones violentas
y los asesinatos de hombres políticos, quienes representaban la lucha de
pueblos oprimidos.
Es
en este contexto que Fanon forjó su reflexión sobre el papel de la
violencia dentro del proceso de liberación y sobre los riesgos
corridos por las antiguas colonias una vez que adquirieron su Independencia.
La
producción intelectual de Fanon ha tenido una gran influencia sobre los
revolucionarios a través del mundo, en África pero también en Asia y en las
Américas.
Sus textos no pueden estar disociados de las circunstancias históricas en las
que vieron el día, pero su pertenencia está intacta y continúan inspirando
nuevas generaciones de militantes y de intelectuales tanto en el sur como en el
norte. Las ideas en las lecturas forjadas por Fanon se mantienen como
herramientas eficaces para analizar la actualidad de un mundo donde la dominación
y la explotación han cambiado de apariencia, pero continúan regidas por
mecanismos que fundamentalmente no han cambiado.
Darse
cuenta del aporte de Frantz Fanon dentro del proceso de liberación de los
pueblos, nos lleva a presentar las diferentes etapas de su existencia, de la
toma de posición, del desarrollo y de la formulación de su pensamiento. Su
obra se confunde con su corta existencia, marcada por la revuelta frente a la
injusticia, el principio de realidad y ética del compromiso.
La
Segunda Guerra Mundial fue quien
motivo el despertar político del joven Fanon. Espontáneamente antifacista
y mostrando un compromiso concreto por su rechazo al nazismo, Fanon
deja el hogar familiar y parte clandestinamente a unirse de forma voluntaria a
las Fuerzas Francesas Libres que luchaban contra la Alemania nazi.
Condecorado
de la armada colonial francesa, no sentía verdaderamente el sentimiento de
formar parte de los liberadores. En una carta escrita a sus padres en 1944,
expresa la magnitud de su desilusión, “Yo cometí un error. Nada
absolutamente nada justifica la brusca decisión que tomé de defender los
intereses de un latifundista: que yo lo defienda o no, no le importa”.
Fanon
debió constatar que la fuerza movilizada contra el nazismo alimentaba la
ideología racista y practicaba casi oficialmente la discriminación racista y
étnica. El uniforme se suponía que debería reflejar la igualdad entre los
soldados, el mismo para todos, la realidad es que dicho uniforme ocultaba difícilmente
las insoportables desigualdades de tratamiento entre negros y blancos.
Después
de su desmovilización, regresa a Martinica y luego a Francia donde
se inscribe en la facultad de medicina de Lyon, donde aparte de sus cursos
asiste a aquellos de filosofía Maurice Merleau-Ponty, lee la revista de Sartre,
Los tiempos Modernos, y se interesa particularmente en Freud y Hegel.
En
su primer libro, Piel Negra, mascara blanca –que debió ser su
tesis para el doctorado- publicado en 1952, Fanon evoca este choque inaugural
con el racismo europeo, que descubre precisamente dentro de la armada
antifascista de De Gaulle. La aprehensión intelectual del racismo y que engloba
a la vez el cuerpo y el discurso, continúa remarcablemente en la actualidad,
sobre todo desde el punto de vista de la reaparición sin complejo del discurso
racista en Europa. Fenómeno, hoy en Francia, que llega las escuelas de futbol
para jóvenes de un mismo país, que dentro de un racismo cien por cien puro, ha
sido objeto de un debate indigno a propósito de cuotas sobre la base del color
de la piel, de los orígenes y de las pretendidas aptitudes físicas
especificas. Piel negra, mascaras blancas es una señal
fundamental dentro de la lucha antifacista, de un mecanismo descodificado de la
segregación y de sus metas políticas.
Analizando
los mecanismos del colonialismo y sus impactos sobre los dominados, Fanon se
opone al concepto de negritud forjado por Senghor y Césaire articulando la
lucha contra el racismo, dentro de un movimiento universal de desalineación de
las victimas del racismo y de los racistas mismos.
Psiquiatra,
retoma las formas terapéuticas basadas sobre la obligación y la violencia
inherentes a la psiquiatría hospitalaria tradicional.
En
Así,
para los psiquiatras coloniales, los comportamientos patológicos de los indígenas
se derivaban de causas genéticas y por lo tanto incurables. Fanon, cercano
de sus pacientes y de sus familiares, descubren entonces la expresión cruda de
la jerarquía de la raza y de una segregación violenta, comparable al
apartheid.
El
inicio de la guerra de liberación nacional, el 1 de noviembre de 1954, tuvo
naturalmente un impacto sobre el hospital que recibía los pacientes
traumatizados por la experiencia de la violencia, así como de los torturados y
de los torturadores (algunos casos son mencionados en Los Condenados de la
tierra).
Por
intermedio de los militantes de la causa argelina, médicos y activistas, que
tomaron a su cargo los moudjahidines heridos, entraban en contacto directo con
el FLN (Frente de Liberación Nacional). En 1956, el gobierno opta por
una política de represión militar brutal y generalizada, él renuncia,
proclamando que como psiquiatra, no podía re enviar sus pacientes a una
sociedad que, fundamentalmente los aliena y los deshumaniza. Expulsado por
las autoridades coloniales en 1957, se va a Tunis, sede exterior de la Revolución
Argelina.
Fanon
retoma en Tunis sus actividades profesionales y al mismo tiempo se involucra en
la acción política del FLN. Fue periodista del periódico del FLN, El
Moudjahid y nombrado por el gobierno argelino en exilio, embajador itinerante en
África. Visitó Ghana donde se reunió con Kwame Nkrumah donde estudia
de cerca los problemas planteados por la constitución de un Estado Africano
independiente; en el Congo se reúne con Patrice Lumumba, en Etiopía,
Liberia, Guinea y Mali. Su meta era popularizar la lucha del pueblo argelino por
la consolidación de alianzas entre los pueblos de África y la puesta en práctica
del internacionalismo que caracterizaba su visión en las luchas emancipadoras.
Así
su acción cerca de los dirigentes de Mali permitió la apertura en 1960 de un
nuevo frente en el sur de Argelia, al cual Guinea le suministró armas. De esa
misma manera jugó un papel importante en el envió de armas soviéticas,
destinadas al frente oeste, gracia a la solidaridad del Presidente Sékou Touré.
Fanon
relata sus estadías en África al sur del Sahara en Los Condenados de la
tierra. En 1959, el editor francés François Maspero, publica el
segundo libro de Fanon, El V año de la revolución argelina, no
es solamente una acusación a Francia por sus crímenes masivos contra la
población argelina, – cerca de cincuenta años después de la independencia
de Argelia, Francia comienza a reconocer apenas sus crímenes, y de la misma
manera reconoce su gran responsabilidad en el pillaje sistemático de África y
su imposibilidad, a pesar de una ley para el reconocimiento de la trata de
negros y la esclavitud como crímenes contra la humanidad, a abrir completamente
el capítulo de esa parte sombría de la historia francesa -, se trata de un
ejercicio analítico de los medios de la revolución argelina y las
transformaciones que la inducen dentro de una sociedad dominada, humillada y
gravemente pauperizada (empobrecida). Esa obra fue prohibida en Francia,
y paradójicamente eso hizo que se hablara de Fanon en África y en el Tercer
Mundo. Fue invitado a foros internacionales, donde fue escuchado atentamente al
punto que se convirtió en un blanco para las autoridades francesas.
En
primavera del 1961, se comprometió a entregar un manuscrito a su editor, el
cual fue Los Condenados de la tierra que no trata solamente de
Argelia, sino también del Tercer Mundo en vía de des colonización. El 3 de
Diciembre, recibe el libro en el hospital Bethesda de Washington. A los 3 días,
muere de una leucemia.
En
1962, Maspero publica en Presencia Africana un homenaje a Fanon; hace
también el esfuerzo de publicar sus obras completas buscando sus textos
publicados, a menudo de manera anónima, en el periódico clandestino del FLN,
El Moudjahid. Para la revolución africana se convertirá en libro publicado en
1964, el cual fue traducido por Ernesto Che Guevara.
En
1961, fecha de la redacción de Los Condenados de la tierra, Fanon
considera que el período de la colonia está irrevocablemente atrás; lo que
está ahora en el tapete es la revolución de los Estados liberados. Para
Fanon, la construcción de una sociedad justa y prospera debería fundarse
sobre la liberación integral de las mujeres y de los hombres legado del
colonialismo.
De
este punto de vista es fundamental identificar las carencias y eliminar las
consecuencias de una presencia devastadora.
Uno
de los capítulos de Los Condenados de la tierra, “La desgracia
de la conciencia nacional” es un llamado a los pueblos liberados del dominio
colonial para la promoción de las elites productivas, dotadas de una conciencia
política y promovida por el sentido del interés general. Si los países
independientes no logran preparar esas elites, triunfará entonces una cultura
de negociantes que no serán otra cosa que caricaturas del educador occidental,
en su comportamiento y sus modos de consumo. Los movimientos de liberación se
transformaron en partido único, “la forma moderna de la dictadura burguesa,
sin mascara, sin maquillaje, sin escrúpulo y cínica”. En ausencia de
perspectivas realmente nacionales, la vía de “dictaduras tribales” estaría
abierta: apostando sobre las divisiones étnicas y sobre las fronteras
“heredadas” del colonialismo, esos nuevos poderes, llevados por los
dirigentes de ayer, terminarán provocando el desmoronamiento de nuevos Estados.
Estas puestas en guardia fueron pronunciadas al alba de las independencias,
celebradas con entusiasmo y fervor.
El
análisis lucido de Frantz Fanon alertaba de manera asombrosamente
premonitoria sobre los desvíos susceptibles de afectar los Estados
poscoloniales. Describe con años de avance la patología neo colonial, la
perpetración de la dominación por la sumisión de gobiernos nacionales
corruptos y antipopulares a los intereses de las antiguas metrópolis
coloniales. Si estas estructuras coloniales no explican por ellas mismas el
fracaso de las independencias africanas, este medio siglo fue la demostración
despiadada de la eficacidad de las bombas retardadas legadas por las potencias
coloniales.
La
independencia de países colonizados se convirtió para Fanon una etapa
preliminar y necesaria, pero no constituía de ninguna forma el fin de un
proceso de liberación.
Fanon
fue uno de los pensadores de la revolución argelina que se ubicaba fuera de
toda reducción dogmática o de interpretación doctrinal. Progresista y
anti-imperialista sin referencia “teológica” al Marxismo, cerca pero
sin obediencia ninguna, del campo socialista. Como lo decía el sociólogo
Inmanuel Wallerstein, en una formula concisa pero muy exacta: “Fanon leía
Marx con los ojos Freud y leía Freud con la mirada de Marx”. La liberación
del hombre y su no-alienación fue para Fanon el último objetivo de la lucha
política sin estilo, sin rigidez pero sin concesión.
Era
un hombre indivisible, que no podría ser reducido a una dimensión particular
de luchas; era anti-racista en nombre de la universalidad y anti-colonialista
en nombre de la justicia y las libertades. En ninguna parte de el se le
encuentra la mas mínima voluntad de revancha ni de estigmatización de los
blancos como quisieran presentarlo hoy los teóricos piratas del esencialismo y
lo que llamaríamos choque de civilizaciones.
Sus
detractores, que se encuentran entre los “intelectuales” neoconservadores,
intentaron un juicio por brujería a titulo de una supuesta apología de la
violencia traduciendo su desconocimiento de la obra de Fanon y su mala fe
racista. La violencia defendida por Fanon –como ultimo medio de
reconquistarse a si mismo por los que son negados, explotados y reducidos a la
esclavitud- es la de la legítima defensa de los oprimidos que sufren de la
violencia, todavía mas grande, de la dominación, de la desposesión y el
desprecio.
Esto
lo llevo a sobre vivir mas allá de generaciones. Su análisis de patologías
sociales y políticas del racismo es de una sorprendente actualidad, su análisis
político, psicológico y social sobrepasa el contexto dentro de lo cual fue
elaborado, conservando al día de hoy una congruencia sorprendente.
Su
lucidez y su independencia lejos de aislarlo, a pesar de la desconfianza de los
marxistas “ortodoxos” prisioneros del dogma, le permitieron ganar la estima
y el respeto de combatientes de la libertad e independencias.
Fanon
fue una referencia mayor para los militantes ilustres como el comandante Che
Guevara, Amílcar Cabral, Agostino Neto, Nelson Mandela, Mehdi Ben Barka y
muchos más.
En
África, en Europa, Fanon aparece hoy más actual que nunca. Tiene
sentido para los militantes africanos de la libertad y de los derechos humanos,
tiene sentido también para todos los Africanos y los Árabes en contra de los
cuales se expresa, tanto en los medios de comunicación como en los propósitos
de las elites de ciertos estados, un racismo sin complejo, recobrando así
violentamente un no deliberado racismo.
Tiene
sentido puesto que la emancipación es la primera meta de generaciones que
llegan a la madurez política. Muchos de los africanos aprendieron que esa
lucha para la libertad, la democracia y los derechos humanos son llevada contra
los potentados locales pero de la misma manera contra los gobernantes del orden
neo-colonial que los protege, los utiliza para robar los recursos y los descarta
cuando ya su tiempo se acaba.
El
pensamiento de Fanon continúa inspirando hoy a todos los que combaten para el
progreso del hombre en todo el planeta. En este mundo donde el sistema de la
opresión, el atropello del humano no para de renovarse y de adaptarse, su
pensamiento es un antídoto contra la renuncia. Es el arma de una pasión lucida
para el combate incesante por la libertad, la justicia y la dignidad de mujeres
y hombres. La liberación de los pueblos y de los individuos de la esclavitud y
de la alineación queda un objetivo, la emancipación está por venir.
Si
Frantz Fanon estuviera vivo, ciertamente no le hubiese gustado ser
considerado como una autoridad canónica fuera del contexto de su lucha y de su
testimonio escrito. Al contrario constantemente subrayó desde su primer libro
hasta el último, que un pensamiento viviente debía siempre ser una compromiso
en una situación dada. La resistencia continua, y cincuenta años después
Fanon nos exhorta a no abandonar la lucha en este espacio social donde las
mujeres y los hombres ordinarios pueden poner nuevamente en discusión y
desplegar la energía y la sabiduría de un verdadero proyecto político.
Publicado
por Con Nuestra América