Papas,
tabaibas y vinagreras
Wladimiro
Rodríguez Brito *
[Otro
paisaje y sociedad son posibles, por ello estamos en la obligación de recuperar
gran parte de la actividad agraria que hoy en día casi ha desaparecido, pues no
olvidemos que con 150 o
El
pasado domingo, 08-12-2013, hice el
recorrido entre Las Vegas y San Miguel por el antiguo camino real con un grupo
de montañeros de Tenerife. Espacio que pone de manifiesto la profunda crisis
cultural y ambiental que sufren las medianías del sotavento de Tenerife,
territorio que hace 40 años era un vergel cultivado, en el que los cultivos en
jables, los nateros y los abundantes caudales de agua que transportaban los
canales de la zona habían hecho de esa comarca un oasis, con una economía
agraria muy importante, en la que había, entre otras cosas, siete cooperativas
relacionadas con las papas y tomates (Lomo de Mena, Fasnia, Arico, Chimiche, San
Isidro, San Miguel y Valle San Lorenzo), cooperativas que articulaban una economía
agroexportadora vinculada a los tomates y a las papas, exportando sólo a las
islas británicas más de 40.000 toneladas al año.
Hemos
de destacar que el paisaje del jable y los nateros es la resultante de una
cultura de aprovechamiento de recursos en un territorio frágil, en el que la
escasez de agua se suple construyendo nateros en los barrancos, o bien buscando
el jable en las minas o cuevas, cargado a hombros o bien a lomos de camellos, a
la que se incorpora en los años cincuenta el camión y el bulldozer, que
transforman más de mil hectáreas entre Chimiche, Valle San Lorenzo, Ifonche y
Vilaflor, a los que hemos de añadir los importantes cultivos en la comarca de
Agache hasta el barrando de El Río. Es el jable y los nateros, unido a los
importantes caudales alumbrados por las galerías, a los que se incorpora el
canal del sur en los años cuarenta y el canal intermedio en los años cuarenta
y cincuenta, que hacen de esta comarca uno de los rincones más prósperos de
Canarias en aquella época.
La
crisis de las medianías de sotavento tiene que ver con la expansión del
turismo, que en la comarca ha sido un hecho incuestionable; sin embargo, los
niveles de paro actuales y la posibilidad de cultivos a tiempo parcial en una de
las zonas en las que se pueden mantener los cultivos con pocas exigencias en
mano de obra es lo que pone de manifiesto una crisis cultural en una ruptura
entre el ayer y el hoy de manera preocupante. Es decir, los frutales en los
nateros de sotavento casi han desaparecido. En el amplio recorrido que hicimos
el domingo, apenas hemos visto nateros limpios de maleza, en los que las
sufridas higueras, almendros, damasqueros, viñas, tuneras, etcétera, están
enterrados en matorrales de tabaibas y vinagreras. Apenas se puede contemplar
parte de ese rico paisaje cargado de esfuerzo y sabiduría de nuestros sufridos
y laboriosos campesinos, libro abierto del ayer y referencia de un mañana más
sostenible.
Otro
paisaje y sociedad son posibles, por ello estamos en la obligación de recuperar
gran parte de la actividad agraria que hoy en día casi ha desaparecido, pues no
olvidemos que con 150 o
La
recuperación de la actividad agraria es una garantía contra la erosión, así
como una virtud para la prevención de incendios. Es generadora de puestos de
trabajo y nos hace menos dependiente del exterior, como lo ocurrido en los
pasados años, en los que hemos importado hasta 80.000 toneladas de papas (40
kilos por habitante), que, en gran medida, podíamos haber producido aquí,
armonizando medio ambiente, agricultura y estabilidad social.
Tras
las últimas lluvias limpiemos los frutales, huérfanos de campesinos en los
nateros; demos un paso en una cultura más sostenible y más solidaria con el
ayer y el mañana; dignifiquemos el paisaje, la cultura, el territorio e incluso
el estómago con frutos pasados de la tierra y papas arrugadas del país, y qué
decir de nuestros vinos. Sean estas líneas de reconocimiento a los campesinos
de la cultura del jable y los nateros.
Wladimiro
Rodríguez Brito es DOCTOR
EN GEOGRAFÍA
Glosario:
Fasnia
Arico
Chimiche
Ifonche
Agache
Trevejos