PEDRO
MOLINA Y LA CÁTEDRA DE ESTUDIOS CAMPESINOS
«.» Wladimiro Rodríguez Brito
Pocas
veces en la historia de los pueblos se cosecha, en un corto periodo de tiempo,
un bagaje tan rico como el recorrido humano y social realizado por Pedro Molina;
pasó del arado romano con la vaca hasta al tractor, supo mantener el campo
labrado, manteniendo una de las explotaciones ganaderas más significativas de
Tenerife, con más de cuarenta vacas, alimentadas con forrajes de la tierra en
una empresa familiar, sosteniendo tertulias, reuniones sobre temas económicos,
política agraria, régimen de abastecimiento de las islas, debates
universitarios sobre economía medioambiental, contribuyendo a la creación y
gestión de la Asociación de ganaderos de Tenerife (AGATE) y la Cooperativa La
Candelaria, con un
papel importante en la actividad agroganadera.
Fábrica
de piensos, quesería, mataderos etc.., la vaca basta que hoy mantenemos en
Canarias no la podemos entender sin Pedro Molina; las romerías y una valoración
de la misma en el mundo lúdico, que ahora valoramos ante los problemas que
supone la genética y la debilitación de especies, y ante crisis en la salud de
las vacas manantial, que producen hasta doce o quince mil litros de leche al año
con productos de farmacia, mantenidas, en muchos casos, a costa del
debilitamiento de los propios animales.
Pedro
fue una autoridad en los cultivos: conocía las semillas de la tierra, época de
siembra, condiciones de suelo, temporada de siembra, variedad de semilla, maíz
(millo para el Rodeo o para Guamasa) trigo barbilla o colorado, suelo de
temporada de siembra.
Pedro
Molina, con perfil propio ante un marco internacional y técnico, con excedentes
agrarios, montañas de mantequilla y leche en polvo. En Canarias, turismo y sueños
urbanos consumistas, desahucio de explotaciones ganaderas; ahora, alimentos
baratos de aluvión, en una realidad apoyada en importar supuesto mundo
productivo, con máquinas sin campesinos y demanda ilimitada de suelo para
carreteras, coches, urbanismos, nuevas vías...
Pedro
en la defensa del suelo rústico, desde montaña del aire a la segunda autopista
detrás del aeropuerto o La Vía de Ronda junto a la Mesa Mota; apostando por el
suelo para cultivar, frente al suelo para urbanizar, y defendiendo la producción
local. Aquí mantuvo una dura lucha, al igual que la que realizo ante el REA (Régimen
especial de abastecimiento).
Sembrar
campesinos: los jóvenes y el deporte; en este plano creó una organización de
jóvenes en el arrastre, como manera de acercar la juventud a la ganadería ante
la separación que tiene la escuela y los centros de formación profesional con
el campo. Pedro Molina hoy, la lectura que podemos hacer es la enorme capacidad
que mantuvo en una época que soñaba que el campo era el pasado, que no necesitábamos
ni campo ni campesinos, que lo ideal en Canarias era cuidar el turismo y el
monte en una vida contemplativa, sin sacho, ni campesinos, ni vacas. Ahora
sabemos, cuando los incendios barren pueblos, que en lugares como California no
hay pastores, ni labor ambiental, que los excedentes de alimentos tienen
problemas serios para la salud y que el cambio climático y la huella de carbono
presentan la necesidad de producir aquí y ahora. O que la importación de más
de un millón de kilos diarios de alimentos no es recomendable.
Que
la pituitaria de los canarios tiene que entender que en Holanda viven más de
doce millones de vacas y cerdos en 45.000 km2. Sin embargo, como es posible que
en Canarias, con las, únicamente, 40.000 vacas que tenemos, las tengamos en
situación llamada “alegal”, un hecho motivado porque las leyes han sido
hechas para las ciudades y no para los espacios rurales; seguramente porque,
como decía Pedro Molina, a las vacas no se les ha dado cédula
de habitabilidad porque no votan.
A
la sequía pluviométrica se une una sequía cultural, que parece que empezamos
a corregir, con
la Catedra Pedro Molina. Gracias a los responsables universitarios por
incorporar la sabiduría campesina a dicha institución; gracias a Pedro tenemos
un mejor autoabastecimiento, con una menor dependencia del exterior, un paisaje
más humanizado y, sobretodo, una mayor autoestima, algo básico en esto que
llaman globalización, en un momento en el que, con nuevos retos como el cambio
climático, se debe reconocer el papel clave del campesino; y por último,
gracias a Nena y Pedrito, apoyo incondicional de Pedro, que atesoran su legado.
wladimirorodiguezbrito.blogspot.com.es
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