No descansaremos hasta conseguir la Libertad de Canarias
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Dacil Ayt Tilelli
[…Solo el simple recuerdo de la lucha y los sufrimientos del
pueblo guanche debería ser motivo suficiente para que no tolerásemos ni un día
más la vil dominación española…]
No
descansaremos hasta conseguir la Libertad de Canarias, en las circunstancias
actuales cuando Hispania se diluye azotada por el vendaval de la crisis económica,
corrupción y los deseos de algunos países de la península Ibérica hasta
ahora sojuzgados por una política castellana iniciada en la edad media, de
recuperar el status que corresponde, NACIONES SOBERANAS CON SU ESTADO…,
insensible y criminal que ha convertido a la metrópoli que nos sojuzga en una
vergüenza mundial. El colonialismo ayudado por sus secuaces, nos han traído el
hambre y la miseria, o es propio de un país que pretende ser desarrollado tener
una sanidad incapaz de atender a los ciudadanos que lo necesitan en un tiempo
razonable y sin dar lugar a que muchos fallezcan en las listas de espera antes
de que les toque el turno.
No hay
crisis en Europa. La sigue habiendo en países como Espana, Grecia, Portugal y algún otro lugar
entre los que no merece
estar Canarias; una nación, de momento sin estado, habitada por un pueblo
admirado por su laboriosidad en todos los lugares a los que ha emigrado. Son los
godos quienes nos han corrompido con la vagancia y la decadencia. Un auténtico
nacionalismo -lo cual no es, el nacionalismo que practica CC-NC- ha de sustentar
sus raíces en el pasado para que crezca fuerte el árbol que nos permita trepar
hacia el futuro. Nuestro pasado está en el pueblo guanche. En unos hombres y
mujeres que vivían pacíficamente en una tierra afortunada identificada desde
la antigüedad con el Jardín de las Hespérides. Unos aborígenes que poseían
estructuras políticas propias, aunque no disponían de las armas que portaban
sus invasores. La diferencia radicaba en las fuerzas empleadas y no en el valor
de los invadidos, ya que los guanches resistieron durante casi un siglo antes de
sucumbir a las corazas, las espadas, la pólvora, los perros y los caballos. Esa
desproporción de medios provocó un holocausto. Un genocidio que 600 años
después sigue impune. El pueblo guanche fue diezmado, vencido, esclavizado y
desposeído de sus tierras, pero no aniquilado por completo. La sangre de
aquellas personas dignas, mucho más dignas que los infames invasores de estas
Islas, sigue corriendo hoy en día por las venas de los patriotas.
Solo el
simple recuerdo de la lucha y los sufrimientos del pueblo guanche deberían ser
motivo suficiente para que no tolerásemos ni un día más la vil dominación
española ¿Somos los actuales canarios unos desalmados insensibles con el dolor
de nuestros ancestros o es que el aplatanamiento, unido a la narcosis que nos
han inducido los españoles, nos han hecho olvidar qué ocurrió en nuestra
tierra hace seis siglos?