POPULISMO Y LUCHA DE CLASES

 

«.» Edilberto Rodríguez Morales

[...¡AHORA CANARIAS¡ tiene la oportunidad en este momento crucial de evidente reorganización política, de tener el coraje de señalar y desenmascarar hacia dónde apunta las causas de la despolitización de la ciudadanía, motor del colonialismo; saber reconocer dónde se aprecia ya los primeros síntomas de castración identitaria y revolucionaria que impide a los jóvenes de cualquier condición social tener la preparación adecuada y el entusiasmo por formar parte de las reivindicaciones culturales, sociales y económicas de su tierra; o, por qué debemos negarnos a aceptar por decreto la imposición de un modelo estructural preconcebido a más de 2000 Km de nuestra situación geográfica que subestima la capacidad de organización innata de miles de jóvenes emprendedores;...]

      Con un alto número de parados y con los salarios más bajos del Estado español, la Canarias multiétnica del S.XXl se caracteriza por haberse contagiado de un enfermizo estado catatónico que la ha inhabilitado poder alcanzar mayor cota de autogobierno y desarrollo económico; tanto en cuanto, partidos sucursalistas, medios de comunicación y un sistema educativo castrante afines a un caciquismo feudal, impida reconocerse a sí misma como pueblo colonizado.

      Tan dañino ha resultado para la autoestima y calidad de vida de los canarios/as su falta de determinación que, aún a día de hoy, no sólo nos quieren ver como sujetos pasivos de una lejana Metrópoli; sino que además pretenden que para ser más solidarios con el planeta Tierra, nos exijan ser coparticipes de un “mundo globalizado”, como si dicha creencia nos demostrara la existencia de un idílico hermanamiento entre un escorpión y una rana; cuando a la vista está que tanta familiaridad ha sido excusa para que nos hayan colado el timo de la estampita y eternizar aún más nuestra dependencia.

      No debemos olvidar, por mucho que quieran ocultar las repercusiones de tanto apocamiento, cómo a cambio de ayudas y subvenciones provenientes de la UE, el ex–presidente del gobierno canario, Lorenzo Olarte Cullen, fue coaccionado insistentemente y sin referéndum previo a ir desmantelando progresivamente la Refinería de Tenerife y todo el tejido industrial que estimulaban los Puertos Francos, so pena de aplicarle el artículo 155; al parecer en vistas a crear un nuevo marco político-económico que nos garantizaría misma calidad de vida que Dinamarca o Noruega; un entramado planificado a través de una red de especuladores financieros internacionales y políticos desaprensivos, con la intención de hacernos creer que su finalidad era, además, construir un mundo sin fronteras: facilitar la libre circulación de personas.

      Sin embargo, de ese funesto experimento y, ante el caso omiso a la evidencia constatable de habernos quedado sin tejido industrial, de no haber puestos de trabajo para todos y que nadie haya propuesto mecanismos de producción alternativos, se fundamenta el origen y radicalización de los populismos en estos últimos años; como quien  vota nulo, en blanco o se abstiene; otra manera de hacerse oír, quizás en una aparente y peligrosa escalada de involución política; pero que, en principio, mientras no haya un cambio de actitud de ciento ochenta grados, sólo se pretende poner en aviso esta situación; llamar la atención sobre la precariedad económica que viene soportando amplios sectores de la sociedad, mucho antes de la aparición de los flujos migratorios; reivindicaciones que partidos bien acomodados a las instituciones desoyen continuamente, creyéndose libres de toda culpa; lo que pone de manifiesto que están atados de pies y manos a un proyecto caciquil europeo; dejación que permite a organizaciones no afines a ese marco económico la oportunidad de capitalizar dicha problemática y revelarse; en tanto en cuanto una izquierda hospitalaria y colonialista, sin mínima visión de Estado, mantiene como única alternativa social un reparto equitativo de las migajas sobrantes de las ayudas y subvenciones.

    Deriva populista que mayoritariamente nada tiene que ver con comportamientos racistas, xenófobos o machistas; ni se deba como quieren hacernos ver a un ostensible rechazo al derecho a decidir de los Pueblos; pero que bien podría obedecerse a una despolitización premeditada de las clases populares, so pena de que puedan apreciar adoctrinamiento identitario anticolonial; o seguir obviándose una asfixiante presión tributaria para autónomos y PYMES.

    Una situación anacrónica y lamentable que podría finiquitarse en tiempo y forma, si las organizaciones “dependentistas” no les importara un bledo ser un lastre para los intereses del Pueblo canario; ni estuvieran más preocupadas en hacer prevalecer la cohesión del Estado español entre Monarquía o República, que estar más pendientes en diseñar nuestra propia estructura económica en todos sus ámbitos, tal como en su momento la UE le planteó a Felipe González. Proyecto que consistía en que Canarias fuese un Estado Libre Asociado; y que tanto el PSOE como los demás partidos sucursalistas rechazaron de plano por miedo a fortalecer los cimientos de una Canarias Libre; denigrando dichas propuestas a una opción minoritaria marginal pequeño-burguesa; y no como un derecho revolucionario anticolonialista legitimado por la ONU; cuando dicha propuesta, todos saben que será la única alternativa capaz de dar vía libre a la industrialización que Canarias necesita; que haya trabajo y salario digno para todos. Vean si no como dicha sumisión y dependencia no encaja con el compromiso revolucionario de la CUP o de Esquerra republicana de Cataluña del S.XXl.

    Así todo, más temprano que tarde, serán los Pueblos quienes tengan la capacidad de decidir su futuro; entre otras circunstancias porque no puede acabar bien quien en connivencia con dictaduras de otros continentes fundamenta uno de sus principios en proporcionar una válvula de escape al malestar social que se vive en esas latitudes: cuál si no que apaciguar revoluciones democráticas pendientes; facilitar de manera deleznable la posibilidad de una emigración permisiva tras la apariencia de una finalidad solidaria; no tan indiscreta como para tener la torpeza de recibirlos con los brazos abiertos; pero sí encubierta de una intencionalidad mercantil mezquina; no sólo dificultando poder reivindicar mejoras salariales y, que las grandes empresas vean multiplicados exponencialmente sus beneficios; sino que políticos corruptos vinculados a organizaciones mafiosas puedan en contrapartida y sin mayor requisito saquear impunemente recursos ajenos: petróleo, coltán, telurio, oro, etc.; repartirse millonarios beneficios. Lo mismo que quieren hacer con Venezuela: explotar a propios y extraños.

    Así que, cuando gobiernos colonialistas sin desarrollo industrial no quieren o no pueden poner en práctica por circunstancias imperdonables tecnologías intermedias que haga recapacitar la tendencia de los flujos migratorios saben que están condenando a su gente a vivir en el subdesarrollo y en la inestabilidad política. Canarias no debe seguir ese camino. Son las organizaciones verdaderamente revolucionarias quienes deberían asumir tomarse en serio hacer llegar al ciudadano aquellas reflexiones que ayuden a despertar conciencias más allá de la comodidad del uso de las redes sociales, sin necesidad de esperar a que lleguen elecciones;  a ser posible a pie de calle; que sea la ciudadanía quien determine por sí misma -si por alguna circunstancia descabezaran el liderazgo de dichas propuestas-, cuál es el camino a seguir para analizar y resolver todo tipo de conflictos; que deduzcan que los límites de la solidaridad territorial por tiempo indefinido tiene, tarde o temprano, un punto y final de consecuencias calamitosas, que sólo se resuelve con coherencia política y económica, allá donde tuviera lugar.

    Entendamos de una vez que salvo Macron, nadie ha logrado ganar unas elecciones desde un despacho. Y ya ven los resultados. ¡AHORA CANARIAS¡ tiene la oportunidad en este momento crucial de evidente reorganización política, de tener el coraje de señalar y desenmascarar hacia dónde apunta las causas de la despolitización de la ciudadanía, motor del colonialismo; saber reconocer dónde se aprecia ya los primeros síntomas de castración identitaria y revolucionaria que impide a los jóvenes de cualquier condición social tener la preparación adecuada y el entusiasmo por formar parte de las reivindicaciones culturales, sociales y económicas de su tierra; o, por qué debemos negarnos a aceptar por decreto la imposición de un modelo estructural preconcebido a más de 2000 Km de nuestra situación geográfica que subestima la capacidad de organización innata de miles de jóvenes emprendedores; o, por qué tolerar se abandere la lucha de clases a una humillante distribución de bolsas de alimentos; o que una renta básica pretenda encadenarnos de por vida a un voto cautivo que encauza a la mayoría de los jóvenes a la indiferencia y a la emigración.

    Lamentablemente con propuestas electoralistas de última hora, aún siendo nuestra causa, justa y legítima, donde a toque de pito se recomienda que todos vayamos a votar, no se aprecia por ningún lado la formación o información de las teóricas bases; dicha negligencia, -denunciada reiteradamente desde el inicio de los tiempos- tiene como consecuencia, si no se corrige inmediatamente, seguir fomentándose el inmovilismo y el pasotismo; ser cómplices del desentendimiento de las clases más desfavorecidas; permitir que la República totalitaria trascienda como referente de los Pueblos autogestionarios; favorecer al colonialismo y a los totalitarismos, de una forma u otra, larga vida.

    Para muestra, la puesta en escena de los chalecos amarillos en Francia, cuando las instituciones son regentados por políticos/as irresponsables: militantes indignados sin otra solución que la guerrilla urbana y las barricadas; prueba del hartazgo y de desconfianza hacia las organizaciones políticas vendidas a la oligarquía, por mucho que se vistan de izquierdas o de demócratas.

    “Todo para el Pueblo pero sin el Pueblo” resume y explica porqué en Canarias sigue habiendo una desconexión desafortunada del movimiento libertario con la militancia; poniendo en duda cuáles son las verdaderas causas de no lograr fraguarse nuestras justas reivindicaciones libertarias e igualitarias. Lean si no como puede interpretarse las declaraciones dadas por un dirigente del Frente Polisario a Radio San Borondón, al recriminársele por uno de los contertulios que los saharauis nunca han apoyado la independencia de Canarias: “El pueblo saharaui sí es consciente de la lucha diaria del Frente Polisario, sin embargo al pueblo canario no le hemos visto nunca manifestarse mayoritariamente por su descolonización e independencia”. A buen entendedor con pocas palabras bastan. Cierto que no hemos sido capaces de movilizar ni la peor entrada del C. D. Tenerife, pero acaso nos lo hemos propuesto. Aún así con todo en contra, por las causas que se puedan alegar, no justifica que a estas alturas no se haya estructurado mínimamente un organigrama anticolonialista por todos los barrios de las islas, que permita en cuestión de minutos difundir de mano en mano, cualquier comunicado; no sólo para facilitar hacernos visibles unilateralmente; sino poder participar dignamente en cualquier convocatoria electoral.

 

Taco, 5 de Abril de 2019

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