PORQUE GRECIA (Y ESPAÑA) NO SE RECUPERARÁN
Vicenç
Navarro
Este Artículo
de Vicenç Navarro señala que la excesiva influencia del capital financiero en
la estructuración de la UE y de la Eurozona ha configurado unas reglas de
comportamiento que dificultan enormemente la recuperación económica de Grecia
(y de España). Las medidas de austeridad son contraproducentes e imposibilitan
el crecimiento económico y creación de empleo, condiciones para que se salga de
la crisis. El artículo subraya que el hecho de que sean los países PIGS los que
se encuentren en mayores dificultades se debe al dominio de las derechas en la
vida política de estos países que han determinado unos estados muy pobres (que
se han tenido que endeudar) como consecuencia de unas políticas fiscales
regresivas. La salida de la crisis requiere una profunda reforma fiscal que de
pie a unas políticas expansivas de estímulo económico.
El mayor problema que tiene la economía
griega no es primordialmente de carácter económico o financiero. Es un problema
político. Tiene que ver con el enorme poder que la banca ha tenido, y continúa
teniendo, en la estructuración de la Unión Europea y de la Eurozona, así como
en la génesis de la deuda pública de los países llamados despectivamente PIGS,
cerdos en inglés, (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Ahora bien, este poder
de la banca ha contado con un gran aliado y cómplice: las clases más adineradas
de los países de la Eurozona, incluyendo las de los países PIGS.
Veamos los datos, comenzando por las
reglas que los bancos escribieron sobre las cuales se establecería la Eurozona.
Estas reglas son las responsables de que Grecia nunca podrá (ni tampoco España)
salir de la recesión a través de las políticas que se están siguiendo. Una fue
que los Estados, al incorporarse al euro, perdieron el control sobre su propia
moneda. Es decir, que en momentos de recesión (cuando la economía está
estancada), el estado griego no puede devaluar la moneda y con ello poder
abaratar sus productos y venderlos más fácilmente al exterior, recuperándose a
base de ello. Suecia y Noruega, por cierto, se han recuperado de la recesión
mucho mejor y más rápido que Finlandia, como consecuencia de que los dos
primeros pudieron devaluar su moneda, lo cual no pudo hacer Finlandia al
pertenecer al euro.
Otra regla es que, al integrarse al euro,
los Estados dejaron de tener la potestad de imprimir dinero y establecer el
precio del mismo. Cuando un país está en recesión, su Banco Central imprime
dinero y/o abarata el precio del dinero, disminuyendo así los intereses
bancarios, facilitando que tanto los ciudadanos como los empresarios puedan
conseguir préstamos con los cuales consumir bienes y servicios e invertir, y
así producir empleo y estimular la economía. Negarle al estado que tenga
control sobre el crédito es imposibilitarle el poder estimular la economía. Una
función de un Banco Central es, precisamente, la de garantizar el crédito, lo
cual funcionó bien en la mayoría de países europeos hasta que llegó la moda
neoliberal con el Presidente Reagan de EEUU y la Sra. Thatcher
de Gran Bretaña, que hicieron creer a muchos gobiernos europeos que desregular
el crédito era bueno para un país. El último caso que vimos fue Islandia, que
conllevó un enorme problema, como también lo creó en los otros países que desregularon el crédito (que fueron la mayoría).
Y, por si fuera poco, la tercera regla era
que un país no podía seguir políticas expansivas de gasto público. Es decir, un
estado no podría gastar mucho para estimular la economía, pues el estado, según
el criterio de Maastricht, no podía tener un déficit estatal mayor del 3% del
PIB y una deuda publica mayor del 60% del PIB. Claro que el criterio no decía
cómo debía bajarse el déficit para alcanzar el número mágico del 3%. Pero
insistieron en que los estados bajaran los impuestos como manera de estimular
la economía, considerando erróneamente que los ricos, que eran los máximos
beneficiarios de los recortes de impuestos, consumirían más que ahorrarían (de
hecho, invirtieron en sectores especulativos). Esta insistencia en que el
estado bajara los impuestos no dejaba al estado otra alternativa que la de
recortar el gasto público. Esto eliminó la posibilidad de que el estado pueda
estimular la economía mediante, por ejemplo, inversiones en áreas de creación
de empleo.
Estas tres reglas hacen muy difícil, casi
imposible, para Grecia (y para España), salir de la crisis. En realidad, estas
reglas fueron muy importantes para que la crisis se presentara en Grecia con la
gravedad con laque se ha presentado.
¿QUÉ PASA EN GRECIA? LA ALIANZA DE LA BANCA CON
LOS RICOS
Una característica de Grecia, que
comparte con España, es que ha estado gobernada por la ultraderecha por muchos
años. La dictadura de los coroneles fue (como lo fue también la dictadura de
los generales en España) una dictadura de los ricos en contra de las clases
populares. Ello ha determinado que los ricos no tienen la costumbre de pagar
impuestos. El fraude fiscal ha sido enorme, consecuencia de la laxitud del
estado, que ha continuado controlado por los ricos durante la democracia que
siguió a la dictadura. En 2010 sólo 15.000 griegos, de un total de once
millones de ciudadanos, declararon al estado ingresos superiores a 100.000
euros al año, lo cual contrasta con la existente concentración de la riqueza y
de las rentas, visible en los suburbios de las ciudades griegas. Se considera
que casi la tercera parte de la renta nacional (la poseída por los ricos en su
mayoría) no se declara.
Ello ha forzado al estado griego a
endeudarse hasta la médula para pagar los gastos del estado (en infraestructura
y en servicios públicos, así como en gastos militares que significan una carga
muy importante en el presupuesto nacional). Esta deuda recoge también la deuda
incurrida por los gobiernos militares, no elegidos democráticamente, y cuyo
gasto militar lo tiene que pagar ahora el estado democrático. Éstas son las
causas de que el estado griego tenga un problema de déficit del estado (12% del
PIB) y de deuda pública, todavía mayor (150% del PIB). Pero esta realidad
quedó, en parte, ocultada por el estado con la ayuda del banco Goldman Sachs.
El diario alemán Der Spiegel
descubrió las ocultaciones de las cuentas nacionales que el estado griego
(gobernado por las derechas) había realizado con la complicidad de aquel banco
estadounidense (que recibió un pago por ello de 800 millones de euros). Es
imposible que la Comisión Europea (cuya mayoría son de partidos de derechas),
no lo supiera. Por cierto, el que era Vicepresidente para Europa del banco
Goldman Sachs, que realizó operaciones financieras con el gobierno conservador
griego para ocultar la situación real del déficit público del estado griego, el
Sr. Mario Draghi será el nuevo Presidente del Banco
Central Europeo, poniendo a la cabeza de este Banco (que es un lobby de la
banca, en lugar de ser un Banco Central) a la persona que ayudó más al desfalco
de las cuentas públicas del estado griego.
Cuando el gobierno socialista salió
elegido descubrió estos problemas, indicando que el déficit y la deuda eran mucho
mayores de lo que el gobierno conservador había indicado. El estado está
enormemente endeudado. Los bancos alemanes y franceses, pero también los bancos
griegos (donde los ricos griegos depositan su dinero) han comprado la deuda
pública a unos intereses abusivos. Por cierto, la mal llamada ayuda a Grecia es
para asegurarse que el estado griego pagará a tales bancos. Y la enorme
austeridad impuesta a la población griega por parte del estado (77.000 millones
de euros, de los cuales 28.000 millones serán en recortes de gasto público y
50.000 millones en privatizaciones del patrimonio nacional) es para poder pagar
a los bancos.
EL EURO Y LA CRISIS
Este endeudamiento del estado griego es
beneficioso para los bancos y también para los ricos que no pagan impuestos,
forzando al estado a endeudarse aún más. Pero es también beneficioso para los
ricos y para los bancos extranjeros, pues el estado se siente en la necesidad
de privatizar sus propiedades (a unos precios irrisorios) con lo cual vemos una
enorme demanda de euros por parte de bancos de inversión para comprar tales
propiedades. En realidad, en contra de lo que constantemente se dice y se
alarma, el euro está en muy buena salud (demasiado buena para los empresarios
españoles que tienen problemas para exportar), y ello se debe a la enorme
demanda de euros con los cuales se compra la privatización de los bienes
públicos de Grecia (y de España). Véase el caso de las cajas de ahorros
españolas, que se están vendiendo a unos precios muy bajos. Y todo ello con la
ayuda del Estado. De ahí que las privatizaciones sean una estrategia impuesta
por la banca a los países del euro como manera de conseguir la venta del
patrimonio y servicios muy rentables de los países periféricos.
Vemos así como el enorme dominio de la
banca explica que los estados periféricos estén estancados en su deuda sin
poder salir de ella, lo cual no ocurre por incompetencia, sino por diseño, pues
así consigue introducirse y conseguir mayor rentabilidad al comprar a precios
muy bajos lo que antes era público. Cualquier lector de este artículo debiera
indignarse. Por cierto, este artículo fue enviado a algunos de los medios de
mayor difusión del país, ninguno de los cuales consideró oportuno publicarlo.
Agradecería al lector que lo distribuyera lo más ampliamente posible.
29 de junio de 2011
Artículo
publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA,
29 de junio de 2011