Pregúntame
si me dejo
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Pedro González Cánovas *
Por una vez que el pueblo canario es llamado a las urnas para una
consulta extraordinaria que se sale de lo estrictamente electoral, nos
encontramos de frente con las maneras de interpretar la participación ciudadana
de una pequeña burguesía, acomodada en el poder político del archipiélago,
que vuelve a demostrar un concepto de política social basado en la más auténtica
pantomima y electoralismo fuera de lugar.
Así,
la que debería ser una pregunta con respuesta para saber si la ciudadanía del
archipiélago está, o no, contra las prospecciones y posibles extracciones de
hidrocarburos, el grupo compuesto por Coalición y PSOE, con la complicidad de
elementos ficticios de la talla de Nueva Canarias, formulan una frase falta de
contenido y dejan sobre el tapete una pregunta abierta, con opciones de
respuesta cerradas[1],
donde impera tanto la retórica de su día a día que la papeleta queda peor que
en blanco y la burla a la ciudadanía se plasma en el Boletín Oficial de
Canarias, para pasar a los anales de la historia, dando fe del desprecio de este
grupo de gobierno y sus cómplices −insisto− a votantes y no
votantes, al movimiento ciudadano y a cualquier seguidor de la actualidad política
de Canarias y de fuera.
Esas maneras son un insulto a la democracia, a la participación
ciudadana. Y reinciden en hacernos saber de la pasta que está hecha la mayoría
de la élite política del archipiélago. Algunos de ellos lo tienen justificado
por sus fundamentos ideológicos, como los neoliberales de Coalición o los
"socialdemócratas" del PSOE, que siempre han demostrado estar más a
la derecha que otra cosa. Sin embargo, no deja de ser un palo que quién se
define como izquierda, léase Nueva Canarias, entre en este juego sin
descalificar la maniobra e incluso pidiendo participación en la representación
teatral fechada para el 23 de noviembre.
Estos actos son los que definen a esa clase política: a Román Rodríguez
y su NC, a Paulino Rivero y compañía y hasta a Fajardo o cualquiera de la
delegación en Canarias del PSOE.
Por otro lado, asistimos a la actuación que el PP tenía preparada, mediática
y contrainsurgente, que a pesar de haberse convertido en un sinsentido han
llevado a cabo de forma automática y muy poco profesional, sorprendidos por una
pregunta sin sentido, "muy confusa y poco afinada" cuando menos, como
la califica el presidente de Ashotel.
En definitiva, el 23 de noviembre, a la pregunta de si "¿prefieres
niño o niña?" tendremos que contestar si o no, esté vigente o
retrocedida la reforma de ley del aborto que el PP quería hacer en España.
Todo para subir a los medios de comunicación a esos actores políticos que
representan el mayor fraude de la política institucional imaginable, y que
volverán a salir de esta tierra para repartir sonrisas y estrechones de manos
en nombre de Canarias, sinvergüenzas, sin sonrojarse y enchaquetados, mientras
este Pueblo pasa todo tipo de necesidades y contempla el futuro más negro que
el piche. Mi respuesta es no, cuando alguien me los venda como representantes,
porque yo si tengo vergüenza, porque soy Pueblo y lo único que quiero de ellos
es que lo dejen mejor antes que después, porque sé que sin tanta escoria hay
un futuro mejor, pues de momento, peor no puede ser.
* Miembro de Alternativa Nacionalista Canaria
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publicados en El Guanche y en El Canario