NO
de Valonia al CETA ¡Bravo por los valientes valones!
[“…el Parlamento, que es el padre del territorio, no debe de dar su consentimiento a que se compre o se venda la tierra que es el derecho de nacimiento de todos los hijos y el orgullo de sus esfuerzos, dineros y sangre”....]
El pequeño David, parece haber derrotado al gigante Goliat; ese podría ser el titular más adecuado para presentar la sabia decisión adoptada por Valonia, rechazando el Acuerdo Económico y Comercial Global; más conocido como Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA); el Parlamento de la Región Valona (Bélgica), en una memorable y acertada decisión, pese a los críticos, ha mostrado al resto de los países europeos que la soberanía de un Estado nación, es un bien de carácter supremo e intangible, totalmente ajena al comercio y, por tanto, fuera del ámbito de los negocios de las grandes corporaciones transnacionales del capital.
Desde
estas pocas líneas hemos de felicitarnos los que creemos en la soberanía
de las naciones, pues aún quedan pueblos, por pequeños que sean, capaces
de defender los intereses de sus respectivas naciones. Ello; por lo visto,
no gusta a muchos políticos que prefieren entregar la soberanía de sus
respectivas naciones a manos de entes mercantilistas que terminan por
arruinar, tras expoliar las riquezas y recursos nacionales, a los países
que aceptan someterse a las imposiciones de corporaciones no elegidas democráticamente.
A
título de ejemplo; recordemos las últimas reformas laborales efectuadas
por los gobiernos de muchos de los países de la zona euro, han servido para
derribar las libertades y logros sociales alcanzados después de finalizada
la Segunda Guerra Mundial; es un hecho incuestionable, que las políticas
implementadas, especialmente durante las tres últimas décadas, solo han
contribuido a desarticular el llamado estado del bienestar; hasta tal punto,
que la industria de los respectivos países que adoptaron la apertura de sus
mercados, permitiendo que los servicios públicos esenciales (agua, luz,
transporte aéreo, ferroviario, comunicaciones, sanidad, etc.), sean
gestionados, sin contar con el asentimiento del pueblo soberano, por
empresas privadas que tienen por fin primordial la maximización de sus
respectivos beneficios; todo ello, con las negativas consecuencias que tal
tipo de medidas políticas han generado (paro, corrupción política,
especulación del suelo, etc.).
Por
otra parte; no debe obviarse que el Tratado CECA, es la punta de lanza para,
posteriormente, imponerle a los europeos, otros tratados mucho más
perjudiciales a los intereses generales de los países europeos del euro;
nos referimos, por su transcendencia, entre otros:
Acuerdo
Global sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT); 1947
Acuerdo
Internacional sobre el Comercio de Servicios (TISA)
“Un gran desconocido”
Banco
Europeo de Inversiones (BEI): Sede en Luxemburgo, creado en 1958
Banco
Mundial: estableciendo su sede central en Washington D.C. (EE.UU.),
creado en 1945
Fondo
Monetario Internacional: Sede en Nuevo Hampshire (EE.UU.), creado en
1945
Organización Internacional del Trabajo (OIT), Conforma parte del Tratado de Versalles; sede en Suiza, y gestado en 1919
Organización
Mundial del Comercio (OMC): Sede Ginebra (Suiza), creado en 1995
Tratado
Transatlántico de Libre Comercio (TTIP) Europa – EE.UU., fraguado
desde 2011.-
Etc.
Basándonos
en lo anteriormente expuesto; no cabe por menos, que aplaudir la decisión
tomada por los representantes políticos de la pequeña Región Valona, una
de las tres que conforman Bélgica. Tan sabia y valiente decisión, hemos de
personificarla en el ministro-presidente de Valonia, el Señor PAUL
MAGNETTE, por su valentía sin par. Ojala, cundiere su ejemplo entre el
resto de países europeos, los cuales han entregado, hace años, la soberanía
de sus respectivos Estados nación; por supuesto, sin contar con el respaldo
de sus respectivos pueblos, cual incapaces se tratarán. No resulta nada
extraño que el símbolo de “Wallonie”
sea el de un gallo.
Por
otro lado; hemos de referirnos al apoyo mostrado por una gran parte de
ciudadanos holandeses, que se han manifestado en Ámsterdam en estos días
del mes de octubre de 2016, en favor de la decisión adoptada por los
representantes de Valonia. Igualmente, un grupo expertos académicos
canadienses, apoyan a Valonia, animándoles a no ceder ante las presiones.
Recordando, las lamentables consecuencias para el Canadá que ha supuesto el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado en 1994;
dicho Tratado conlleva un tribunal de arbitraje internacional; ello, ha
ocasionado gran cantidad de quejas por parte de las multinacionales contra
las normas canadienses, lo que se ha traducido en multas que han tenido que
pagar los canadienses.
Tristeza
e impotencia; eso, es lo que nos queda al resto de los ciudadanos europeos,
que vemos como nuestros correspondientes representantes políticos entregan
la soberanía de sus respectivos Estados nación; ello, se produce, en mayor
o menor medida, de espaldas al conjunto de los ciudadanos; obligándoselos a
aceptar la práctica de una política de hechos consumados desde el poder.
Finalmente; cabría preguntarnos, para qué queremos una Unión Europea que no resulta capaz de defender una política protectora del comercio, la industria, lo social, etc., de los europeos. Europa necesita de una política común tendente a fomentar el desarrollo económico y social de y entre los diferentes países que conforman el espacio europeo; por lo tanto, de manera exclusiva y excluyente debe protegerse su territorio fronterizo; lo contrario, a medio plazo, terminará por dañar de manera importante el nivel de vida de los europeos.
Probablemente,
esa fuera una de las causas de la salida del Reino Unido. Por ello, hemos de
conjeturar que, de no producirse un cambio sustancial en las políticas
europeas, lo más sensato fuere plantear la salida inmediata de la UE;
mantenerse, tal cual, conduce a la destrucción del Estado nación.
“…el
Parlamento, que es el padre del territorio, no debe de dar su consentimiento
a que se compre o se venda la tierra que es el derecho de nacimiento de
todos los hijos y el orgullo de sus esfuerzos, dineros y sangre”. (Winstanley,
Gerrard – Pág. 121)
Juan
F. Ramírez (Analista Político e Investigador)
Documentales
relacionados con el tema expuesto:
Capitalismo:
Una historia de amor, Dirigida por Michael Moore, EE.UU., 2009
The
Corporation (Corporaciones - ¿Instituciones o psicópatas?), Dirigida por
Mark Achbar y Jennifer Abbot; Canadá, 2003
The
New Rulers Of The World (Los nuevos Gobernantes del Mundo); John Pilger,
Producida y dirigida por Alan Lowery; Carltson Televisión Lda., 2001
Bibliografía
recomendada:
COLOMER,
Josep M., “ EL gobierno mundial de los expertos”, Anagrama, S.A.,
Barcelona, 2015
COLECTIVO
DIÁSPORA (vv.aa.), “Los dueños del mundo y los cuarenta ladrones”, El
Viejo Topo, 2006
GEORGE,
Susan, “Los usurpadores. Cómo las empresas transnacionales toman el
poder”, Icaria editorial, S.A., Barcelona 2015
MAX-NEEF,
Manfred y SMITH, Philip B., “La economía desenmascarada”, Icaria
editorial, s.a., Barcelona, 2014
ROBINSON,
William I., “Una teoría sobre el capitalismo global – Producción,
cales y Estado en un mundo transnacional”, Siglo XXI editores, s.a. de
c.v., México, marzo 2014
STIGLITZ,
Joseph E., “El precio de la desigualdad”, Peguin Random House Grupo
Editorial, S.A.U., Barcelona, 2015
WINSTANLEY,
Gerrard, “La Ley de la Libertad”, Editorial Tecnos (Grupo Anaya, S. A.),
Madrid, 2005