Canarias: Petróleo y armamento pesado
René Behoteguy
Chávez
[…Si
uno suma el proyecto de Repsol más la militarización de las islas, puede
entender que Canarias, es analizada desde los poderes económicos mundiales por su
posición geoestratégica y su disponibilidad de recursos naturales, en una
ecuación en la que los canarios y canarias así como su medio natural o no
importan o directamente sobran...]
El
pueblo canario y su clase trabajadora tienen abiertos dos frentes de
lucha cuyo desenlace definirá el futuro del archipiélago para las próximas dos
o tres generaciones. Uno está en boca de todos y todas y tiene que ver con la pretensión
de la multinacional Repsol y su abanderado el ministro José Manuel Soria de
prospectar y luego explotar petróleo en costas canarias. El otro, menos
publicitada y visible, pero igualmente importante y estratégico está
relacionada con el proyecto de militarización del archipiélago emprendido por
el Estado español y la OTAN. Este se siente con mayor fuerza en
Fuerteventura, pero tiene un reflejo en el resto de las islas a través de una
constante y persistente campaña de imagen de las fuerzas armadas entre la
población con actos en lugares públicos y centros educativos ensalzando las
virtudes y maravillas de las armas de guerra. Ambos proyectos el del petróleo y
el de la militarización, se complementan y están profundamente
interrelacionados, lo que debería llevarnos a la articulación de un discurso
que los combata de manera conjunta por sus posibles nefastas consecuencias
sobre la población del archipiélago.
El Petróleo en la encrucijada
El
pueblo canario ha demostrado históricamente una clara conciencia ambiental y de
defensa de sus recursos naturales, no es casualidad que algunas de las más
grandes movilizaciones en las islas han sido por motivos relacionados con la
defensa de la naturaleza, la lucha contra el tendidos eléctricos de Vilaflor, las movilizaciones contra el Puerto de Granadilla
o la oposición que ha logrado detener hasta ahora el faraónico y descabellado
proyecto de Tindaya. Desde esta perspectiva histórica
y cultural, deberíamos reflexionar que probablemente los procesos de generación
de otro tipo de conciencia política, de nación canaria o de clase, que
son mucho menos arraigadas en el pueblo canario pero, sin duda igual de
importantes, deberían trabajarse a partir de este hecho diferencial propiamente
canario, que es el profundo amor, respeto y defensa que hace este pueblo de su
medio natural.
La
abierta y masiva demostración de rechazo a las prospecciones petrolíferas en
Canarias, que ha logrado sacar a la calle a cientos de miles de personas en dos
grandes manifestaciones en los últimos dos años, además de generar una campaña
sostenida todo este tiempo que ha desbaratado ante la mayor parte de la opinión
pública el edificio de mentiras sobre las cuales Repsol y el PP han
edificado este proyecto son una prueba más de que el pueblo canario no es fácil
de engatusar y que tiene disposición a plantarle batalla a la prepotencia con
que el poder económico aliado a los políticos tratan de imponernos la
explotación de petróleo en las costas de Fuerteventura y Lanzarote.
El
tema del petróleo en Canarias, si bien es claramente una lucha
medioambiental, es también mucho más que eso y debe llevarnos a una
reflexión mayor sobre el proyecto económico que el imperialismo multinacional
ha dibujado para las islas y las implicaciones políticas y sociales del mismo.
Porque más allá del evidente peligro para las especies marinas como los
cetáceos, las tortugas o la flora y fauna de los fondos marinos afectados por
las prospecciones. El proyecto de Repsol en Canarias deja en evidencia un conjunto
de realidades sobre la visión que tienen los poderes multinacionales de los
pueblos del mundo en general y del canario en particular.
En
primer lugar no es baladí que se ponga en peligro, no solamente la fauna y
flora marina, sino la provisión de agua potable, el empleo del sector
mayoritario que es el turismo y en síntesis la vida misma en un territorio
asolado por el paro y la pobreza crecientes para favorecer los intereses de
acumulación de una multinacional que, y esto esta contrastado, no dejará ningún
beneficio a las islas.
Los datos son claros, si uno analiza la página misma de Repsol puede
observar que en proyectos similares en distintas partes del mundo, en ningún
caso se han generado más de 200 puestos de trabajo, menos de lo que genera un
solo hotel en la isla de Lanzarote, asimismo con la legislación tributaria
actual y sin ninguna intención de modificarla como ya ha dejado claro el PP,
los ingresos por impuestos serán prácticamente nulos y exactamente los mismos
que si por ejemplo el petróleo estuviera en las costas de Galicia. En
resumen lo que queda claro es que, en esta etapa de acumulación del capital y
en periodo de crisis económica y energética, los grandes capitales entienden a
Canarias como un territorio de saqueo y expolio teniendo al
predisposición de acabar con la vida (incluida la humana) en las islas con tal
de mantener el negocio de los hidrocarburos fósiles. Modelo energético que, por
otra parte, debería ser cuestionado seriamente en tanto, el alza constante de
los precios del petróleo y el agotamiento de sus fuentes, provoca que, el
mantener los altos niveles de consumo energético del mundo desarrollado, se
salde con guerras, muerte y exterminio.
Esta relación estrecha entre, mantener el control del petróleo y el
negocio y práctica de la guerra, debería llevarnos a otro eje de reflexión que
es, la peligrosa militarización del archipiélago que se justificará con la
defensa del petróleo y la supuesta “pacificación” del norte de
África.
Canarias
un portaaviones gigante
Además del cuidado ambiental, otro tema en que la población canaria ha
demostrado históricamente una conciencia bastante desarrollada es el tema
antimilitarista, basta con recordar el NO canario a la OTAN o las
multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Iraq.
No obstante, debemos reconocer que, a diferencia del tema del petróleo,
actualmente la mayor parte de la población no ha mostrado alarma por lo que
sucede con este importante tema. Al parecer no lo vemos tan cercano
aunque, sin duda, deberíamos hacerlo.
Mientras la educación, los servicios sociales o la sanidad públicas se
han recordado drásticamente en cientos de millones de euros en el
archipiélago en los últimos años, no ha sucedido lo mismo con el gasto militar
que paradójicamente se ha incrementado.
Existe un notable aumento
de los efectivos militares afincados en las islas con particular incidencia
justamente en Fuerteventura, una de las islas afectadas por las prospecciones
de petróleo.
Porque en Fuerteventura no solamente han aumentado las tropas de tierra
ligadas al Regimiento de
Infantería ‘Soria
También deben sumarse los
cuatro buques acorazados Meteoro’,
‘Rayo’, ‘Relámpago’ y ‘Tornado’ que han sido puestos a las
órdenes del Mando Naval de Canarias, las unidades de infantería que hacen
prácticas en las calles mismas de Fuerteventura o los aviones desplegados en la
base naval de Gando en la denominada Ala 46 que tiene a su disposición
cazabombarderos F-
Este enorme despliegue militar acompañado de una potente
campaña de verdadera insensibilización social tendente a normalizar la presencia
militar en las islas con actos tan aberrantes como llevar armamento ligero y
pesado a centros educativos y parques de las islas para familiarizar a los
niños y niñas con su presencia, dan muestra de la segunda parte del proyecto
imperialista para Canarias; convertirla en una gigantesca base militar
que, con el pretexto del cuidado de sus recursos hidrocarburíferos,
vigile y controle, desde aquí la zona del Sahel y en general el norte de
África.
Si uno suma el proyecto de
Repsol más la militarización de las islas, puede entender que Canarias, es
analizada desde los poderes económicos mundiales por su posición geoestratégica
y su disponibilidad de recursos naturales, en una ecuación en la que los
canarios y canarias así como su medio natural o no importan o directamente
sobran.
La alternativa: Soberanía y poder popular
Se hace imprescindible que
la lucha contra las prospecciones de petróleo, a la vez que se fortalece y se
intensifica, comience a incluir en el discurso y el análisis algunos elementos
claves como el hecho comprobado que este tema va muchísimo más allá de la
disputa que venden los medios entre José Manuel Soria y Paulino Rivero; y que
en realidad se trata de una disputa entre el poder del capital
multinacional contra el derecho de los pueblo y en este caso el canario a
decidir soberanamente sobre el uso de sus recursos así como el modelo
energético y de sociedad que queremos construir.
Para ello temas clave como la soberanía energética basada
en las renovables, y que apoye una economía diversificada basada en el sector
primario y tendente a la soberanía alimentaria, deberían incorporarse
claramente al debate y llevarnos a la reflexión del modelo de consumo y de
sociedad en que vivimos y en la que deberíamos vivir. Todo ello desde la lógica
de construcción de la soberanía del pueblo canario en el sentido más amplio y
claro, esto es que quien debe decidir sobre el futuro y forma de vida de un
pueblo no es nadie más que ese pueblo mismo.
También debemos reflexionar que la lógica que lleva a las
multinacionales y los gobiernos que están a su servicio a emprender proyectos
nocivos y agresivos como las guerras de Libia, Iraq o
Afganistán es exactamente la misma que lleva a plantear el proyecto de
prospecciones en Canarias y que por eso incluye la deriva de militarización del
archipiélago. Esta lógica no es otra que la del capitalismo que hace primar el
beneficio económico de las empresas por encima de los derechos y vida de las
personas y los pueblos. Ante esto la demanda histórica de Salida de la OTAN de
tierras canarias y un Estatuto de Neutralidad para las islas cobra enorme
vigencia.
Si somos capaces de que estos temas se
incorporen al debate complementario entre la lucha antipetrolera
y la del antimilitarismo, podremos, a partir de estas dos importantes
sensibilidades del pueblo canario, proyectar un verdadero movimiento social en
las islas con capacidad de transformación social, política y económica que
genere la conciencia necesaria de que dentro del capitalismo, ni Canarias ni
nadie tiene futuro.