Las
papas y la cultura
Wladimiro
Rodríguez Brito *
[Las
papas en Canarias son una cultura que nuestros agricultores han incorporado a la
naturaleza de las Islas, de tal manera que se siembran papas desde los arenados
de Lanzarote, las gavias en Fuerteventura, los jables en el sur de Tenerife, las
medianías húmedas en Tenerife, La Palma, Gran Canaria y La Gomera y los regadíos
en distintas islas… está claro que el campo
puede generar puestos de trabajo, hacernos menos dependientes del exterior y
reactivar un paisaje degradado…]
Leemos los últimos datos de la importación de papa para
semilla en las Islas en el año que ahora termina y desgraciadamente continuamos
sembrando la superficie que cultivábamos en la precrisis, es decir, en el año
que ahora termina nos hemos quedado con 7.000 toneladas de semilla o, lo que es
lo mismo, con unas
Valga
como referencia que en 2008 importamos 89.700 toneladas para el consumo en las
Islas, mientras que en 2012 superamos también la cifra de 80.000 toneladas o,
lo que es lo mismo, más de
Hemos
de insistir en que las papas en Canarias son una cultura que nuestros
agricultores han incorporado a la naturaleza de las Islas, de tal manera que se
siembran papas desde los arenados de Lanzarote, las gavias en Fuerteventura, los
jables en el sur de Tenerife, las medianías húmedas en Tenerife, La Palma,
Gran Canaria y La Gomera y los regadíos en distintas islas; las papas son también
un cultivo alternativo con leguminosas, con frutales y, en particular, con la viña.
Forman parte de un paisaje singular, con referencia sobre todo de las variedades
locales, las llamadas papas de color, etcétera. Las papas son también un
cultivo que da personalidad a nuestro paisaje y en particular hacen de barrera
en la prevención de los incendios en las tierras que nuestros campesinos labran
y siembran. ¿Qué decir de las papas y la cocina canaria? Son un plato que da
identidad a ésta y que, dada las características de producción en las Islas,
son marcadamente diferentes las papas arrugadas nuestras con vino de la tierra a
las importadas para arrugar. Son las papas también algo básico en la dieta
alimenticia de los canarios. Valga como referencia que aún consumimos unos
Otra
cultura y otro compromiso es básico en estos momentos, pues está claro que el
campo puede generar puestos de trabajo, hacernos menos dependientes del exterior
y reactivar un paisaje degradado, como hemos descrito anteriormente. Por ello,
la alternativa de los bancos de alimentos que ahora se proponga en las Islas no
nos ofrece un futuro para nuestro pueblo. Claro que hay que disponer de bancos
de alimentos para situaciones concretas de la población que no tiene
alternativa ante la crisis, pero es básico la creación de un marco legal que
proponga labrar y cultivar las tierras que ahora están balutas, que anime a
nuestros jóvenes con proyectos posibles (aporte de semilla, abono y formación…)
y con garantías de precios mínimos al agricultor que hagan posible la
incorporación de éstos al campo. No es razonable que nuestros campos estén
cubiertos de tabaibas, vinagreras, hinojos, zarzas y helecheras, u otras plantas
de flora protegida, mientras que nuestra juventud esté con los índices de paro
que todos conocemos; es decir, el campo está huérfano de campesino y nos
tememos que los estómagos nos obliguen a situaciones como desgraciadamente se
repiten en Argentina en estos momentos.
Por
ello, nos preocupa lo que está ocurriendo en numerosas zonas rurales, como de
hecho ocurre ahora en Tenerife, donde numerosas cooperativas vinculadas al mundo
rural tienen serios problemas de gestión, en las que el marco legal limita las
actividades agroganaderas y nos hace más dependiente de las importaciones; es
decir, no parece razonable que importemos
Creemos
que hay razones suficientes para que en 2014 se cree una nueva situación que
motive, que incorpore: en una palabra, que ilusione con hechos concretos al
sector primario y en particular a nuestra juventud, para que el campo comience a
andar y para que las crónicas sobre el mundo rural dejen de ser de
lamentaciones y sean de siembra y plantación de compromiso con el futuro en un
campo socialmente más justo y en una sociedad en la que el mundo rural y urbano
dejen de estar tan separados como hasta ahora, en el que el escalón entre
productores y consumidores se acerque como algo básico, para plantearnos el
presente y el futuro de esta tierra.
Por
estas razones, la lucha contra el paro y la solidaridad con el campo y la
alimentación de nuestro pueblo no pueden quedarse en palabras bonitas si no
entramos en un cambio de hechos sobre los usos del suelo y sobre unas garantías
mínimas para los que trabajan la tierra (en la que no cabe la importación de
papas dumping como ha ocurrido estos años, en los que se han vendido a los
consumidores a 22 céntimos un kilo de papas cuando los costes de producción en
las Islas no bajan de 0,50-0,60 euros por kilo).
Esas
garantías han de ser tanto en el plano económico como en el control de la
burocracia, que frena y limita numerosos usos que hasta ahora han sido
tradicionales de nuestros campesinos y que una serie de leyes urbanitas frenan y
limitan. Es decir, que hemos de hablar de cultura y de economía hacia el campo
y también hacia el futuro de esta tierra.
*
DOCTOR EN GEOGRAFÍA
Fotos:
1) Papas y trigo en el Ortigal, Tacoronte (Álvaro Morera)
2) Semillas de papas canarias (Google)
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en El Canario