Canarias: petróleo y energías renovables

 

Wladimiro Rodríguez Brito *

 

Estamos en tiempos de barbecho para sembrar los campos que hemos tenido cubiertos de maleza, analizando y proponiendo alternativas posibles a un modelo basado en el consumo de petróleo. Es en este marco en el que tenemos que valorar la situación actual para tener una menor dependencia del llamado oro negro, y en consecuencia, una mayor autonomía energética, algo básico en un planteamiento de futuro.

 

Todos sabemos que cada día consumimos en el mundo algo más que 80 millones de barriles de petróleo (un barril son 158 litros). En el caso canario, significa la respetable cifra de 100.000 barriles diarios. Es decir, el equivalente al doble de lo que produce el manantial de Marcos y Corderos en San Andrés y Sauces, del que mana más agua en Canarias con unas 1.200 pipas/hora. Por lo tanto, estamos hablando de una factura de 10 millones de dólares diarios, o lo que es lo mismo, más de 3.000 millones anuales.

 

Las cifras anteriormente detalladas son de difícil sostenibilidad, de ahí que tengamos que buscar alternativas, y de hecho, las hay. El Cabildo de Tenerife creó hace más de 20 años el ITER, un centro de vanguardia de las energías alternativas en Granadilla, y con posterioridad se ha creado otra serie de instalaciones fotovoltaicas y eólicas que pueden aliviar esta situación de dependencia energética. En ese sentido, debemos recordar que el Gobierno de Canarias ha planteado en numerosas ocasiones alcanzar el 20% de la demanda de las Islas con energías alternativas -aprovechando el sol y el viento-, con el objeto de tener una menos dependencia del petróleo.

 

Sin embargo, los cortacircuitos que ha impuesto Madrid y los problemas burocráticos locales no han potenciado suficientemente este importante sector. No olvidemos que el último planteamiento del Gobierno de Madrid ha sido reducir las ayudas que tenía el kilovatio producido con energías alternativas, algo que frena la expansión que estaba teniendo el sector en las Islas. En este marco se ha potenciado una vez más el consumo de energías fósiles y la fragilidad de nuestros sistemas energéticos, descapitalizando el sector de las energías alternativas.

 

En Canarias, tenemos numerosos casos positivos que pudieran y debieran ser ejemplo de futuro, en los que, sin lugar a dudas, tenemos que felicitar a los emprendedores que, a pesar de todo, siguen creyendo en la lógica defensa de este maltratado sector. Valga como ejemplo el caso de una finca en Buenavista del Norte -la mayor empresa de dicha localidad con algo más de un centenar de trabajadores- que riega los tomates con aguas desaladas por la energía de aerogeneradores situados en ella. Situaciones como esta pudiéramos tener muchas en las Islas para tener una política energética acorde con los tiempos, ya que está demostrado que las energías alternativas pueden ser competitivas en todos los aspectos, incluso en el plano económico.

 

En Canarias estamos desalando más del 50% del agua de consumo urbano, línea en la que debemos seguir trabajando, ya que esto significa una menor dependencia del petróleo y de las energías fósiles, al tiempo que se potencia una tecnología clave para el futuro. Valga como ejemplo el trabajo realizado en Punta de Teno, donde una desaladora es capaz de generar 90 pipas a la hora y, lo que es más importante, generar cerca de un centenar de puestos de trabajo, tal y como hemos mencionado anteriormente.

 

Sin embargo, en este contexto entendemos que no todos están haciendo la tarea que requieren los actuales tiempos para construir una sociedad más solidaria, menos dependiente y, sobre todo, más sostenible en el plano ambiental, en el que la tecnología y los recursos naturales nos hacen más libres y sostenibles. Hemos de felicitar el trabajo que ha realizado el ITER y todos aquellos empresarios que han apostado por las energías alternativas, incluidos los ayuntamientos que están incentivando la instalación de fotovoltaicas u otras energías alternativas. Por el contrario, debemos lamentar la actitud que tiene el Ministerio de Industria hacia las energías alternativas y esperamos que en poco tiempo se corrija, por el bien de todos, este lamentable error ambiental.

 

* Doctor en Geografía. Profesor de Geografía en la Universidad de La Laguna.

 

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