El nacionalismo del futuro

 

Roger *

[¿Habrá que refundar el nacionalismo para lograr la plena soberanía y la independencia de Canarias? ¿Quién va a conducir este proceso, que tarde o temprano deberá iniciarse con seriedad, con rigor y con sobradas razones históricas y legítimas?]

No es desconocido para nadie que estamos, posiblemente, asistiendo a la muerte de Coalición Canaria. Fue (para ellos) hermoso mientras duró. Atrás quedan los movimientos fundacionales protagonizados por los cuatro alcaldes que montaron ATI, en los estertores de la UCD; la reconversión insularista bajo el paraguas de las AIC (Agrupaciones Independientes de Canarias); el nacimiento lleno de ilusiones de CC; las alianzas de conveniencia con el PNC y el CCN; la llegada de Nueva Canarias. La sopa de letras, que diría aquella portavoz socialista que había sido hippy, Rosa Conde. Todo esto es historia. Ahora Coalición Canaria es un solar, sin los líderes que la animaron, algunos muertos, otros viejos y el resto descabalgado.

¿Qué será de CC? Nada, con su actual estructura y con un individuo como Paulino Rivero liderándola. Paulino se ha cargado su partido y ya lo dice todo el mundo. Pero sufre el síndrome del búnker; está encerrado en el edificio de Presidencia, sin escuchar a nadie. De vez en cuando se le ve correr en El Sauzal. Pero no se ha percatado de que los últimos datos electorales dicen que el proyecto ha fenecido, que ya no pintan nada en Madrid, que cuentan poco en las instituciones, en algunas de las cuales -como en el Ayuntamiento de Santa Cruz- los socialistas amigos se están comiendo a los nacionalistas. Porque, ¿alguien sabe lo que significa Bermúdez en Santa Cruz? ¿Alguien puede creer que el Cabildo de Tenerife va a llegar al término de la legislatura sin vivir una moción de censura? ¿Alguien podría jurar que el Gobierno de Canarias, con Paulino a la cabeza, va a agotar la legislatura? Por mucho interés -y por mucho sueldo- que haya por medio, nadie piensa que esto va a durar hasta el final. Están mal los nacionalistas. No tienen moral de triunfo. No se lo creen. ¿Y cuál es la alternativa? ¿Por qué no hablan, por ejemplo, CCN y PNC? ¿Habrá que refundar el nacionalismo para lograr la plena soberanía y la independencia de Canarias? ¿Quién va a conducir este proceso, que tarde o temprano deberá iniciarse con seriedad, con rigor y con sobradas razones históricas y legítimas?

El nacionalismo canario del futuro no se ve. Ha fallecido, víctima de los bandazos de los antipatriotas. Porque Paulino Rivero ¿qué bagaje intelectual tiene? ¿Qué ideario político es capaz de transmitir? ¿Qué esperanzas concita su destartalado Gobierno? Sería bueno reflexionar sobre todo esto en las puertas de un nuevo año, que también va a estar presidido por la crisis y por la incertidumbre. Está claro que es preciso que otras caras nuevas y limpias empiecen a asomarse a la política canaria, demasiado llena de caras viejas y sucias, con sus honrosas excepciones.

* Publicado en el periódico El Día, 10-12-2011