Majestad ¿Qué prisa le entró de repente?

 

El 2 de junio de 2014 se produjo en el borbonato la abdicación de Juan Carlos I como rey, que no es lo mismo que una dimisión, pues se pretende que la jefatura del Estado español pase, dedocráticamente, a su hijo Felipe, haciendo realidad la frase de la novela Il Gattopardo, que narra la vida de Don Fabrizio Corbera, príncipe de Salina: “si queremos que todo siga como está es necesario que todo cambie”.

 

Los griegos definieron a la plutocracia como el gobierno de los poderosos económicamente hablando. En el caso español el compatriota Víctor Ramírez la definió, acertadamente, como plutocracia coronada. Según Bernard Shaw, la plutocracia, después de haber destruido el poder real por la fuerza bruta con disfraz de democracia, ha comprobado y reducido a la nada esta democracia. El dinero es el que habla, el que imprime, el que radia, el que reina, y los reyes, lo mismo que los jefes socialistas, tienen que acatar sus decretos y aún, por extraña paradoja, que suministrar los fondos para sus empresas y garantizar sus utilidades. Ya no se compra a la democracia: se la embauca.

 

Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia se ha venido preparando concienzudamente para asumir la jefatura del Estado monárquico y colonial español, pero si pretende seguir diciendo por ahí, como hasta ahora, que se trata de un régimen democrático, falta un pequeño detalle a su preparada pretensión y es que tiene que someterse al veredicto de las urnas para que los ciudadanos y ciudadanas avalen su candidatura, que en el caso de ser el depositario de la confianza de los electores sería por un máximo de cuatro años y la posibilidad de una segunda elección por otros cuatro, insistimos, en una democracia que se precie de tal.

 

Sin embargo no son esas las intenciones de la abdicación, muy al contrario, vistos los resultados de las elecciones celebradas el 25 de mayo al Parlamento Europeo, que han hecho trizas al brazo político del borbonato[1], el PPSOE, no hay tiempo que perder antes que las elecciones del 2015 cambien también la correlación de fuerzas en las Cortes Generales, ese es el motivo por el cual ocho (8) días después de celebrada la citada convocatoria electoral abdica el Jefe del Estado, que ha ejercido en el cargo durante 39 años, tres años más que el otro dictador que lo precedió en el cargo, Franco, el generalísimo y que en total han sumado en el carguito setenta y cinco años, tres cuartos de siglo, no está nada mal ¿verdad?

 

Canarias, primera colonia del obsoleto y caduco régimen monárquico y colonial español, aspira a erigirse en una República Democrática y Federal, en la que ninguna isla prevalezca sobre las demás y el derecho a la libertad, a la felicidad, a la dignidad, a la igualdad y a la identidad sean derechos que amparen por igual a todos los seres, motivo por el cual el Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario (Movimiento UPC) apoya, en primer lugar, la declaración de descolonización e independencia de Canarias de 1 de enero de 2011.

 

Los índices de pobreza y miseria entre nuestros compatriotas han batido todos los records imaginables, pues el desempleo ha llegado hasta el 34 por ciento de la población activa, más de un 70 por ciento entre los jóvenes, que, una vez más, se han visto forzosamente desplazados de su patria por la introducción de población foránea, lo que viola el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, mientras el producto interior bruto (PIB) en el año 2013, último publicado, se aproxima, obscenamente, a los cuarenta y dos mil millones de euros, motivo por el cual el Movimiento UPC viene apoyando la convocatoria de huelga general nacional canaria convocada desde marzo de dos mil doce (2012), en consonancia con los atropellos iniciados por los gobiernos monárquicos del PPSOE (El número de huelgas que tuvo lugar en Canarias en 2013 aumentó un 64% con respecto al año anterior, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social).

 

En tercer lugar llamamos a todos los anticolonialistas, tanto canarios como españoles y del resto del mundo, para impedir este nuevo atropello de la monarquía borbónica que, apoyados por los sectores más reaccionarios del ejército español, pretenden imponer, per secula seculorum, como Jefe del Estado a un representante de  dicha monarquía medieval, de forma antidemocrática, lo que supone la reiteración del golpe de Estado dado por Franco en julio de 1936, cuyo fracaso parcial condujo a una guerra civil y al derrocamiento de la II República Española. Todos y todas a la calle, formando auténticas “Mareas por la democracia”, para impedir la continuación de la plutocracia coronada.

 

[1] brazo político del borbonato

 

Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario

Movimiento UPC