INDIGNADOS,  INSOLVENTES  Y  COLONIZADOS

ESPAÑA ES EL PASADO, NO PUEDE SER EL FUTURO

                                                        

      Juan Edilbertoo Rodríguez Morales

 

     “¿Quién que en las Afortunadas por su fortuna naciera, viéndolas pobres, diezmadas, de otro pueblo esclavizadas, su libertad no quisiera?” Una Canarias libre e independiente, democrática, próspera y moderna, sin penurias y con oportunidades para todos, donde los canarios nos podamos sentir orgullosos de nuestro trabajo y de la sociedad que hemos creado. Anhelos cada vez más compartidos por quienes nos une la legitimidad de una Canarias Estado. Cuestión de tiempo, cuestión de que poco a poco -desacreditadas por si mismas las propuestas españolistas- los canarios nos demos cuenta de una vez que el mal de los males de la involución política, económica y fracaso educativo de estas islas se llama colonialismo; que no aceptamos que las decisiones más trascendentes para Canarias se tramiten desde Madrid, que de manera abusiva e ilícita se enriquezcan de nuestros recursos unos pocos y percibamos nuestra africanidad como una humillación. Guste o no, es hora ya de reconocer lo evidente, ni somos europeos, ni asiáticos, ni caribeños: habitamos un Archipiélago africano con una situación geográfica que debemos asumir con las consecuencias políticas y económicas que se presenten, sin paternalismos oportunistas vengan de donde vengan. 

 

       El rechazo xenófobo a eludir la cercanía de nuestras islas a las costas de Marruecos, su idioma y afrontar timidamente las relaciones comerciales con el continente africano viene diseñado por conveniencias del colonialismo español con un fin incontestable: aculturizarnos, desvirtuar la conexión amazigh del norte de África con nuestros antepasados e imponer fronteras a nuestro desarrollo económico.

 

       Entender el juego de relación y afán mercantilista que simultáneamente une y separa a la colonia de la metrópoli, comprender de manera objetiva el proceso colonial desde su conquista hasta la actualidad, así como la desestructuración social y cultural de los canarios, nos permite desenmascarar los intereses ocultos, los sutiles mecanismos de dominación y las tácticas universales del colonialismo: intimidar, calumniar, sobornar y desunir.

         

     “La población canaria caracterizada por ser emprendedores e infatigables trabajadores/as allá donde vayan, tener una industria turística dinámica, una posición logística importante, una riqueza natural igualmente valiosa y amplios recursos energéticos en forma de gas, petróleo y renovables, que nos permitiría diversificar nuestra economía, todavía hay agoreros que cuestionan la independencia de Canarias con obstinación: ¿de qué vamos a vivir?, nos preguntan. Que sepamos, ni España ni Europa nos mantienen por mucho que quieran seguir engañándonos con fraudulentas subvenciones: empresas de todo tipo obtienen ingentes beneficios que son invertidos en otros países perjudicando nuestro desarrollo; los ingresos por tasas sobre puertos y aeropuertos, operadores turísticos, teléfonicas, eléctricas, etc., contradicen esos temores tan infundados. Cómo es posible que no nos demos cuenta de tantas triquiñuelas, que soportemos una renta por habitante inferior en más de un 20% a la media española, una tasa de paro superior al 30%, sueldos inferiores por el mismo trabajo, mayores tasas de marginalidad, alcoholismo, drogodependencia o ludopatía y menores tasas de educación o cultura que ningún ciudadano europeo. Por qué motivos permitimos que una población foránea -colonos españoles- consecutivamente ocupen los mejores puestos de trabajo y controlen los mecanismos de poder económico, administrativo, judicial, político, policial y militar.

         

     Cuando cargos políticos vienen a Canarias y alaban la hospitalidad y amabilidad del pueblo canario, están reforzando esa idea de sumisión y nobleza. Subliminalmente, mediante técnicas de manipulación cognitiva  nos están diciendo, exigimos obediencia y subordinación, esperamos de ustedes que sigan siendo un pueblo dócil y agradecido. Algo así como, sigan ustedes sintiéndose españoles que nosotros les ayudamos a bombear el petróleo. Sepamos sin lugar a dudas, que se están riendo delante de nuestras propias narices. Canarias es tan española como lo fué en su día Filipinas, Cuba, Uruguay, Puerto Rico o Guinea Ecuatorial. Recordemos que los españolistas de estas ex-colonias casualmente utilizaban la misma estrategia de “falta de recursos”: ¿de qué vamos a vivir? No les valió de nada. Hoy son países independientes; pero, así es como la metrópoli, ultraconservadores y charlatanes sin escrúpulos, se prestan a manipular sectores marginales y menos formados, negar derechos, posibilidades y la valía de un pueblo, amordazar la voz de ¡Canarias Libre! en nuestras calles, en los colegios, en los institutos y en nuestras universidades, amodorrar la conciencia libertaria de los canarios/as y atemorizar a la ciudadanía despolitizada; calificando la autogestión y las ideas independentistas de disparate. Aún así, nadie evitará que sigamos construyendo una nación independiente, desarrollar un sistema de valores sólidos, inatacables e irrefutables sobre la que cimentar nuestra futura sociedad, sin ningún tipo de concesiones a los amiguismos y a la corrupción ahora reinante. Un modelo íntegro que homogenice los diferentes estratos sociales en base a nuestra capacidad y trabajo; transformarnos en una sociedad moderna como Noruega, Finlandia, Holanda, Nueva Zelanda o Australia. Aprender de estos pueblos a sentir el éxito y el fracaso de los trabajadores como propio, a tener confianza en nosotros mismos, encauzar nuestra autoestima y aspirar a una democracia real y humanista. Creer que en Canarias sín petróleo también hay futuro. Un futuro brillante y lleno de oportunidades, unidos al Movimiento de Liberación de Canarias y manteniendo criterios perseverantes, porque descalifique quien descalifique, se mire por donde se mire, siempre se llega a la misma conclusión: la raíz última de los problemas que aquejan a Canarias y a los trabajadores canarios es su pertenencia a España.

       

     España no defiende al 100% los intereses de la población canaria, ni es capaz de ofrecer las soluciones ni el marco institucional que necesitamos para progresar. España, y no Marruecos, como nos quieren hacer creer, es la culpable de que a los canarios no sólo nos hayan restringuido faenar en el banco canario sahariano e impedir la modernización de nuestra flota pesquera para sobrevivir dignamente, sino que incluso gratifican el desguace de nuestros barcos y desmantelan la industria conservera de pescados. Si Canarias en los años 70 era un incipiente cinturón industrial, que pudiera haber sido hoy un referente económico en el norte de Africa, no entendemos como se decide sin explicación alguna, paralizar todas estas infraestructuras; frustración que desacredita principalmente a la clase política canaria, corresponsable además de la destrucción del pequeño comercio, cierre de fábricas, favorecer a las grandes superficies, abandono de la industria algodonera, industria tabaquera y pretender hacer lo mismo con la refinería. Esta burguesia burocrática -muy lejos de corresponderse con una burguesia financiera o industrial- favorecida con la desaparición de los Puertos Francos, no sólo carece de autoridad para autogestionar nuestra economía, sino, ni tan siquiera desarrolla una agricultura que garantice a los canarios la calidad y soberanía alimentaria; es más, reprimen nuestro desarrollo deliberadamente y auspician subvenciones teledirigidas, obtenidas de nuestros propios recursos para postergarnos otros cinco siglos de rodillas. 

       

     Legitimados para reivindicar nuestra soberanía en cualquier escenario de la vida política internacional, incluso, en el supuesto caso de que fueramos una colonia de EEUU, Portugal o de Rusia, los canarios debemos ser conscientes de nuestra situación política-económica y no continuar con los brazos cruzados; hacer caso omiso a derrotistas y conformistas que impiden fortalecer nuestras organizaciones; ni sobresaltarnos siquiera a las sinrazones protocolarias de la izquierda pseudosocialista y españolista, más pendiente de heredar privilegios y status político que defender a la clase trabajadora; preocupados por censurar pronunciamientos anticolonialistas, de querer aislarnos social y politicamente o involucrarnos con los Servicios de Inteligencia de otros países. Cuán pusilánimes, parapetados en planteamientos puristas y dogmáticos a rebufo de otros posicionamientos más contestatarios y menos sumisos, quieren que veamos dragones donde sólo hay molinos de vientos, cuando a la vista está que nada aportan y que la finalidad reprobada sólo esconde desenmascarar lo establecido, despertar de este letargo: inmobilismo general e identitario, desigualdades, pobreza y discriminación social hacia los canarios.

     

     Lamentablemente, para algunos dirigentes nacionalistas la principal obsesión “democrática” es alcanzar el  contaminado poder a través de la consulta electoral, terminando por asumirlo cada partido por su cuenta y riesgo; y haciéndonos creer ingenuamente que podemos derrotar al colonialismo español una vez contados los votos. Para los independentistas canarios esta actitud individualista e ideológica, comprensible por experiencias que queremos evitar, no ha supuesto el único tropiezo y error político que ha impedido avanzar. El Movimiento UPC sintetiza: “A sólo tres minutos de cerrar las urnas del 20-N de 2011 en Canarias, los informativos de radio y televisión daban una participación del 48 %, que por arte de magia y birlibirloque aumentó en 15 puntos porcentuales, hasta el 63 %, constituyendo el único ejemplo del mundo en el que la participación se incrementan después de cerradas las urnas”. Estas irregularidades son ya reincidentes, en otros tiempos desapercibidas y que unido a la fragmentación del campo soberanista, coincide con las manifestaciones de Mahatma Gandhi que ya argumentaba que en los territorios aún por descolonizar y, sobre todo, en donde se intensifican las disgregaciones ideológicas o partidistas, sugería la abstención en las elecciones, la desobediencia civil y la no-colaboración no-violenta, como parte de una estrategia de lucha unitaria radical incontenible. Disciplina que aceptamos válidas, no sólo porque fortalece a las organizaciones libertarias sino que facilita a la clase trabajadora, indignados, insolventes y colonizados una opción conjunta de lucha compartida. Quizás la única alternativa capaz de zanjar la continua atomización que fomenta el colonialismo español y que ha condicionado a miles de canarios desentenderse politicamente y quedarse en sus casas, antes que colaborar con españolistas o participar en convocatorias electorales inaceptables y ausentes de propuestas soberanistas unitarias.

     

     Si nos queda algo de dignidad y de rebeldía quitémonos la venda que cubre nuestros ojos. Busquemos la verdad. ¡Impliquémonos! ¡Organicémonos! ¡Seamos libres!

 

     “Defendamos la libertad, la libertad de ser todo lo que podamos ser, tantas veces como sea necesario”   

                                             

                            ¡¡ DESCOLONIZACIÓN, INDEPENDENCIA Y AUTOGESTIÓN !!

                       

            

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