Mamo-tretos y mamotretos
El primer intento conocido de urbanizar la playa de Las Teresitas lo publicó el 31 de diciembre de 1956 el diario La Tarde. El proyecto del ingeniero Ramón Iribarren sitúa un hotel justo encima de la batería militar y una urbanización en la zona adyacente.
Ha llovido mucho desde entonces, incluyendo la riada que, en octubre del 2014, arrastró desde el barranco de San Andrés cientos de toneladas de escombros incluyendo muchos animales muertos, como perros, gallinas, gatos o ratas, lo que hizo exclamar al responsable de mantener en condiciones toda la isla de Tenerife, don Alonso (era costumbre medieval poner el don al apellido), presidente del Cabildo “Es que de meteorología sólo avisaron con 24 horas de antelación”, como si hubiera cambiado algo el hecho de que se hubiese anunciado con una semana, un año o diez. Don Alonso cerró la playa más de diez días para ocultar el descalabro producido a los visitantes.
Ya está avisado de que vivimos en una zona subtropical y en esta zona las lluvias son torrenciales, no hace falta más que ver la profundidad de nuestros barrancos o el desmantelamiento por la erosión de la antigua Mahon (actual Erbani y Titerroygacat, otrora unidas y separadas actualmente por el aumento del nivel del mar en los últimos diez mil años debido a ajustes epistáticos, haciendo realidad la Atlántida de Platón), de mayor extensión y altura que el actual Teide.
Los modelos económicos de explotación de esta colonia son prácticamente los mismos desde que esta tierra fue vilmente sometida por el régimen monárquico y colonial español. Así lo demuestran los estudios de historia cuantitativa, primando originariamente los monocultivos, todos ellos diseñados interesadamente, que se iniciaron con el cultivo de la caña de azúcar con sus correspondientes ingenios para obtener, como no, ron de caña. La uva y la producción de vino, magistralmente introducido como droga dura donde las haya para mantener entretenida y alienada a la población, impidiéndole realizar avances significativos en el proceso de liberación o emancipación nacional, sustituyó a las plantaciones de caña. ¡Como éramos pocos parió la abuelita! Todavía vivimos esta lamentable situación, resumida en la sentencia “si bebes no conduzcas”, mediante la que el régimen prioriza el que bebas antes que conducir, pues si el alcohol es tan peligroso no se comprende como lo utilizan para gravarlo con suculentos impuestos y se potencia el consumo del mismo llegando a calificarlo como una cuestión cultural y otras sandeces por el estilo.
Otro de los monocultivos favoritos lo constituyeron la cochinilla, el tomate, el plátano y el gran descubrimiento del régimen también colonial del dictador Franco, el turismo, gracias al cual sobrevivió en los años cincuenta y se mantiene hasta la actualidad. Constituye la mayor agresión al territorio, pues el turismo es sin ningún género de dudas la industria más contaminante, más incluso que los residuos fósiles, carbón y petróleo, basta con realizar una simple excursión por el sur de Tenerife y Tamarán (ex Gran Canaria), así como por Erbani y Titerroygacat. No sólo han dilapidado más del cincuenta por ciento del territorio, acabando con la agricultura, la ganadería y la pesca, sino que, ante la escasez de espacio, han empezado a escarbar (“Hemos tocado fondo, ahora a escarbar”, que decía Groucho Marx) y a construir gigantescas edificaciones en profundidad y en altura, como las “Torres gemelas” de 120 metros y muchos millones de euros de Anyashw n Chinet (casualmente o no construidas después del macabro atentado nazi-fascista de las Torres gemelas de Nueva York).
En esta intolerable agresión al territorio se encuentran también desde los escandalosos hoteles construidos en el parque natural de las Dunas de Corralejo en Erbani, hasta el Altagay en la Punta del Hidalgo, Tenerife, pasando por La Palma & Teneguía Princess, en la indescriptible costa de Fuencaliente, los gigantescos edificios de la Avenida de Anaga en Tenerife, impidiendo las vistas al mar al entrañable barrio del Toscal o las construcciones que separan las Canteras de las Alcaravaneras en Tamarán parando la circulación natural de la arena, como ocurre también entre playa Honda y Famara en Lanzarote. No nos temblará la mano en la República Democrática Federal Canaria contra estos atropellos a nuestra querida patria, Canarias.
Un caso ejemplar lo constituye la decisión judicial de derribar al conocido como Mamotreto de las Teresitas, al que los Mamo-tretos se oponen tozudamente para que no cunda el ejemplo. Entre ellos se encuentran los ex alcaldes Manuel Hermoso y José Emilio García Gómez, que en públicas declaraciones llegó a afirmar que por qué iba a comprar las manzanas más caras si en las grandes superficies las conseguía más baratas y se cargaron al pequeño y mediano comercio, comisiones aparte.
Estos llevan en las instituciones al servicio del colonialismo de Anyashw n Chinet desde las primeras elecciones ya mueerto el antepenúltimo dictador y más allá, municipio en el que probablemente más se ha robado de toda Canarias según afirman algunos vecinos. La abstención suele estar por encima del 50 por ciento, lo que los perpetuará en el cargo per secula seculorum, por lo que la responsabilidad de los atropellos cometidos recaen tanto sobre ellos como sobre los que los votan o se abstienen. Con un pequeño aumento de la participación electoral serían un triste recuerdo.
El último gran invento es la conocida como ley del suelo que entrará en vigor el próximo mes de septiembre de este 2017 y frente a la que el intento de realizar el tendido eléctrico por Vilaflor es una mera anécdota que, sin embargo, fue parado por más de medio millón de ciudadanos y ciudadanas que se echaron a la calle, entre ellos un patético Ricardo Melchior y una no menos patética Ana Oramas, que se llevaron un bien disgusto al ser vigorosamente increpados por los manifestantes heridos al ver como les tomaban el pelo.
Esto es lo único que entienden, por lo que, desde este humilde escrito, llamamos a nuestros compatriotas a pisar las calles nuevamente el próximo sábado 21 de octubre, en defensa de nuestro territorio, víspera de la conmemoración de nuestra insignia nacional, la bandera tricolor con 7 estrellas verdes y los valores que la misma representa, dándole contenido a tan importante onomástica.
Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario