Llega
un nuevo “Adelantado”
Isidro
Santana León
Después de Pedro de Vera y de Alonso Fernández de Lugo
no hemos visto otro Adelantado con tanto afán de poner orden en la colonia como
el almirante Guillermo Bueno. Algo raro pasa, pues no se entiende tanta premura
en llevar a cabo un asunto que no es de la competencia del Reino de España y
que, por su interés, debería eludir, ya que a veces es mejor callar que decir
mentiras que puedan revelar la verdad al pueblo canario. Este personaje, recién
nombrado primer jefe de la marina española en Canarias, a priori, se ve
dispuesto a soltar por la boca todo lo que le dicten los políticos de la
metrópoli (como el desatino esgrimido por el Ministerio de Defensa para
solicitar a la ONU ampliar la Zona Exclusiva de Canarias a
Se desconoce si lo que España propone con esta
reclamación ante las Naciones Unidas es darle la independencia a la nación
canaria, por alguna razón que desconocemos o porque se lo exigen los nuevos
acontecimientos mundiales y estratégicos. En tal sentido utiliza, el
Adelantado, los argumentos y denuncias que, basadas en la legalidad, planteamos
los independentistas canarios contra el intrusismo español en el conflicto de
las fronteras marítimas del archipiélago –delimitación solamente aplicable
cuando Canarias alcance su soberanía nacional y se convierta en un estado archipielárgico–, que evidencia la ocupación y el
colonialismo en nuestra nación y de forma particular la injerencia de su Reino
en un territorio que está fuera de su jurisdicción. El asunto de las fronteras
en Canarias, dado su enclave geográfico –en África–,
siempre deja a España fuera de juego, por lo que ésta quiere comprar al árbitro
y al juez de línea para que le meta en el territorio, y nada menos que exigirle
que le ruede la línea de fondo hasta
De lo desembuchado por el militar, al parecer cuenta
el Reino con derechos históricos del renacimiento y de su expansionismo,
porque llevaron la civilización a los bárbaros de Canarias y de América,
haciéndoles, además, el favor de retirarles el oro de sus territorios por ser
un mineral tóxico para los indígenas. En sintonía, declara el Adelantado, “que
llega a la colonia para robustecer la seguridad marítima, por ser la parte más
alejada de la Península –se desconoce si se refiere a la Península Escandinava– y a la vez por ser frontera meridional de la
OTAN y de la UE”. Sí me gustaría aclararle, por si se refiere a la Península
Ibérica, que estamos, con mucho más precisión, en la parte más al sur de esta
península: en el Reino Unido (Gibraltar). De todas formas, me pregunto por la
utilidad de aquel reconocimiento y delimitación del Mar canario, humo que, a
bombo y platillo, también de forma unilateral, hizo Paulino Rivero con el
anterior gobierno del PSOE, paripé propagandístico que lanzó junto al ministro Moratino. Creo recordar –vagamente–
un gran titular de portada que decía “Canarias ya tiene aguas propias” a lo que
yo manifesté que sí: la de Firgas, la de San Roque y
la de Teror. Lo mismo que le digo al instruido
Ministerio de Defensa que las únicas aguas que tiene España en Canarias son las
embotelladas. Sin embargo, el señor Presidente del Gobierno de Canarias no
habla nada de este asunto que se está tejiendo, más que dentro de un marco
diplomático y legal, en una oscura y tétrica junta militar. Si el mar de
Canarias ya se lo reconocieron al archipiélago, como dijo Paulino y el
ministro, ¿por qué tanto apuro ahora, por parte de España, para que le concedan
unas aguas y un territorio que está fuera de su dominio jurisdiccional? ¿Es que
se le va de las manos? ¿Es que otra vez nos ronda la independencia y los
canarios no nos damos cuenta? ¿O es que la deuda la va a pagar España con su
colonia, con su puta, con Canarias…?
A lo que no se pudo resistir el Adelantado fue a
insinuar la progresiva reducción presupuestaria –aún quieren estos mamomes más estipendios–, además
de que el único presupuesto que se incrementó sustancialmente fue el del
Ministerio de Defensa. Lo cierto, es que el asunto de la mal llamada crisis no
va con ellos, porque, ciertamente, en crisis siempre hemos estado los mismos:
los que producen para engordar parásitos. Gracias a estos periódicos digitales
se puede opinar, porque los del sistema y de papel son una ignominia, un
obstáculo a la libertad de expresión, pues sólo dejan publicar la demagogia y
manipulación de los que están en el poder. Demasiada cancha y pábulo para
quienes entierran el futuro de las venideras generaciones y ninguna línea
rebelde, digna, por lo menos para replicar las patrañas de la casta dominante.
¿Libertad de expresión? No sólo es vergonzosa, da asco.
5/10/12
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artículos de Isidro Santana León publicados en El Guanche y en El Canario