Francisco R. González
Alonso *
Con
gran preocupación observamos desde la diáspora canaria la postración laboral de
nuestros pueblos insulares. Es vergonzoso apreciar el estado de inactividad que
el poder central español ha estado generando, al facilitar ciertas y
determinadas ayudas económicas, que dan lugar a la inercia estática de vivir en
la indolencia sin aspiraciones.
Nunca
en Canarias se ha vivido basando la economía en la postración laboral que hoy
sufre el pueblo canario. Nuestras tierras pedregosas y áridas eran cultivadas y
su producción ayudaba a su alimentación, pero hoy nuestros huertos están
abandonados y nuestra gente humilde del campo prefiere las dádivas de las
ayudas económicas sin arriesgarse a trabajar a la buena de Dios, si llueve o no
llueve, y el poder central español está encantado con la actitud indolente de
nuestra gente humilde, que prefiere vivir panza arriba en su somnolencia
perenne que le impide despertar, para así no reclamar su derecho a la libertad
plena. Todo está estudiado estratégicamente para que nuestros pueblos
permanezcan indiferentes ante su destino trazado por el régimen colonial.
Hoy,
gran parte del pueblo canario, si tiene la suerte de autodefenderse
laboralmente, se conforma con una exigua existencia extremadamente limitada y
sin aspiraciones. ¿Hasta cuándo, Señor? Yo me pregunto: ¿es que la sangre de
nuestra gente se ha convertido en agua de borrajas? ¿O es que la canariedad desapareció de su identidad y se conforma con
manifestarlo folclóricamente? O sencillamente: ¿quiere vivir sin ideales de
superación y dejar a la buena de Dios su destino político? No entiendo tanta
indolencia y lamento que no haya despertado de su pesadilla colonial. ¿Casi
seis siglos de colonialismo no son más que suficientes? ¡Despierta, canario, de
esa modorra política que te subyuga! Solo la independencia nos abre el camino
de nuestro bienestar.
Si
bien se justifican las ayudas para quienes en verdad las necesitan, el hecho de
simpatizar políticamente con los partidos políticos que integran el actual
Gobierno autónomo de Canarias (representaciones políticas que se confabularon
para impedir que gobernara el Dr. José Manuel Soria, del Partido Popular,
triunfador en las pasadas elecciones, y a quien le advertí de que se cuidara de
la puñalada trapera de Coalición Canaria, CC), dicha simpatía política, repito,
no les da derecho a recibir ayudas económicas, como ha estado ocurriendo
descaradamente, a pesar del malestar económico que generaron el despilfarro y
las corrupciones a granel durante los años de vacas gordas de mayor afluencia
turística.
Dicha
degradación política ha generado reacciones en contra de las representaciones
políticas en conchupancia, por la actitud asumida por
el híbrido Gobierno autónomo de Canarias hacia ciertos y determinados
proselitistas, rechazo bien merecido que con todo pundonor han manifestado quienes
en verdad necesitan dichas ayudas económicas.
Siempre
ha habido injusticias políticas en Canarias desde que fuimos conquistados, pero
en los últimos años de la falsa democracia que se ha vivido en Canarias la
discriminación social se ha acentuado más, y hoy el desconcierto de un malvivir
se ha generalizado en todas las Islas.
Dicho
malestar, generado por el mal gobierno del Sr. Zapatero y sus compinches
políticos canarios, que pretenden seguir gobernando a pesar de no haber sido
electos, está pendiente del cambio político ofrecido por el Partido Popular,
con muchas expectativas para los españoles, y... nuestras Islas Canarias
sentirán ese cambio ofrecido bajo grandes sacrificios que, como siempre, los
canarios tendrán que soportar.
El
Sr. Rajoy no lo va a tener fácil, debido a la descomposición social reinante
heredada del gobierno anterior, y a la descomunal corrupción en nombre de un
falso socialismo. En tal sentido, si el Sr. Rajoy logra superar la crisis y
ordenar al pueblo español, lo deberá hacer exigiendo que trabajen más para
poder mantener un progreso sostenido, y no seguir viviendo del ¡olé!, ¡olé! y
¡olé! generalizado, pretendiendo vivir sin trabajar. Si lo logra, el Sr. Rajoy
cumpliría con su partido y obtendría el éxito político pregonado enfáticamente
en todas las manifestaciones políticas de su campaña electoral.
Los
canarios de la diáspora que ya hemos conocido la libertad aspiramos a que en el
Gobierno del Sr. Rajoy Canarias sea un Estado libre y soberano por la vía
pacífica, democrática y de mutuo entendimiento. El Sr. Rajoy y Su Majestad el
Rey deben entender que Canarias llegó a su mayoría de edad política y tiene el
derecho de todo pueblo sometido por la fuerza contra su voluntad a su
independencia.
Los
canarios no nos sentimos antiespañoles ni el odio alimenta nuestro espíritu,
pero sí sentimos la necesidad de ser libres y tener un Estado soberano. Creo
que nuestra paciencia y tolerancia han sido muy bondadosas, por no decir
estúpidas, ya que nuestra emancipación debió haber ocurrido cuando lo hizo toda
la América Hispana. Seríamos ya hoy una República Federal Atlántica libre,
soberana y progresista, a la altura de las mejores del mundo, disfrutando de
todos nuestros derechos ciudadanos, de nuestras riquezas endógenas y
periféricas que pretenden arrebatarnos, como es el petróleo en nuestros fondos
marinos.
¡Canarios!,
nuestra disyuntiva política es la de alcanzar nuestro pancanarismo
solidario de la libertad, o seguir perennemente como colonia. ¡Despierta,
canario! ¡Despierta!
*
El profesor e investigador Francisco R. González Alonso es un tinerfeño,
natural de Guía de Isora, que reside en Venezuela
desde la década de los cincuenta. Presidente de la Academia de la Cultura
Canario-Venezolana, ha glosado en dos volúmenes su visión del mundo guanche.
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