Pasividad
en la brega
MÁS PARO, MÁS
POBREZA: MÁS EXPLOTACIÓN
Pedro González Cánovas
*
Según
A principios de Mayo el anuncio es que ha
habido una nueva subida: un nuevo 3,42%, nos habla ahora de uno de cada tres
trabajadores del archipiélago en paro.
También el mes pasado, el director de Cáritas Diocesana para
las Islas occidentales, Leonardo Ruiz del Castillo, afirmaba que, entonces, en
torno al 30% de la población canaria se encontraba por debajo del umbral de la
pobreza, un indicador en el que se engloba a aquellas personas con unos
ingresos inferiores al 60% de la mediana de los hogares y que, según el
Instituto Nacional de Estadística, se sitúa en los 575 euros por persona al
mes.
En aquellos momentos, las peores previsiones
de, por ejemplo, el director del Gabinete técnico de CCOO
en Canarias, José Miguel González, de que estas cifras se verían a su vez
incrementadas ante la previsión de 300.000 parados que se contemplaban para
este año en Canarias, con un índice del 30% de paro. Parece mentira, sólo ha
tenido que transcurrir un mes para que las peores previsiones hechas para diciembre
se materialicen siete meses antes.
En abril se hablaba de que al cierre del año
el 33% de la población canaria se podría situar por debajo del umbral de la
pobreza, lo que afectaría a unas 660.000 personas, aunque ya en aquellos
momentos, las cifras oficiales admitían un 24% de la población en esta
situación. O sea, 400.000 canarios.
Las políticas dependientes de
Tampoco es admisible hablar de congelación
salarial en la negociación colectiva, por muy maleables que quieran ser la
centrales sindicales de Madrid, pues la medida sólo iba a conseguir parchear un
tiempo más el decrecimiento racional del consumo.
Lo que cuesta admitir, a la banca y
patronal, es que el heraldo público es la cotización de todos y todas. Y que
puestos a invertir en soluciones habría que valorar si el reparto individual,
al menos de la mitad de lo que se considera Renta Per Cápita, no podría ser la
clave para reactivar el consumo y acelerar la actividad económica de forma que
se volviera a crear empleo.
Que los sindicatos actúen como sea, no dejan
de ser una pieza más, o una sola herramienta de las muchas que hacen falta para
acercarnos a épocas mejores. Cierto que siguen siendo fuerzas vivas y muy
importantes por su representación entre las clases productivas, pero, ante la
actualidad de explotación y enriquecimiento de minorías, se limitan a ser una
pieza más del propio sistema, en el peor de los casos, o grupos de trabajadores
más o menos grandes, pero representativos sólo de su sector de incumbencia:
representantes sectoriales de trabajadores, de los que ya hoy sólo son dos de
cada tres de la población activa. ¿Quién consciencia a parados y trabajadores
de que sus intereses son comunes? ¿Quién los aglutina para un fin común?
Máxime, cuando ese fin común supone un cambio social radical.
Es verdad que este sistema social está
diseñado para perpetuarse en el tiempo, beneficiando siempre a esa minoría
social, repartiendo miedos y dependencia entre la otra mayoría, con el apoyo de
una flota mediática, el control de la educación, la dependencia financiera a
largo plazo, etc.
Acabo este artículo sin dar abierta solución
a nada, al menos eso pudiera interpretarse. Pues en mi cabeza sí que hay una
salida clara a esta cruel situación. Igual que en la cabeza de miles de
luchadores por la igualdad social, que no entendemos otros tipos de “justicia
social”.
A estas alturas, si algo puedo afirmar que
he aprendido a no sentirme un “iluminado” como privilegio de quienes mantienen
postura e ideario que aporte soluciones y progreso; es más, ya no estoy
dispuesto a permitir estas actitudes en nadie, pues creo que, ahora más que
nunca, nuestro deber es saber trasmitir las necesidades que tenemos de caminar
hacia otra cultura social y aportar formas para evolucionar, de la manera menos
traumática posible, si se quiere, o como nos fuercen a hacerlo…
* Miembro de ANC
Islas
Canarias a 10 de Mayo de 2009