Pertinaz demagogia
Ramón
Moreno Castilla *
La parafernalia que se
ha montado en Canarias con las dichosas prospecciones petrolíferas que pretende
llevar a cabo España, a través de Repsol, a
¿Qué intereses ocultos
están detrás de ese no rotundo a que se realicen esas catas? ¿Cómo se puede
interpretar esa reiterada negativa a querer diversificar la economía canaria,
basada en el monocultivo del turismo, un fenómeno social supeditado a factores
externos que no podemos controlar? ¿Puede un pueblo, encima colonizado como es
el pueblo canario, desestimar unos yacimientos de petróleo y/o gas que le haría
autosuficiente desde el punto de vista energético y ayudarle a ser libre de una
vez? ¿Quién se esconde detrás de esos comunistas, ecologistas y gente de la
izquierda más intransigente y sectaria que organizan actos informativos donde
manipulan a la gente, y que organizan manifestaciones para confundir a la
población, totalmente aturdida? ¿Qué pasaría si en las prospecciones que
realiza Marruecos, legítimamente en su subsuelo marino, se produce un derrame
accidental de crudo? ¿Levantaríamos un muro de hormigón armado, o rodearíamos a
las Islas con un cordón protector para que no nos lleguen los efectos del
posible vertido? ¡¡Cuánta pertinaz e indecente demagogia!!
Sigo sin entender cómo
la población conejera y majorera de las Islas orientales se pueden
prestar a esa ceremonia de la confusión y a esa encubridora farsa. ¿Qué
hicieron entonces en Lanzarote cuando la "política pesquera" de
España desmanteló toda la flota de pesca e industrias conserveras, destruyendo
un sector vital para la Isla? ¿Y qué hicieron en Fuerteventura cuando el
Ejército de ocupación español instaló un enorme campo de tiro, o cuando se han
celebrado maniobras militares, con fuego real, y ahora que se pretende
construir otra instalación militar sin más permisos que el ordeno y mando
colonialista del "interés nacional"? ¡¡Será el interés de España, no
de Canarias!!
No se confundan los
términos: una cosa es que se reivindique la propiedad de esos yacimientos de
hidrocarburos -y ya decidirá el pueblo lo que crea oportuno cuando Canarias sea
un Estado Archipelágico, libre y soberano-, y otra
muy distinta renunciar de antemano a la propiedad de esos combustibles fósiles,
porque reivindicarlos supone poner seriamente en cuestión la artificiosa
españolidad de Canarias.
Por eso, solo se
oponen demagógicamente a las prospecciones con criterios absolutamente
restrictivos, y con el peregrino argumento de supuestos daños irreversibles en
el ecosistema marino. ¿Quién con dos dedos de frente y un poco, solo un poco,
de sentido común se cree esa enorme patraña?
Y para completar el
ramo, ese inepto impresentable que tenemos como presidente de Canarias (¡¡mío
no, reitero!!) se ha traído a la colonia a los de Greenpeace, cuyo responsable
del área de energía y cambio climático, Carlos Bravo, ha calificado como un
"error tremendo" las autorizaciones del Gobierno español, declarando
asimismo que apoyarán al Gobierno canario en su lucha contra las prospecciones
y se tomará como una prioridad y un "casus belli" evitar que se ponga en marcha ese proyecto.
Ante estos "apoyos incondicionales", la pregunta es obvia: ¿cómo se
puede prestar una institución ecologista de prestigio en todo el mundo como
Greenpeace a esta farsa, cuando lo que debería hacer es defender la pertenencia
de esos recursos a los naturales de este territorio como determina el Derecho
Internacional, en cuyo ámbito parece moverse? ¿Por qué aparte de oponerse a las
prospecciones, lo que sería discutible, no se opone también al acto de piratería
que supone el saqueo que España se dispone a perpetrar de unos recursos que no
le pertenecen en absoluto? ¿No está Greenpeace de acuerdo con el derecho
inalienable que asiste al pueblo que ahora ha venido a "defender" de
vertidos de crudo y catástrofes ecológicas, a ser libre y a disponer de los
recursos de su territorio, petróleo y/o gas incluidos? ¿Habrá mayor catástrofe
humanitaria que la de un pueblo que lleva colonizado y explotado desde hace
seis siglos? ¿O a Greenpeace solo le interesa oponerse porque sí a las
prospecciones, dando por sentado que esos yacimientos de hidrocarburos
pertenecen a España, sin importarle un ápice la situación colonial de Canarias?
El caso es que en esta
tierra todo el mundo que viene de afuera se cree con el derecho a opinar sobre
lo que les conviene o no a los canarios. ¡Me niego rotundamente a ser
instrumentalizado por intereses foráneos que para nada tienen en cuenta el
verdadero futuro del pueblo canario, que pasa indefectiblemente por romper
amarras con España cuanto antes, o nos arrastrará al abismo más todavía! En lo
que a mí respecta, considero que el petróleo es canario-marroquí porque está
localizado en aguas adyacentes entre Canarias y Marruecos, que ahora mismo
corresponden -hasta que Canarias no sea un Estado Archipelágico
y se negocie de forma bilateral el trazado de la media correspondiente- a su
Zona Económica Exclusiva, y más exactamente a su plataforma continental, que,
reitero una vez más, es un derecho "ipso iure"
y "ab initio" del
Estado costero.
Respecto a la parodia
esa que se escenifica cada año en ese antro político que es el llamado
Parlamento de Canarias, que todavía conserva en sus paredes, de forma
ignominiosa, esas pinturas denigrantes de los invasores castellanos con la
espada en el pecho de los aborígenes canarios, decir a "sus señorías"
que no tienen vergüenza ni dignidad alguna, y sí una cara dura y un cinismo
impresionantes. ¿Cómo tienen la indecencia de negarse a desvelar el sueldo y
demás emolumentos que cobran? ¡¡La culpa no la tienen ellas y ellos -que
también-, sino este pueblo sumiso y desnortado (sin brújula ni sextante ni GPS)
que les votó!! ¡¡En el pecado tienen la penitencia!!