Obama, el Ocaso de un Genocida
Féliex Román
Negrín Rodríeguez
El próximo mes
de noviembre el presidente de los Estados Unidos Barack Obama, pondrá fin a su
mandato. Un gobierno que durante los años de su administración desde sus
comienzos en enero del 2009 hasta hoy, ha estado plagado de discordia, polémica,
con guerras e intervenciones, golpes de estado, y malestar con sus más acérrimos
enemigos: Rusia, China, Irán, y Corea del Norte entre otros, países que no están
dispuestos a dejarse intimidar, a no caer en las garras del Pentágono.
Desde 2009 con la llegada al poder
del presidente Obama, el mundo ha tenido y ha dado cambios muy significativos,
cambiando totalmente la geopolítica en la escena internacional.
El golpe de estado en Honduras, la
instalación de siete bases militares norteamericanas en Colombia, el acoso mediático,
la amenaza y el bloqueo económico contra Venezuela, el golpe de estado en
Paraguay, la intervención en Libia con el derrocamiento de Gaddafi, la
intromisión en los asuntos internos de un país, el golpe de estado en Ucrania
por grupos paramilitares apoyados por la CIA y el Pentágono, el intento de
invasión a Siria, la creación y financiación con armas y dinero del Estado
Islámico, la instalación de bases militares en los países del este, el envío
de tropas a Afganistán, son entre otras las peculiaridades que acreditan al
presidente Obama como el presidente más funesto de la historia…, el
presidente de la guerra y la desestabilización.
Pero… ¿qué fines persigue la
administración de Obama al sembrar América Latina y el Caribe de bases
militares? ¿Combatir el narcotráfico como dice?
Pero… ¿no son acaso
suficientes?:
·
La
IV flota con portaaviones y submarinos, con misiles nucleares incluidos.
·
El Plan Colombia.
·
El Plan Puebla de Panamá.
·
El Comando Sur vigilante en
Miami.
·
Bases militares en:
Vieques
(Puerto Rico)
Reina
Beatriz (Aruba)
Hato
Rey (Curazao)
Guantánamo
(Cuba)
Palmerola
(Honduras)
Liberia
(Costa Rica)
Comalapa
(El Salvador)
Arauca,
Tres Esquinas, (Colombia)
Iquitos,
Nanay (Peru)
Mariscal
(Paraguay)
Catorce bases en la región,
aunque eran quince hasta que Ecuador puso término a la base en Manta, que
funcionó once años haciendo espionaje electrónico y aéreo en América del
Sur.
¿No era ya demasiado como para
instalar otras siete bases militares, aéreas y navales en Colombia, ni George
Bush se atrevió a tanto. Lo hace Obama con esa sonrisa de oreja a oreja, que
captó la simpatía de negros, indígenas y mestizos, que veían en él,
ciudadano discriminado en la sociedad más racista del mundo, a uno más de la
gran familia de los pobres, y marginados del mundo.
Todavía hoy por hoy, aún se
mantiene la crisis en Honduras el presidente Manuel Zelaya víctima de un golpe
militar con el beneplácito de la CIA, sigue sin poder regresar a su patria. Se
ha convertido en un presidente trashumante, mientras el pueblo hondureño sigue
resistiendo con valentía y coraje.
Todo esto en medio de las
avergonzadas miradas de los gobernantes latinoamericanos, su sobra se cierne
sobre la amazonia brasileña, peruana y también ecuatoriana sobre la región
andina amenazando desde otro flanco a Ecuador, y se proyecta hacia el Pacífico.
La cuantiosa ayuda financiera y militar que Estados Unidos le proporciona a través
del Plan Colombia, no le ha permitido derrotar a la guerrilla de las FARC, o
aplastar al narcotráfico.
Por primera vez en mucho tiempo en
el continente latinoamericano hay riesgos de conflictos bélicos que pudieran
extenderse simultáneamente a varios países. La política del genocida de Obama
es el principal factor de inestabilidad continental y estimula el creciente
gasto militar de naciones como Chile, pese a que hay graves carencias en salud,
educación, viviendas, etc.
Barack Obama no puede
desentenderse de lo que hacen el Pentágono y el Departamento de Estado. No son
sus Secretarios de Estado los que fueron elegidos para gobernar a la primera
potencia mundial.
La causa de la paz es la causa de
los pueblos. Los conflictos bélicos sólo favorecen a los enemigos de su
unidad. El presidente Obama ya no le queda nada porque ha sido un fraude, un
desengaño para el mundo.
El mundo de paz y de cooperación de que nos hablaba Obama ha quedado por la senda del olvido.
*
Contertulio y
corresponsal de la Voz de Rusia en
Canarias
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publicados
en elcanario.net