Sólo ha muerto el hombre, permanece su espíritu e ideario

 

Isidro Santana León  

 

Sólo ha muerto el hombre, permanece su espíritu e ideario. Nos acaba de dejar nuestro hermano y compatriota Antonio Cubillo, pero nunca nos sentiremos huérfanos porque somos muchísimos los que seguimos en y con la lucha a la que él dedicó toda su existencia, que ni la mano asesina del colonialismo español ha sido capaz de doblegar o que cejara en su empeño por llevar nuestra nación a la independencia.

 

Se puede constatar, sin lugar a dudas, que, sobrepasando inclusive a nuestro insigne Secundino Delgado, Antonio Cubillo ha sido el más eficiente propulsor en toda nuestra historia colonial, de la militancia activa del independentismo canario. El espíritu no muere, el espíritu es la filosofía, el convencimiento con el que se vive y lucha por una causa justa y que trasciende más allá de lo material. Como hombre, con sus aciertos y errores, no se puede obviar su perseverancia, coherencia y honradez con el fin que siempre persiguió y que, a pesar de tantas inconveniencias para llevar a cabo una lucha práctica en un territorio fragmentado como el nuestro, con una población analfabeta política, con la confusión sembrada por el aparato de propaganda español y de sus secuaces, consiguió transmitir a muchas generaciones de canarios, que anduvieron encandilados con el secular colonialismo español, el derecho y la necesidad de la independencia de nuestra nación canaria como la única vía para convertirnos en una sociedad digna y libre.

 

Nos ha dejado un gran legado, camino por donde los canarios debemos andar para llegar a la soberanía nacional, herencia que no solo hay que agradecer sino practicar, pues estoy convencido de que, a pesar de la apariencia desesperanzadora que nos presenta el colonialismo español, nuestra libertad es posible si todos empujamos en la misma dirección, sin luchas intestinas, que es prioritariamente la soberanía nacional e independencia. A pesar de tantos años de tergiversación, de inoculación y menosprecio al independentismo canario, éste sigue y seguirá inexorablemente, porque Canarias no tiene razón de ser si no es independiente: convertida en un estado soberano.

 

No le digo adiós a Antonio Cubillo, porque Cubillo somos todos, porque Cubillo es una filosofía y ésta no muere sino que se perpetúa, crece y, en su momento, se establece.

 

¡Viva Canarias independiente! ¡Cubillo vive!, ahora no es un hombre, es una filosofía y una finalidad. Aicá maragá aititú aguahae maicá guere demasihani neigá harunisí alemalai. (Han matado a nuestra madre esta gente extranjera y ahora que estamos solos, unámonos, hermanos)

 

10/12/12

 

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