Por qué?
El principal responsable del dramático cambio climático que, amenazadoramente, azota este planeta es el anhídrido carbónico o dióxido de carbono (CO2), gas de efecto invernadero generado desproporcionadamente desde el inicio de la mal denominada revolución industrial en el siglo XVIII, revolución industrial llevó aparejada la tala masiva de árboles, que ha traído como consecuencia acabar con la principal, por no decir la única, fábrica capaz de reciclar el tóxico CO2.
La fotosíntesis de las plantas verdes es la reacción más importante de la naturaleza. La fotosíntesis vegetal es el proceso mediante el cual las plantas sintetizan azúcares e incluso aminoácidos a partir de las sales que forman el suelo, el agua, la luz y el CO2, proceso que se explica actualmente desde la educación primaria y que, por lo tanto, toda la ciudadanía debería conocer, máxime si eres responsable de una administración pública como un ayuntamiento, si bien es cierto que una cosa es conocer y otra bien distinta adquirir un conocimiento significativo, que dirían los pedagogos, sobre el tema, lo que implica llegar a entender que los productos obtenidos a partir del proceso fotosintético, además de los previamente citados (azúcares y aminoácidos) se desprende también oxígeno, que los organismos aerobios utilizan para respirar, que incluyen desde la forma de vida más elemental, como por ejemplo las bacterias hasta los mismo responsables de la tala masiva de árboles y, por lo tanto, de la deforestación.
La deforestación y las petroleras, principales causantes del cambio climático. Es tan sencillo como fácil de entender que, si las plantas reciclan el CO2 mediante la fotosíntesis los vertidos masivos de este gas en la atmósfera a partir, por ejemplo, del refino de combustibles fósiles, gas y petróleo, que realizan las petroleras y, paralelamente, procedemos a eliminar los árboles que lo reciclan, repetimos, la consecuencia es que dicho gas se acumula masivamente dando lugar a las consecuencias tan drásticas como el cambio climático, en última instancia producido por el capitalismo y no por el ser humano como, interesadamente, se dice en los medios de comunicación masiva.
La demagogia del gobierno de “progreso”. El autodenominado gobierno de “progreso” de Canarias ha declarado recientemente dos emergencias, una por el cambio climático y otra por la sequía, como si alguno de esos problemas, que son el mismo, se solucionase con titulares en los informativos, confundiendo, consciente o inconscientemente, el problema con la solución como si de una ecuación algebraica se tratase, siendo tan responsable de los desmanes que se siguen cometiendo como sus predecesores que, mayoritariamente, son los mismos.
Trataremos de ilustrar el tema con un sencillito ejemplo ocurrido en el municipio de Tedote (ex Santa Cruz de La Palma), siendo responsable por lo tanto su alcalde como máximo responsable del mismo y cuya dimisión debe ser inmediata por el execrable atentado a la naturaleza mediante el cual destrozaron un imponente ejemplar de más de cuarenta años, durante los cuales recicló toneladas y toneladas de CO2 al mismo tiempo que insuflaba la misma cantidad de oxígeno en la naturaleza, con el agravante de que dicho árbol se encontraba en un margen de un barranco contribuyendo en la retención de la erosión producida por el caudal que el mismo genera o mejor dicho, generaba, cuando llovía, tala incontrolada e injustificada cuya recuperación llevará por lo menos otros cuarenta y tantos años por obra y gracia de un alcalde cuya dimisión inmediata exigimos.
En conclusión, hacemos un llamamiento a las organizaciones sociales de todo tipo: culturales, ecologistas, sindicales, etc., así como a la ciudadanía en general para que continuemos denunciando e impidiendo que estos lamentable sucesos, verdaderos responsables del cambio climático que vivimos, no continúen ocurriendo impunemente, echando fuera de las instituciones a los irresponsables que autorizan los mismos, atentando contra el Medio Ambiente que tienen la obligación de respetar e incluso proteger.
Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario.
Ministerio de Ciencias de la Tierra de la República Democrática Federal Canaria