Ningún viento es favorable si no sabes a
donde quieres ir
Jorge
Ancor Dorta
La descomposición de la política canaria
tras las últimas elecciones es evidente. Se suceden los movimientos y el
nerviosismo. La pérdida de poder municipal hace que las organizaciones
nacionalistas se tambaleen y se estén desintegrando. El caciquismo de las islas
menores no se puede mantener sin el control de los resortes administrativos.
Todo el aparato de sostenimiento de los diferentes partidos nacionalistas,
basados en el acceso al presupuesto, se derrumba.
En La Palma, API ha quedado reducida a dos ayuntamientos menores. En el Hierro,
AHI solo controla uno de los tres ayuntamientos. La situación en los Cabildos
es precaria gobernando en minoría. ATI en Tenerife ha quedado relegada a unos
cuantos feudos municipales y es prisionera de pactos en las otrora joyas de la
corona. Por primera vez en mucho tiempo el núcleo duro de ATI ha quedado
expuesto. Por primera vez en mucho tiempo el nacionalismo presupuestario es
vulnerable.
Caos, desconfianza, nerviosismo, prisas, incertidumbre. Hasta hace poco protegidos
por la ley electoral y el presupuesto, su mundo se acaba y eso les crea
ansiedad. Los caciques insulares ven peligrar el poder que durante mucho tiempo
acumularon. No supieron cambiar cuando tuvieron la ocasión y ahora estas son
las consecuencias.
En circunstancias como estas es cuando “los clásicos” proveen de inestimable
sabiduría y consejo. Seneca decía que a los que corren en un laberinto, su
misma velocidad los confunde. También decía que cuando no sabemos a qué puerto
nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables.
Muchas voces se alzan pidiendo la unidad
del nacionalismo, pero yo me pregunto ¿de qué sirve la unidad si no hay un
proyecto de construcción nacional? ¿Para proteger en sus cargos a quienes con
su incompetencia nos han llevado a la situación en la que estamos? no gracias.
Como decía Seneca, no existe remedio contra el mal cuando los vicios se
convierten en costumbre.
Otros piden una liga de las islas menores contra las islas capitalinas
olvidando que han sido sus propias dinámicas insularistas
y su falta de visión de Estado lo que ha sido un impedimento para el cambio y
la construcción nacional durante mucho tiempo. Mientras el nacionalismo se ha
derrumbado en una provincia, ha
crecido en la otra. Tenemos ante nosotros la oportunidad de propiciar el cambio
que la sociedad demanda. Mientras a algunos eso les causa desasosiego, a otros
no nos causa ningún temor. Sabemos a qué puerto queremos ir y sabemos cómo
llegar. Sabemos cómo movernos en estas aguas turbulentas y en la economía
global. Ellos no tienen proyecto de futuro. Nosotros sí.
* Fuente: menceymacro.blogspot.com