Señora Consejera de Sanidad, no se puede
estar más entregada a los poderes económicos, en este caso la compañía Cepsa. Y
lo mismo cabe decir del Director general de Salud Pública, ¡qué falta de
profesionalidad, de independencia científica y política!.
Y más en momentos en que no paran de hacer campaña sobre las supuestas bondades
del borrador de Plan de Salud. Pues bien, en este debe figurar un diagnóstico
de salud del territorio que no puede excluir el hecho cierto y demostrado
científicamente de la contaminación por dióxido de azufre y partículas ultrafinas que emite la Refinería. Lo saben y lo
informan los profesionales de la Salud Pública, avalados además
por estudios como los del Hospital Universitario de Canarias y del Centro
de Investigación Atmosférica de Izaña, y también se
tiene constancia de la asociación de tales emisiones con la mayor incidencia y
prevalencia de cardiopatías y otras patologías en Santa Cruz de Tenerife.
La propia fiscalía considera
necesario que se cree un equipo formado por profesionales del Instituto
Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, de la Dirección General de Salud
Pública y del Instituto de Medicina Legal para que estudien los datos
existentes y realicen un análisis sobre la calidad del aire en las zonas
próximas a la Refinería y estudien la prevalencia de patologías relacionadas
con la contaminación atmosférica.
Este equipo deberá presentar un informe sobre "la incidencia de episodios
de agravamiento y la mortalidad vinculada directamente a las partículas y
compuestos expulsados a la atmósfera" y un documento en el que se analice
la "incidencia que los incumplimientos de los valores límites de la
calidad del aire puedan tener en la salud de las personas tanto en una
exposición breve como prolongada".
Ante los problemas de salud pública
en un mismo territorio intervienen diversos actores (administraciones y otras
organizaciones públicas y privadas), cada uno de ellos con sus propios
intereses y estrategias incluso enfrentadas como en este caso, o si no lo están
actuando de forma generalmente descoordinada y con frecuencia desconocedores de
sus respectivas acciones, lo cual repercute en una notable pérdida de
efectividad.
En cuanto a Cepsa, como mínimo, tanto
que hablan de "responsabilidad social corporativa", debe participar
en una necesaria Comisión de Salud Pública específica sobre contaminación,
junto con Ayuntamiento, Cabildo, Gobierno de Canarias (industria, medioambiente
y sanidad), sindicatos, sociedades científicas, colectivos vecinales y
organizaciones políticas para mediante los correspondientes grupos de trabajo
llegar a establecer objetivos operativos que den solución mancomunada a la
problemática planteada. Evidentemente, con dichos objetivos operativos habrá de
ponerse coto, en el grado que sea posible conforme a la correlación de fuerzas
de los sectores y organizaciones en presencia, al modelo productivo e
industrial capitalista. Y si no se avienen a ello, en contra de un posible
consenso ampliamente mayoritario, por intereses mezquinos, habrá de ser ese amplio
consenso, además de la reclamada resolución judicial, lo que fuerce su salida
de la ciudad santacrucera, debiéndose adoptar las correspondientes medidas
correctoras de los efectos negativos que podrían tener lugar sobre el
empleo.
Esto podríamos considerarlo como un caso
concreto de abordaje participativo e intersectorial de los problemas de salud
pública. Una buena alternativa organizativa y de gestión en este sentido es la
creación de «redes de organizaciones», en especial de ámbito territorial y local,
entendiendo el concepto de red como lo definió Castells: "complejas
estructuras de comunicación establecidas en torno de un conjunto de objetivos
que garantizan, al mismo tiempo, unidad de propósito y flexibilidad en su
ejecución gracias a su capacidad para adaptarse al entorno operativo".
Para el caso que nos preocupa de la
Refinería de Cepsa se precisa una actuación decidida en dicha línea y
particularmente con un sólido liderazgo y orientación por parte de los
responsables de Salud Pública, de modo que Cepsa se vea obligada
ineludiblemente a hacer frente a su llamada "responsabilidad social"
o a irse. Este debe ser el camino para obtener resultados beneficiosos para la
población en el control de la contaminación de Cepsa y no el de hacer cesión a
la inercia de una situación que ya lleva muchos años manifestándose, volviendo
a renunciar, por sumisión tanto de la Consejería de Sanidad como de la
Dirección general de Salud Pública, a gestionar con autoridad y eficazmente
esta situación.
En Santa Cruz de Tenerife a 24 de
noviembre de 2013
* Médico experto en Salud Pública y
miembro del Foro Social Canario por la Salud y la Sanidad Pública