Desde
la tercera
¡No son aguas españolas!
Ramón
Moreno Castilla *
Continuando con el análisis del informe editado por EL
DÍA el pasado domingo a propósito del debate que está generando las
prospecciones petrolíferas[1], y
cuya primera entrega publiqué este martes, en la otra parte del citado informe
diversos expertos abogan de forma unánime por la extracción de hidrocarburos en
Canarias, en lo que ellos llaman patrióticamente, "aguas territoriales
españolas". Lo que no se corresponde en absoluto con la realidad que
contempla y ampara el Derecho Marítimo Internacional, a cuya normativa se le
pretende dar el carácter de disposiciones de Derecho interno español, lo que es
de todo punto inconcebible.
Entre las cualificadas
opiniones, tan respetables como las no menos cualificadas de los que creemos lo
contrario, se encuentra la de Juan Avilés Trigueras, economista e ingeniero
industrial, autor del libro, "Análisis de los recursos energéticos
mundiales", quien ha manifestado que "sería tremendamente positivo
explotar los hidrocarburos no solo en Canarias, sino en el Golfo de Cádiz, que
parece que también hay, en la zona de Tarragona o en Valencia". Según
Avilés, el primer plan de perforaciones en Canarias data de la década de los
50, cuando la antigua Campsa realizó investigaciones
en la zona", cuando España mantenía todavía "la provincia" del Sáhara.
Por su parte, varios
expertos de instituciones canarias se han manifestado en esa línea. Así, para
el delegado del Colegio Oficial de Geólogos en Canarias, José Miguel Medina,
"las prospecciones hay que hacerlas, eso sí, cumpliendo toda la normativa
medioambiental". Aclarando que "la campaña sísmica que realizó la
compañía Repsol hace muchos años, y de la que no ha salido ningún dato a la luz
pública, iba desde el Golfo de Cádiz hasta Canarias"; y según dice saber,
en ella se constató que hay petróleo, y abundante. Con similares argumentos se
pronunció María Candelaria Martín Luis, profesora del Departamento de
Edafología y Geología y experta en Petrología y Geoquímica de la Universidad de
La Laguna, cuando dice que "si nos aproximamos a los edificios insulares
canarios, lo que son las islas propiamente dichas, con un territorio
eminentemente volcánico, no hay petróleo; el petróleo está en el fondo oceánico
con depósitos sedimentarios que están situados entre los edificios insulares
canarios y la costa marroquí, es decir, en la plataforma continental y zona de
talud". Interesantes declaraciones de la profesora Martín Luis, por cuanto
ratifica lo que tanta veces he explicado y he puesto encima de la mesa del debate,
al referirme explícita y expresamente a la plataforma continental de Marruecos,
un derecho "ipso iure" y "ab initio", repito, del
Estado costero, según numerosas sentencias del Tribunal Internacional de
Justicia de La Haya; jurisprudencia que España no debería desconocer.
Pues, como reconoce la
propia profesora de la ULL, "la zona de actuación está profundamente
prospectada, ya que las compañías petrolíferas llevan años trabajando allí y
Marruecos no solo tiene un amplio conocimiento, sino que ya está realizando
prospecciones". En opinión de la citada profesora, y dada la oportunidad
que se le presentan a las islas ante el agotamiento de los combustibles
fósiles, "el principal problema que habría que resolver, es definir cuáles
son las aguas de las Islas". Y ese, queridos compatriotas, es,
precisamente, como he dicho tantas veces, el nudo gordiano de la cuestión. La
tan cacareada "ley de aguas canarias", es un auténtico camelo, un fluff; una mera y simple declaración de intenciones, sin
efecto alguno, del Legislativo español, que se excedió en sus atribuciones
promulgando una ley de Derecho Internacional del Mar, materia en la que no es
competente en absoluto. Canarias, en tanto que territorio de ultramar de un
Estado europeo en África -lo que es un hecho incontestable-, solo tiene
reconocidas internacionalmente las consabidas
Así pues, si el
nefasto Paulino Rivero dice demagógicamente, en un vano e iluso intento de
meterle miedo a España, que "si Canarias no es una cuestión de Estado,
será un problema de Estado" (¡pobre diablo!), yo tengo que volver a
proclamar hoy aquí y a los cuatro vientos, que ¡Canarias ya ha dejado de ser un
asunto interno del Estado español, para convertirse inapelablemente en una
seria cuestión de Derecho Internacional! Otra cosa es que España, que actúa
como un verdadero Estado forajido, al margen de la ley, no quiera soltar la teta, y pretenda ser "sujeto de Derecho Internacional
por cuenta de Canarias", para trazar unilateralmente una supuesta mediana
desde nuestro Archipiélago con Marruecos, que no se sostiene, y se esté
planteando, además, disponer de unos recursos energéticos que no le
corresponden dado que están en otro continente. ¿Con qué derecho, y en base a
qué leyes? ¿Cree España acaso que estamos en 1493, cuando se repartía la
"mar océana" con Portugal más allá del
Estrecho de Gibraltar?
Denuncio públicamente
ante la comunidad internacional que España se está excediendo en sus
competencias al otorgar permisos para la exploración y explotación de
hidrocarburos más allá del límite exterior de su plataforma continental
europea, muy corta, por otra parte, y pretender actuar en la plataforma
continental de un Estado ribereño africano, conculcando flagrantemente el
Derecho Marítimo Internacional, lo que constituye, además, un provocador y
peligroso "casus belli".
[1] Geológos consultados por El Día