No a los referéndum
Juan Jesús Ayala
No al propuesto por el Parlamento catalán y no al propuesto por el
Parlamento canario. Y en esas estamos, dándole puntapiés a la democracia, al
derecho a decidir de los dos pueblos que es una de las manifestaciones, dentro
de la puridad democrática, la más exquisita y consecuente.
El Parlamento catalán, a través de sus representantes en el
Parlamento español, defendía el derecho a decidir con una prolongación
argumental a si el pueblo catalán estaba por la independencia o no.
El Parlamento de Canarias, a través de su representante, en este
caso el diputado de Nueva Canarias, defendía y proponía que se otorgara a esta
tierra el poder realizar un referéndum, para comprobar si se aceptaba, por
parte de la mayoría del pueblo canario, si se estaba o no por apoyar las
prospecciones petrolíferas que frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote
va a desarrollar la multinacional y poderosa Repsol.
En el primer debate, como nacionalista, a parte de sorprenderme,
no me pareció adecuada la respuesta de la diputada Oramas,
que se abstuvo por las razones que esgrimió, pero que no deja de ser un
desmarque, bastante destacado, dentro del espectro del Parlamento español,
cuando todos los grupos nacionalistas apoyaron la propuesta catalana, el
nacionalismo canario, por ella representado, mostró cierta debilidad y falta de
coherencia. Razones tendrá y así las expuso. Pero no convencen.
En la segunda confrontación, los parlamentarios del PP, con una furibundez acentuada, sacaron de la manga legajos legales y
legalistas, eludiendo y no haciéndole caso a lo que dice el papel menos mojado
de todos, que es el de la democracia, que está por encima de cualquier ley que
se puede cambiar o no, que es voluntad de los que legislan, pero la decisión de
un pueblo es tajante. Es la que es y habrá que hacerle caso, y respetarla,
porque cuando no ha sido así, y la historia está llena de ejemplos, la
confrontación deriva por otros derroteros no muy agradables, ni para unos ni
para otros.
A pesar de todo, de la oposición frontal a los dos referéndum, estos se van a producir, y se harán por la misma
razón que antes aduje: a los pueblos no los detiene nadie ni con barreras de
este o aquel ensamblaje. Otra cuestión es que a lo que se decida se le haga
caso o no. Seguramente el Gobierno del PP dirá que no y hasta elevará
propuestas de sanción a altas instancias judiciales, pero lo que sí es evidente
es que en esta fotografía van a quedar todos perfectamente retratados, y unos
quedaran mejor que otros. Además, será una factura que tendrán que pagar cuando
sus alegatos se expandan en latinajos electorales.