¿POR
QUÉ CONMEMORAMOS A NICOLÁS ESTÉVANEZ?
Jorge Pulido Santana
En estos días se están celebrando y se van a celebrar distintos actos para conmemorar el centenario del fallecimiento de D. Nicolás Estévanez y Murphy, por eso me gustaría, de forma muy resumida, aportar 4 razones por las que pienso asistir. Espero, estimado lector, que su lectura le aporte algún interés a asistir a estos actos conmemorativos, y así conseguir que D. Nicolás tenga el reconocimiento por él merecido.
1)
Compromiso con la justicia, “Nunca, ni antes ni después, en ninguno
de los trances por los que he pasado en la vida, he perdido tan completamente la
serenidad. Me descompuse, grité, pensé en mis hijos, creyendo que también los
fusilaban... Dos camareros se apoderaron de mi encerrándome en un patinillo,
sin lo cual es posible que a mí también me hubieran asesinado....”, de
esta manera Estévanez describió en sus memorias lo sentido al enterarse de la
noticia del fusilamiento de 8 estudiantes de medicina por parte del ejercito
español, en La Habana el 27 de noviembre de 1871, habiéndose demostrado públicamente
la inocencia de estos durante el consejo de guerra al que habían sido
sometidos, anteriormente había meditado el abandono de la carrera militar y
este acto hizo que definitivamente solicitara la licencia absoluta.
2)
Compromiso con sus compatriotas y con Canarias, Residiendo en París, en
octubre de 1902, le llega la noticia de la injusta prisión a la que Weyler y
Astray están sometiendo a un canario, pues al mes siguiente y pese a las
amenazas que se vertían sobre las personas que visitaban a ese reo, se plantó
en la cárcel modelo de Madrid para conocer esta situación, el preso era
Secundino Delgado y nos plasmó este primer encuentro de la siguiente manera, “Lo
vi y lo amé. Es un anciano corpulento, nervudo, de mirad franca; revela una
voluntad poderosa, como poderosa es su naturaleza física, tiene grandes bigotes
blancos y retorcidos, una perilla exuberante y también muy blanca. De ademanes
desenvueltos, como las de un gran jefe; noble a veces y fiero a ratos. Viste de
negro y cubre su traje un abrigo oscuro.
Me espera en el interior de la reja. Sus palabras
penetran dulce y amorosamente en mi corazón sediento de cariño. Es canario: el
más grande de la época; el único. Mi tierra hoy sólo produce entecos,
esclavos y eunucos al nacer. El que me habla no es de estos, tiene la arrogancia
de los grandes de antaño. Y si no lleva la sangre de aquellos, se ve que mamó
en el mismo ambiente.
Antes que me diga su nombre lo adivino; es Nicolás
Estévanez...”
Pocos
meses después y gracias a las presiones de Estévanez, Secundino fue liberado.
3)
Valentia, es una de las calificaciones que se desprenden de la
lectura de “Fragmentos de mis memorias”, a modo de ejemplo, siempre
me ha sorprendido como a finales del siglo XIX principios del siglo XX un
exgeneral del ejercito español y exministro del Gobierno de España muestra su
africanidad con total naturalidad, debemos de reconocer que hasta hoy en día en
cualquier conversación en las que manifestemos la africanidad de este archipiélago
podemos encontrarnos con variopintas y forzadas disculpas para negar la realidad.
“Aquellas víctimas de nuestras balas me interesaban tanto o más que nuestros
muertos, no sé si por ser africanos como yo o porque es más sensible el
sacrificio de los que no tienen culpa en el desastre”.
4)
El cuarto motivo es el poema “Canarias”, como tuve oportunidad
de exponer en el homenaje a D. Nicolás efectuado a las puertas de su casa natal
en la Plaza San Antonio Abad de Las Palmas de Gran Canaria, si Estévanez no
hubiera hecho nada más en su vida, también sería merecedor de mi
reconocimiento, sólo por el hecho de crear este himno “identitario”
se merece un puesto de honor en la historia de este país, aunque al lector le
pueda estar viniendo a la memoria el famoso canto VII, aquel que dice “Mi
patria es una isla, mi patria es una roca....” el poema en su conjunto es
una autentica canción de amor a la patria, de los otros cantos me gustaría
recordarles el canto III, en él que escribe sobre la conquista:
“Pero les costó más tiempo/ que a Cesar
rendir las Galias/ que a Annibal vencer a Roma / y a Alejandro toda el Asia.
En la epopeya de un siglo/ de la defensa canaria,/
cien veces los invasores/ perdieron
las esperanzas”.
En
cuanto a la situación generada en Canarias tras la conquista, Estévanez nos
manifiesta como para él la colonización continua, planteándonos la necesidad
de iniciar un proceso libertario.
“Todos son esclavos viles/ en aquella tierra
ingrata,/ del hacendado los unos,/ los otros de la ignorancia.
Nadie esgrime por la gloria/ las libertadoras
armas,/ que las razas ennoblecen / y el espíritu levantan.
¡Malhaya el mercantilismo/ que envilece y que
degrada;/ maldito el normando sea,/ y maldita sea su raza.”
Estas
son las mis razones para conmemorar a Estévanez, y podríamos tener entre todos
1.000, pero no hubieran sido suficientes sin el trabajo descomunal, efectivo,
brillante, inteligente, maravilloso..., de D. Nicolás Reyes y la Asociación
“Desde la sombra del almendro”, les aseguro que sin ellos esta semana
hubiera pasado como una más y sin embargo se ha convertido en la semana del
“Centenario del fallecimiento de D. Nicolás Estévanez y Murphy”.
Los
actos previstos son:
Martes 19 de agosto, a las 19,00 horas en el Salón
Noble, del Palacio Insular de Tenerife.
Miércoles 20 de agosto, a las 20,00 horas, en la
calle San Agustín nº 22 de La Laguna.
Viernes 22 de agosto, a las 19,30 en la calle Dr.
Juan Domínguez Pérez nº 10 de Las Palmas de Gran Canaria.